Noche de luz y de paz

Convierte tu arbolito de Navidad en el espectáculo principal de la temporada.

Y

o empecé en el mundo del diseño interior colocando, con mi prima y a domicilio, arbolitos de Navidad. Me acuerdo de que cuando terminábamos, generalmente de noche, toda la familia se acercaba a contemplarlo. Gran parte de su magia eran las mil luces que quedaban encendidas y daban su hermoso reflejo en las ventanas y en todo lo que estaba alrededor. Nunca podré olvidar esos momentos.

Por eso, estoy totalmente de acuerdo con los árboles artificiales que se abren como paraguas; si tienes tiempo y paciencia, puedes tejerle las luces (que te sugiero sean blancas) una por una en cada rama, con la ventaja de que, si lo haces bien, nunca más las tendrás que retirar: ¡hay gente que sigue teniendo mis arbolitos!

Este fantástico adorno es el centro de una decoración navideña y para que te quede de ensueño, te voy a compartir algunos trucos de los que me valía en esos tiempos.

Después de las luces, lo más importante es que el árbol no se vea vacío. A veces, pensamos que entre más tupido mejor, pero eso no es necesariamente verdad. Una manera de darle mucho cuerpo son los rellenos, pueden ser guías de pino natural, que aportarán un delicioso aroma navideño o, mi más reciente descubrimiento: ramas de eucalipto, que generan una fragancia novedosa y toque de color diferente. Lo que sigue es colocarle las esferas transparentes, a través de las cuales se refleja la luz de los foquitos y hacen sentir que el árbol irradia aún más brillo.

Finalmente, se hacen moños para enfatizar algún color; actualmente se usan mucho los dorados o plateados que provocan neutralidad; ya sobre esa base puedes usar todos tus adornos sin límite.

Utiliza los “limpia pipas” para amarrar los peluches de tus hijos o cualquier otro objeto que te ayude a darle color y alegría.

Recuerda que la Navidad es una época que nos hace pensar en abundancia y esa idea es la que queremos reflejar, así que no tengas miedo de saturar tu arbolito.

Para que el árbol tenga ese efecto increíble, debe alcanzar la altura máxima del plafón, pero si no llega, habrá que montarlo sobre una mesa, un cajón o hasta en una maleta; el chiste es que la parte más tupida quede a la altura de nuestros ojos y, por supuesto, se vea monumental.

¡No dudes en mandarme la foto para ver cómo quedó el tuyo este año!