VIAJES ÉPICOS EN TREN PARA VIAJEROS INTRÉPIDOS

Un puñado de rutas alejadas en tren destaca por su belleza subestimada y por la forma en que aportan historia y cultura.

LA REINA DEL HIMALAYA

DE KALKA A SHIMLA

Con un par de sacudidas, el tren de juguete sale de la estación de Kalka entre clamores y aplausos, y comienza su ascenso hacia Shimla. Inaugurada en 1903, la línea se construyó para permitirles a los colonizadores británicos establecer una residencia de verano en los climas más frescos al pie del Himalaya y, a pesar de los frecuentes cierres, ha sobrevivido como uno de los viajes en tren más encantadores, con 102 túneles y más de 800 puentes en las cinco horas de subida. El tren serpentea entre bosques de arce y pinos de olor penetrante mientras se tambalea por los bordes de los acantilados, donde a menudo se ven sandalias perdidas por los que piden aventón. Hay paradas para tomar té y gruesos triángulos de pan pakora caliente, que se consumen mientras se entablan amistades y se admiran las vistas de los valles en flor.

EL EXPRESO INTERURBANO GUWAHATI LEDO DE TINSUKIA A LEDO

En el corazón de la franja de tierra más oriental que apunta hacia China se encuentra el estado de Assam, hogar del viaje más ruidoso y estimulante. A partir de Tinsukia, el tren se llena de vendedores de verduras que equilibran balanzas, recolectores de té que levantan cestas y jornaleros que dormitan rápidamente en sus asientos. Con las puertas abiertas, el tren arranca a toda velocidad, pasando entre plantaciones en las que mujeres de espaldas encorvadas, vestidas con radiantes saris, se esparcen por los campos con cestas atadas a la cabeza. Sujetos de las manillas de las puertas, los pasajeros se asoman con el pelo al viento mientras el tren hace sonar la bocina. Sortea las esquinas y roza las espaldas de los pueblos tan de cerca que se puede tocar la ropa tendida antes de llegar 90 minutos más tarde a Ledo, el final de la línea y el punto más oriental de la red ferroviaria.

GOA EXPRESS

DE VASCO DA GAMA A LONDA

Para una aventura espontánea por la tarde, suba al Goa Express en la estación Vasco da Gama, de camino hacia Londa, y tome asiento a la derecha para disfrutar las vistas del mar Arábigo. Por encima del ruido sordo de las ruedas, los pasajeros podrán oír los gritos de las familias que huyen del rugido y la efervescencia de las olas en la playa de Cansaulim, mientras pasan junto a grupos de amigos acuclillados en torno a partidas de rummy. Al alejarse de la costa, el tren vira hacia el interior, hacia los Ghats occidentales, y atraviesa una jungla repleta de mangos y espigas de aloe vera, con el aire impregnado del olor de las yacas aplastadas en el suelo. Después del monzón, las montañas se llenan de cascadas, el rocío llega hasta los vagones y los ríos de un verde olivo se desbordan.

EL EXPRESO DE VIVEK DE DIBRUGARH A KANYAKUMARI

No apto para los no aventureros, el tren más largo del país conecta Dibrugarh, en Assam, con Kanyakumari, en Tamil Nadu, en un trayecto de 4 150 kilómetros que dura 74 horas y atraviesa ocho estados. Este tren, inaugurado en 2011, es un viaje de los que hay que hacer antes de morir, aunque pocos pasajeros logran completar el trayecto de tres noches y cuatro días. Quienes lo consiguen se ven recompensados con plantaciones de té, bosques, templos, montículos de sal, mezquitas, ríos, montañas, playas, aldeas y autopistas, todo a través de las ventanillas en un pase de diapositivas sin filtros de todo lo que India puede ofrecer. Como en las citas relámpago, los pasajeros pueden encontrarse cara a cara con todo el mundo, desde enfermeras en prácticas hasta ingenieros tecnológicos, profesores o vendedores de patatas, y llegar al destino final con la sensación de haber completado el viaje de su vida.