Creating beauty

La moda, de alguna u otra forma, se trata de crear algo bello. Para su colección FW23, Miuccia Prada y Raf Simons redescubren los conceptos de belleza. Las prendas se convierten, más que en estandartes de una estética, en representantes de valores como el cuidado y el amor. Los vestidos de novia, símbolos por excelencia de este amor, se transforman en faldas perfectas para el día a día. A continuación, un recorrido por la elaboración artesanal de estas icónicas piezas que sintetizan el poderoso mensaje de toda una colección: el bello arte de crear.

Cuando se trata de crear prendas entrañables siempre podemos confiar en el talento, y el corazón, de Miuccia Prada, Raf Simons y su gran equipo de maestros costureros. Para su más reciente entrega de otoño- invierno, Prada le da nuevos significados a la belleza a través de prendas de una exquisita confección, con bordados que requieren de técnicas especiales, propias de la alta costura, y cientos de horas de trabajo de manos expertas. Las prendas clave de la colección FW23 que mejor representan lo anterior son las faldas tipo wedding dresses que desfilaron por la pasarela, contrastando con suéteres y sacos casuales. Estas faldas, inspiradas en románticos vestidos de novia, presentan tres interesantes técnicas de bordado. Por un lado, standing embroidery se caracteriza por el delicado movimiento de unos micro jazmines sobre la falda, como si los largos tallos estuviesen parados sobre la prenda. Este tipo de bordado está hecho totalmente a mano, con una

impresionante precisión para posicionar cada flor y crear ese bello movimiento. Por otro lado, el pendant embroidery se puede visualizar en las faldas con flores – como alcatraces, liliums y campanillas– esparcidas por la tela de forma aleatoria, bordadas una por una a mano, y, en el caso de la minifalda, con un velo transparente que permite ver los bouquets imprimiéndole, aún más, la estética de vestido de novia. Por último, pom pom embroidery: Un patrón con volumen hecho de piezas tubulares de diferentes longitudes y grosores, colocadas desde el centro para formar un cabochon semi- esférico. Las telas se cortan al bies en tiras y luego se enrollan con la ayuda de una técnica de planchado. El resultado se puede apreciar en cada una de estas faldas florales que tienen detrás un impecable craftsmanship. Emociona ver las prendas terminadas después de hacer un repaso desde las ideas abstractas, los bocetos, la construcción a mano de cada una de las flores y el bordado sobre las telas, hasta los looks completos recorriendo una pasarela que sigue siendo, sin falla, emoción e inspiración. Y ahí podemos percatarnos de estas nuevas nociones de belleza.