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UNA HEROÍNA IMPROBABLE

LA EXTRAORDINARIA MUJER QUE ESCONDIÓ A ANA FRANK —Y GUARDÓ SUS DIARIOS— SE CONSIDERABA UNA PERSONA COMÚN Y CORRIENTE

POR JACQUELINE CUTLER

MIEP GIES ERA UNA joven oficinista recién casada que en 1942 vivía en Ámsterdam. Conforme los invasores alemanes ejercieron mayor control sobre la ciudad, el jefe de Gies, Otto Frank, le pidió que lo escondiera a él y a su familia de los nazis, que estaban enviando a los judíos a campos de concentración. En el curso de los siguientes dos años, Gies arriesgó su vida todos los días para llevar comida de contrabando a los Frank y cuatro personas más ocultas en las habitaciones secretas arriba de las oficinas de Otto. Cuando ya no pudo proteger a la familia —los nazis al fin los descubrieron y se los llevaron en 1944—, Gies guardó los diarios de Ana Frank y con ello mantuvo su historia viva. Ella es la razón por la que el mundo conoce El diario de Ana Frank.

Más adelante, la gente la llamó heroína. Sin embargo, como creía que había hecho lo que cualquiera en momentos funestos, se dice que respondió: “Incluso una secretaria, ama de casa o adolescente común y corriente puede, a su manera, encender una luz tenue en una habitación oscura”.

La miniserie Una luz tenue cuenta la historia de Gies en ocho capítulos, que se filmaron en Ámsterdam y Praga. Durante las entrevistas en las locaciones, sus creadores y actores reflexionaron sobre por qué Gies aún es inspiradora.

“Si bien la mayoría conocemos el diario, el misterio es lo que sucedía fuera del anexo”, dice Tony Phelan, quien, junto con su esposa Joan Rater, dirigió el proyecto. Rater explica: “¿Qué significa esconder a personas en el día a día? Miep le dijo que sí a Otto Frank y, a partir de entonces, tienes que decir que sí todos los días, incluso cuando es difícil, incluso cuando estás enferma, incluso cuando no quieres… Y, para mí, el esfuerzo cotidiano es bastante dramático”. Phelan y Rater llevan 30 años casados y, tras seis años de investigación, crearon, escribieron y produjeron la miniserie. El documental de 1995 Anne Frank Remembered despertó su interés y visitaron la casa de Ana Frank, un museo que ocupa el edificio en donde los Frank se ocultaron. Rater bajó las escaleras estrechas y pronunciadas —igual que Ana lo había hecho— y vio a una niña que hacía vueltas de carro afuera. Un detalle positivo para Ana eran las visitas de Gies, que llevaba los suministros en bici. La actriz Bel Powley interpreta a Gies y, para entrar en la mentalidad de su personaje, recorrió esos trayectos. “Tony y Joan me dieron muchos mapas geniales para recorrer la ruta de Miep en bici”, cuenta.

Todo en pantalla se representa con la mayor precisión posible. El vestuario de la época está deliberadamente raído, como corresponde a tiempos de guerra. Aunque el glamur puede parecer frívolo, dada la constante amenaza de muerte, las mujeres ocultas “querían mantener las apariencias”, cuenta la diseñadora de peinado y maquillaje Davina Lamont. Un poco de labial era un intento por parecer normal cuando nada lo era.

Durante un día frío y riguroso en Praga, 300 extras vitorean a los soldados a bordo de un tanque que transita por las calles empedradas. La multitud ondea banderas naranja, el color real neerlandés, para esta escena que representa el Día de la Liberación, en mayo de 1945. Fue demasiado tarde para los Frank: meses antes habían arrestado a Ana y ella murió de tifoidea en el campamento de Bergen-Belsen.

La niña que quería ser una escritora famosa terminó siéndolo. Su diario reveló de manera única el corazón de una adolescente cualquiera y la verdad sobre el Holocausto, porque los lectores a quienes les parecía incomprensible la exterminación de 6 millones de personas podían identificarse con una niña. En todo caso, nadie habría podido leer las entradas que empiezan con “Querida Kitty” de no ser porque Gies reunió las hojas sueltas y el diario con portada de cuadros rojos y más tarde se los entregó a Otto, el único sobreviviente de la familia. “Lo hizo para ser amable y compasiva”, dice Liev Schreiber, quien interpreta a Otto.

Schreiber, cuyo abuelo judío emigró de Ucrania, encuentra paralelismos entre el antisemitismo durante la Segunda Guerra Mundial y el de hoy día. Cofundó el grupo humanitario que evalúa las donaciones para organismos sin fines de lucro en Ucrania y, cuando trabajó como voluntario en ese territorio asolado por la guerra, conoció a héroes modernos que arriesgan su vida para ayudar a los demás. En palabras de Schreiber: “Creo que recordar lo que lograron las Miep Gies del mundo —las luces tenues, las extraordinarias personas comunes y corrientes que hicieron algo, que se resistieron frente a la tiranía, que se resistieron a los tiranos, que se resistieron a los fascistas— nos brinda cierta perspectiva sobre lo que podemos lograr”.

EXPLORA | UNA LUZ TENUE

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2023-05-01T07:00:00.0000000Z

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Editorial Televisa