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BIOGRAFÍA

POR MÓNICA ISABEL PÉREZ

Conoce la vida, obra y legado de Freddie Mercury: compositor, barítono e ícono pop.

Hace 40 años, el mundo del rock conoció a Queen y a Freddie Mercury gracias a su álbum debut Queen. Compositor prolífico, barítono y tenor capaz de alcanzar notas imposibles, se convirtió también en la bandera de una lucha que hoy sigue en marcha: la desmitificación del sida.

Dle pregunta Dolezal, y responde con una conmovedora explicación de lo que él encuentra de sí mismo en esa composición de los 50: “La mayoría de las cosas que hago son una simulación. Es como actuar. Me subo al escenario y aparento ser un gran macho y todo eso. Y en mis videos actúo diferentes personajes. Por lo tanto creo que es un excelente título para lo que hago. Aunque el significado original de la canción tiene que ver con el amor (con simular en el amor), yo fui un paso más allá. El modo en que lo veo es que siempre estoy fingiendo. Es sólo diversión”. Lo que Dolezal no sabía es que Mercury estaba ejecutando su papel de gran simulador. e blanco, con el pelo corto, el rostro relajado y sin ningún artificio, Freddie Mercury, de pie, recargado en una rockola, charla con su amigo Rudi Dolezal, periodista y videasta. Dolezal no aparece a cuadro. De él, en la pieza de video llamada The

Complete Jukebox Interview, sólo se escucha la voz interrogando a Mercury en la que es, según los registros, la última entrevista que el músico ofreció.

Era 1987. En el video, Freddie habla de dos de los proyectos que él ya presentía como recta final de su carrera: su álbum solista Barcelona, hecho en colaboración con la cantante de ópera Montserrat Caballé, y el cover de los Platters “The Great Pretender” (El gran simulador), que él acababa de lanzar en la radio en modo solista. ¿Por qué elegiste cantar esa canción?,

De ningún modo mentía en la entrevista y tampoco estaba utilizando un disfraz, pero en su interior se libraba una batalla ante el desconcierto y la confusión que provocan las malas noticias. En la cima del mundo, en 1987 Freddie recibió un diagnóstico desolador: tenía Sida, enfermedad que nadie (ni los médicos, ni los medios, ni las familias, ni los afectados) sabía cómo afrontar.

COMO UNA BOMBA

“Creo que Freddie llegó a un punto en la vida en el que se pensó invencible”, confesó su amiga (y a quien él llamaba el gran amor de su vida) Mary Austin al Daily Mail, al hablar de cómo enfrentaron el padecimiento del artista. “Se convenció a sí mismo de que la estaba pasando bien y, en parte, quizá sí. Pero no creo que eso fuera del todo cierto”. Según Austin, antes de ser diagnosticado, Freddie había vivido años descontrolados en los que las fiestas eran el pan de cada día. Famoso por su gran apetito sexual y su promiscuidad (asuntos sobre los que le encantaba bromear, como la vez que dijo “cada vez que voy a Nueva York me vuelvo una p*ta, ¡es la ciudad del pecado con P mayúscula!”), casi de un día para otro se convirtió en un fugitivo del ojo público. Esta conducta detonó una infinidad de rumores sobre su salud. Su familia y amigos fueron acosados por la prensa, pero ellos negaron que algo iba mal.

Y es que, ¿cómo que Mercury no era invencible? Uno ve sus performances y es imposible, incluso, imaginarlo con una gripe. Freddie era, además de fuerte, una prueba viviente de que uno siempre puede conseguir lo que quiere. “No voy a ser una estrella”, decía, “¡voy a ser una leyenda! ¡Quiero ser el Rudolph Nureyev del rock’n’roll! Lo logró con perseverancia. “Al principio estaba preparado para pasar hambre, lo cual llegó a suceder”, confesó una vez, “así que puse mi empeño en intentarlo. Debes creer en ti mismo, sin importar cuánto tiempo necesites”. Estas palabras fueron registradas en el libro Freddie Mercury, su vida

contada por él mismo, realizado gracias a las entrevistas hechas por los autores Greg Brooks y Simon Lupton, las cuales dejaron ver su carácter tenaz y enorme ambición: “(Cuando formamos Queen) Esperábamos llegar a lo más alto y no íbamos a contentarnos con menos. Sabía que lo teníamos todo en términos musicales. Éramos lo suficientemente originales y empezamos a demostrarlo”.

Parecería que, en un parpadeo, había conseguido su sueño y convertido en el imparable hombre supersónico de “Don’t Stop Me Now”, canción de su autoría lanzada a finales de la década de los 70.

Antes de que Queen obtuviera su primer contrato discográfico, él ya había intentado estar en otras bandas. Tocaba, primero, como un hobby para relajarse después de sus estudios de diseño gráfico en la escuela de arte Ealing, en Londres, a la que había llegado a vivir a los 18 años, luego de pasar casi toda su niñez y adolescencia en India. Lo contaba así: “Fui a la facultad de Bellas Artes con la intención de conseguir mi diploma, lo cual ocurrió, y luego me convertiría en un ilustrador, esperando ganarme la vida como artista freelance. La música era siempre algo secundario, pero, de alguna manera, fue tomando más terreno. Cuando acabé mis estudios, estaba harto de eso. Pensé: ‘No creo que pueda ganarme la vida con esto porque mi mente no se conecta’. Así que pensé en pasarla bien con la música un rato”. A primera vista no tuvo suerte con las bandas en las que estuvo antes de Queen, pero a veces, lo que parece un fracaso es una victoria. Su primera banda fue Ibex, a la que llegó como cantante luego de que Smile lo rechazara. En Smile tocaban el guitarrista Brian May y el baterista Roger Taylor, quienes, tras el fracaso decidieron probar suerte

VANIDADES

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2023-06-01T07:00:00.0000000Z

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