Qué dices con tu ropa

El consultor en imagen pública explica cómo expresarte con tu vestuario.

Personalidad, modo de vestir, carácter o je ne sais quoi, hay una línea directa que vincula quiénes somos con cómo vestimos. Y no sólo se trata de “como te ven, te tratan”, esto es aún más profundo, pues “como te ves, te tratas”. De ahí la clave de poner énfasis en que el cuidado personal es asunto de cada quien.

“En el libro quería cumplir con tres cosas: darle seriedad y enfoque académico al tema de laimagenfísica;mantenerpluralidad,rompiendo barreras de edad, género u orientación sexual, y ofrecer una experiencia de capacitación y asesoría personalizada”, explica Álvaro Gordoa, consultor en Imagen Pública (e hijo de Victor Gordoa, fundador de dicha empresa). Para hacerlo más didáctico, formuló un acrónimo que condensa su experiencia en la materia, en el que la P significa psicología de la ropa; la O, de organización del clóset; la R, de reconocimiento de cara, cuerpo y color; la T, de trucos ópticos, y la E, de estilo, entendido como expresión de la individualidad. Pero veamos de qué va el método P.O.R.T.E.

¿La pandemia modificó nuestro estilo?

Sí, porque las prendas son una manifestación social de los tiempos y los cambios históricos. La pandemia nos relajó, nos hizo darnos cuenta de que menos es más. El otro día leía un estudio académico que señalaba 80 por ciento menos en el uso de la corbata, y en el caso de la mujer, ¡una reducción en el empleo del tacón! Antes se hacía un sacrificio en aras de la estética y el mensaje simbólico, y ahora regresa una mujer ejecutiva más cómoda.

¿Se mantendrán estos cambios?

Los hechos sociales nos cambian y marcan. Los pronósticos que leo como consultor en imagen pública, sobre lo que nos espera para 2022, es que nos vamos a quedar con lo bueno que la pandemia nos trajo: vivir más lento, ser más libres de nuestros tiempos, vestir más relajados, estar interconectados, tener reuniones sociales más pequeñas, disfrutar experiencias más personalizadas y conseguir todo con un clic.

En este contexto, ¿cómo funciona tu método?

El libro lo escribí durante la pandemia, y considero que durante este periodo pudimos apreciar el poder de la psicología de la ropa, al entender cómo el vestuario afecta el comportamiento humano. Durante el aislamiento hubo personas que decían: para qué me baño, maquillo o perfumo, si nadie me va a ver, ¡y bajó su productividad! Y es que la ropa te pone en un estado anímico que te predispone. Así que vamos a usar la ropa como un catalizador de emociones y actitudes para ti y para los demás.

¿Un elemento del guardarropa infravalorado?

El calzado es un gran punto focal. El ojo humano está acostumbrado a hacer barridos de abajo para arriba y viceversa. Y no sólo eso, en el contacto visual disimulado, normalmente, vemos al piso y en lo que ponemos atención es en lo que la gente calza. Hay un estudio que dice que lo primero que una mujer ve en un hombre son sus zapatos. Inconscientemente, ellos hablan de su estilo, personalidad y gustos.

¿De qué manera reformular los mensajes de nuestro outfit?

Fácil, al momento en que te encuentres frente a un espejo no te preguntes: “¿Cómo me veo?”. Cuestiónate, qué mensajes estoy enviando, entendiendo que es un juego de causas y efectos, y sacrificando algunos caprichos personales con el fin de dejar claro el mensaje que debes manejar. Así que, aunque ames las uñas largas, afiladas y con brillos, si eres proctóloga, simplemente no las uses.

“Los cambios históricos se ref lejan en nuestra ropa, y con nuestra vestimenta nos relacionamos con el mundo”.