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LA FELICIDAD EN TU COCINA

Ana Martorell la encontró justo allí. La chef nos platica cómo, con una Vitamix, la experiencia puede ser infinitamente mejor.

En la carrera de Derecho nunca se sintió tan contenta como en la cocina. Ana Martorell confiesa que en ese espacio aprendió a sonreír. “¡Me sentía feliz! Y al final todos venimos a este mundo a buscar alegría”.

“La cocina es y será ese sitio donde, cuando estoy estresada, busco paz.

Cocino y todo cambia. Al descubrirlo comencé un auge en mi carrera, porque hay trabajos y vocaciones, y la cocina fue mi preferencia”. Y es que guisar es una manera de unir a la familia, nos guste hacerlo o no: “Durante el confinamiento muchas mujeres quisieron cambiar el menú, hacer algo diferente porque se cansaron de la rutina, y así empezaron con platillos básicos… Yo encontré recetas y herramientas para reinventarme”. Ella conocía Vitamix como una licuadora superpotente, pero descubrió que en realidad podía facilitarle la vida.

Sus tips con Vitamix

“Amo los smoothies, pero nunca tenían la consistencia ideal”, platica la chef, y la logró con Vitamix, que además tiene vasos mezcladores muy útiles, “sólo les pones las tapas y te los puedes tomar en el camino, para mí fue fantástico porque salía sin desayunar”. Ana tiene el modelo A3500, y ahorra tiempo. “En una Vitamix puedes hacer tu desayuno, pero también la sopa o darle a tus hijos snacks saludables, como una crema de cacahuate, pues tienes los aditamentos”. Y con esta maravillosa herramienta creó su chimichurri mexicano. “Mezclé piñón, aceite de oliva, cilantro y vinagre balsámico. Lo molí y quedó la textura de un chimichurri, el cual puedes poner a un queso de cabra con espinacas; un aderezo perfecto para un callo de hacha o carne”. Con una propuesta así de rica, ¿te animarías a buscar la alegría en tu cocina? ●

La comprometida reina de Bélgica prepara y comparte la famosa receta de bolas de nieve con sus seres queridos, y los diversos centros de caridad de los cuales es patrona, como Queen Mathilde Fund. Aunque se trata de un postre de origen humilde, creado en 1913 por el confitero belga August Larmuseau para la población que no podía pagar una barra de chocolate, con el tiempo se volvió un éxito de ventas, llegando a ser de los favoritos de príncipes e intelectuales, como

Kyril de Bulgaria o Marcel Proust.

COCINA

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2021-05-01T07:00:00.0000000Z

2021-05-01T07:00:00.0000000Z

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Editorial Televisa