“A MIS HIJOS LES AFECTA LO QUE DICEN DE MÍ”

Tras las polémicas en que se ha visto envuelto recientemente, ARATH DE LA TORRE nos comparte cuál es la lección más fuerte que le han dado sus retoños

“¡Recuerden que Arath de la Torre también es papá!”, remarcó en entrevista el conductor del programa Hoy, en medio de la polémica que lo ha envuelto en los últimos días. En vísperas del Día del Padre, el comediante nos compartió cómo ha vivido la paternidad con sus hijos Gala, de 15 años; Lucca, de 12, y Lía, de seis, quienes lo han hecho una persona más fuerte. “Los hijos son seres humanos divinos que vienen a darnos muchas lecciones en la vida”, enfatizó.

“SOY DE LA GENERACIÓN DEL CHANCLAZO, PERO NUNCA HE TOCADO A MIS HIJOS” ¿Qué tan difícil ha sido ser padre de tres hijos?

¡Imagínense! Conforme van creciendo, más grande es el reto. Como en el beisbol, tengo casa llena: yo soy el pitcher, y debo tener mucho cuidado porque se me pueden ir a home y me anotan carrera, por decirlo de alguna manera; son tres y tengo que estar siempre pendiente de las tres bases. Antes de aventar la pelota, debo fijarme muy bien en lo que hago para no perjudicarlos y darles un buen ejemplo.

¿Cómo eres con tus hijos?

Soy amigo, no soy de esos que dicen: “¡No soy su amigo, soy su papá!”. Yo soy su amigo, pero también pongo límites, los regaño y les jalo las orejas; eso sí, nunca les he pegado. Lo más difícil es tratar de ser un buen padre, porque nosotros vivimos otra generación; yo, por ejemplo, viví la del chanclazo; sin embargo, en mi vida les nunca les he dado uno, nunca los he tocado.

¿De qué forma los reprendes entonces?

Trato de hacerles entender cuando están mal, siempre con la lógica, razonamiento y amor. Obviamente también hay castigos, pero nunca los he violentado; siento que, si yo hago eso, al rato ellos harán lo mismo conmigo y no es la solución. Soy de la generación que vivimos el chanclazo, y que ahora estamos en otro rollo; además, hay tanta información que también luchamos con eso, porque los hijos nos dan la vuelta 30 veces en argumentos que sacan de Internet y de las redes sociales. Hay que cuidarlos mucho del bullying cibernético y de todo, pero lo más importante es sembrarles valores; los que nos dieron a nosotros y que vienen desde los abuelos: ser honestos, buenos ciudadanos, cuidar a la humanidad, que dejen huella en su paso por la vida, guiarlos para que sean personas derechas y que se defiendan cuando tengan que hacerlo... En fin, ¡es un rollo ser papá!

Los comentarios que traen dolo son más digeribles para una adolescente de 15 años, uno de 12 y una niña de seis, ¡les llega fuerte!”

¿De qué forma cuidas lo que ven en Internet y en redes sociales?

En estos momentos ya es imposible controlar eso, todo les llega directo; ellos viven en un mundo que yo en mi vida imaginé: pueden ver el futbol o las películas cuando quieran y revisar la información cuando quieran: tratamos entonces de poner horarios, que tengan actividades físicas, que practiquen mucho deporte, que coman y duerman bien... Hasta ahorita mis hijos son niños sanos, no se han tirado al alcohol y a ninguna droga; bendito Dios, todo está bien, pero todo puede pasar porque sabemos que ahora, por más que tú los blindes, que quieras ponerlos en una caja de cristal, el mundo ha cambiado.

“SOY RESPONSABLE DE LO QUE HAGO Y SÉ A LO QUE LE TIRO CUANDO LO HAGO” En ese sentido, ¿qué les dices cuando circula información de ti y no de forma positiva?

Mucha gente se ha olvidado de que soy papá, y que los comentarios que traen dolo son más digeribles para una adolescente de 15 años, uno de 12 y una niña de seis, ¡les llega fuerte! Me han dicho: “Eres trending topic, papá; ¡otra vez eres tendencia! ¿Ahora qué hiciste o qué dijeron de ti?”, y hay que explicarles que su papá y su mamá son personas públicas, y lo que decimos o no a veces repercute; pero sí recordemos que Arath de la Torre también es papá, y que a sus hijos les llegan las cosas de las personas que intentan hacerle daño: de las revistas, de los programas, de las redes sociales... Hay que tener cuidado porque ellos no tienen la culpa. Antes era difícil que compraran una revista para enterarse de qué pasó con su papá, pero ahora todo les llega por Internet; no nos olvidemos nunca que soy papá, y que a mis hijos les afecta lo que se dice de mí.

Al final de cuentas eres un ser humano y te equivocas…

Sí, soy un ser humano, me equivoco, repercute y soy responsable; lo que les he enseñado a mis hijos es que la culpa no existe, que es un sentimiento católico que nos han heredado. En mi caso, soy responsable de lo que hago y sé a lo que le tiro cuando lo hago; eso siempre les he enseñado: hacerse responsables de sus acciones, no culpables, porque la culpa es victimizarse, echarse a llorar y decir: “¡Me hicieron y me hicieron!”, y no. Hay que responsabilizarse: si yo hice, me aguanto.

¿Cuál es la lección más grande que te han dado tus hijos?

No subestimarlos, porque muchas veces pensamos: “Son más chicos, no saben”, pero no; hay que hacerles caso en muchas cosas, porque ellos nos ven diario, conviven con nosotros todos los días y saben dónde te pueden señalar algún defecto o falla. Lo que yo he aprendido es a escucharlos; cuando me dicen, por ejemplo: “Papá, estás mal”, y no me pongo en el plan de “¡Soy tu papá y te callas!”, hay que escucharlos y darles la razón cuando la tienen, porque los hijos son seres humanos divinos que vienen a darnos muchas lecciones en la vida. Ellos a mí me ha hecho un ser humano mucho más fuerte”.