“MI VIDA NO TENÍA SENTIDO”

ISAAC SALAME revela que antes de dedicarse a la comedia, ¡vendía fierros!; en exclusiva nos cuenta cómo LOGRÓ CAMBIAR SU DESTINO

Antes de hacer reír a las personas, Isaac Salame se sentía frustrado, pues aunque ya era comediante, no ejercía su profesión y libraba una batalla interna. Añoraba dedicar su tiempo a su pasión, pero su familia no estaba de acuerdo; en casa le habían enseñado que el dicon nero se hace los negolo cios, y eso hizo estar atado a trabajar en algo que lo hacía infeliz: vender fierros.

Más allá de todo el escándalo que generó la secta de Keith Raniere, a la que él perteneció sin saber lo que realmente ocurría, Salame confesó a TVyNovelas que gracias a lo que aprendió en sus programas ESP (Executive Success Programs, o Programas de Éxito Ejecutivo, como se les conoce en español) fue que cambió el rumbo de su vida y se abrió paso en la comedia: “A mí me sirvió muchísimo ese programa, yo cambié mi vida, me dedicaba a vender fierros, y gracias a ese curso hice un plan, tanto emocional como mental”, dijo.

El actor, quien forma parte del programa Me caigo de risa, detalló su trabajo en esa etapa que dejó atrás hace 10 años: “Yo vendía materiales de construcción: alambre, alambrón, malla… ese era mi trabajo; salía todos los días a la obra y de ahí me iba a vender mis fierros a los arquitectos, y era muy infeliz”, recordó.

El vacío que sentía por dedicarse a algo que no le gustaba, cada vez se fue haciendo más grande y afectó seriamente su salud mental: “Estudié actuación, me gustaba la comedia, pero existía esta idea errónea de que ese era un hobby y tenía que trabajar en otra cosa, porque de la comedia me iba a morir de hambre. Tenía esta creencia fuertísima que me tenía con sobrepeso y depresión; no encontraba mi sentido en la vida, acababa de tener un hijo y no le quería heredar un negocio que a mí me hacía infeliz, porque en verdad, yo iba a la oficina pensando: ‘Qué flojera lo que hago’, pero era por dinero”, reveló.

Al final eso había aprendido en casa: “Mi familia siempre fue muy conservadora, tradi

Mi familia se traumó más porque me dediqué a ser comediante, que por haber estado en la secta”

cionalmente de comerciantes, donde el principal valor era hacer dinero. Recuerdo que una vez le dije a mi abuela que estaba pensando en entrar a la universidad, y me dijo: ‘¿Quieres estudiar una carrera? Pues yo te doy tu carrera: compra algo y véndelo más caro’. Entonces, venía de esa onda de que tenías que vender cosas, trabajar y hacer dinero…”.

“ME DECÍAN QUE ESTABA LOCO”

En ese contexto, los programas que servían de pantalla en la secta de Keith Raniere fueron las herramientas necesarias para que Isaac despertara su conciencia y transformara su vida. “En esos cursos fue que entendí y quité una creencia de por vida que me hizo mucho daño, me dije: ‘Yo puedo vivir de lo que quiera’, y en ese momento comenzó una nueva vida para mí. Un día llegué a la oficina y le dije a mi socio que ya no iba a continuar vendiendo fierros”.

Para él, ese momento fue como si hubiera salido del clóset: “Cuando dije que iba a ser comediante, muchas personas me dieron la espalda. Al principio sólo mi mamá me apoyaba y casi todos los demás me decían que estaba loco, que estaba tirando mi vida a la basura; y ahora que lo converso con algunos amigos, coincidimos que fue como cuando ellos salieron del clóset, porque les pasó algo similar, que no los apoyaban. Creo que mi familia se traumó más porque me dedicara a ser comediante, que por haber estado en la secta”, expuso.

“QUIERO ENSEÑARLE A MI HIJO A SER FELIZ”

A cinco años del destape del escándalo sexual de la secta DOS, encubierta por el movimiento NXIVM y la encarcelación de su creador, Keith Raniere, el comediante hizo una retrospectiva y un balance de lo positivo que le dejaron los programas de formación que cursó. “A mí me dio herramientas permanentes, hoy en día todavía recurro a ellas para sentirme mejor, para salir adelante, para motivarme, para llevar mi vida hacia adelante… Creo que eso fue lo más triste que me sucedió; cuando me enteré de que detrás de estos programas de formación había una secta, cuando leí el artículo del New York Times que destapó todo, fue muy decepcionante”.

Isaac permaneció seis años en el movimiento, comenzó como aprendiz y terminó como coach, al igual que la actriz Verónica Jaspeado: “Esos seis años me dejaron muy buena información para mi vida, y también hermanos entrañables, gente con la que hoy en día hay mucha camaradería a pesar de todo, entonces, yo salí ganando”, aseguró.

Hoy por hoy, Isaac vive feliz y pleno, y es el orgulloso padre tres pequeños; Jacobo, el mayor, es un adolescente de 13 años que lo ha impulsado a ser cada día un hombre mejor: “No quería heredarle a mi hijo esa crianza de que tiene que trabajar en vender algo… No, yo quiero enseñarle la felicidad”. El comediante dijo que su primogénito quiere ser futbolista, y él está de acuerdo: “Yo le dije que estaba bien, pero que también tenía que estudiar para formarse dentro del mundo del futbol, como ser director técnico, terapeuta, etc.”.