SU VOCACIÓN LA SALVÓ DEL MIEDO

La enfermera BLANCA RIZO, del hospital Venados, nos comparte cómo superó la incertidumbre ante la pandemia de COVID-19

Desde hace ocho años, la enfermera Blanca Rizo ha trabajado en el área de ginecología del Hospital General de Zona 1-A Dr. Rodolfo Antonio de Mucha Macías “Venados”, del Instituto Mexicano del Seguro Social, pero desde que inició la pandemia de COVID-19, se ha comprometido a brindarle atención humanitaria a los pacientes del hospital y a varios que se han atendido en sus hogares.

“LO QUE MÁS DA TEMOR ES CONTAGIAR A TU FAMILIA” ¿Cómo has vivido todo este tiempo que ha transcurrido de pandemia?

El hospital se reconvirtió a finales de marzo de 2020, mi piso era de ginecología, pero de un momento a otro se convirtió en área de medicina interna COVID-19, entonces fue muy raro, porque ya no llegábamos a ver mamitas embarazadas o a escuchar a los bebés, ahora oíamos a tope las tomas de oxígeno y la respiración marcada de los pacientes. Realmente no sabíamos qué hacer, pero tuvimos que salir adelante como fuera, casi nos echábamos un volado para ver quién entraba.

¿En qué momento empezaron a sentirse más adaptados?

Cuando tuvimos que empezar a comprar nuestro propio equipo de seguridad para estar más protegidos, ya que el hospital solamente nos daba el básico. También cuando empezamos a agarrarles la onda a los pacientes, tratando de tranquilizarlos, acompañándolos y entendiendo que más allá de los medicamentos, era muy importante acompañarlos y platicar con los que podían, porque el hecho de saber que tú les vas a brindar palabras de aliento te ayuda a no tener miedo.

¿En algún momento llegaste a sentir miedo?

Por supuesto que sí, porque todos éramos vulnerables a contagiarnos, y así fue, muchos compañeros empezaron a contagiarse o habían fallecido, entonces, eso te genera angustia, te provoca querer cuidarte mucho más, ya que lo que más da temor es contagiar a tu familia.

¿ Tú o alguien de tu familia se contagiaron?

Lamentablemente sí, fue en el mes de octubre, empecé con falta de olor y gusto, pero antes de mí empezaron mis hijos y luego mi marido, nos hicimos la prueba y

salieron positivas, lloramos cuando supimos el resultado, pero gracias a Dios nadie de nosotros se complicó; mis hijos fueron los que estuvieron un poquito más delicados, con dolor de garganta y temperatura, pero salimos adelante con medicamentos y buena actitud.

¿Qué fue lo más complicado de haberse enfermado?

Que se siente feo que las personas no se quieran acercar, pero de algún modo se entiende, porque ese es el temor que tenemos todos en este momento; afortunadamente nos estuvieron llamando nuestros familiares, nos llevaron cosas y nos brindaron motivación que nos levantaba el ánimo, pero hubo pacientes a domicilio y en el hospital que no corrieron con la misma suerte.

¿Qué sucedía?

Hubo pacientes a los que tenían aislados en sus habitaciones y sus familiares no se querían ni acercar, pero a veces lo que no entendemos es que el aislamiento y la soledad te hacen pensar muchas cosas, y que los familiares se comporten así puede generar que la persona enferma empiece a decaer.

¿Y en el hospital?

En varias ocasiones metí mi celular en una funda protectora para que los pacientes hicieran videollamadas; en algunos casos eran despedidas o la última vez que hablaban con sus familiares, pero yo quedaba satisfecha, porque el simple hecho de ver a sus seres queridos, que escucharan música o que nos vieran llegar a nosotros los hacía sentir mejor.

“HA SIDO MUY BONITO QUE RECONOZCAN MI TRABAJO” A más de un año que inició la pandemia, ¿cómo se ve el panorama ahora?

Todo ha mejorado un poco, estamos más tiempo acompañando a los pacientes, ya no se escuchan tanto las tomas de oxígeno ni a la gente con tos, ahora ya lo sabemos controlar más, se ha convertido en algo más rutinario, lo hacemos con más ánimo, entramos las veces que sean necesarias, y de algún modo seguimos aportando nuestro granito de arena.

¿Es decir que te has enfocado en dar un trato mucho más humano?

Así es, soy una persona que trata de darles más de mi tiempo para platicar, motivarlos y que estén tranquilos, y me ha funcionado muy bien; además, ha sido muy bonito que reconozcan mi trabajo, y saben que lo hago con mucho cariño.

¿ Ya tuviste la oportunidad de aplicarte la vacuna contra la enfermedad?

Gracias a Dios sí, y fue en mi hospital; la segunda dosis me la aplicaron a principios p de marzo de este año, y me siento un poco más alivianada; al principio tenía miedo de ponérmea por todo lo que se ha dicho en los medios, pero no tuve ninguna reacción, más que cansancio cuando me aplicaron la primera, tampoco me he enterado de casos en los que hayan tenido complicaciones graves.

¿ Cómo ha sido atender a los pacientes que se encuentran en sus s hogares?

Siempre S que los voy a ver soy muy honesta, les digo que le vamos a echar muchas ganas, pero que si algo llega a complicarse, tendrán que acudir al hospital; afortunadamente he tenido muchos pacientes exitosos, aunque también ha habido casos que han marcado mi corazón.

¿Como cuáles?

Como el de un señor que pidió irse al hospital porque ya no podía, empezó a desaturar y se lo llevaron, pero tardaron mucho en encontrar un lugar, y lamentablemente falleció a los dos días; el segundo fue el de una señora que decidió quedarse en casa, no quiso ir al hospital, y cuando llegué a su revisión, ya había fallecido frente a sus hijos, fue un caso muy doloroso para mí porque me sentí identificada, ya que mis hijos tienen siete y cinco años.

¿Te siguen buscando con la misma frecuencia que antes?

Ahorita ya bajó, antes me hablaban en diferentes horas del día, tenía que estarme moviendo a los domicilios, y no porque no tuviera mucho tiempo, sino porque me decían que nadie quería ir a verlos, entonces me sentía comprometida, aunque hubo muchos otros casos en los que tuve que decir que no, incluso sentí un poco de miedo porque me marcaba mucha gente y me lo pedían por favor, pero también valoras tu vida, tu tiempo y a tu familia.

¿Qué le dirías a la gente que nos está leyendo sobre la importancia de seguir cuidándose?

Que no bajemos la guardia, que sigamos nuestras medidas de seguridad y procurar no salir a cosas que no sean necesarias; esperemos a que todos estemos vacunados para sentirnos un poco más en confianza y retomar actividades que por ahora tienen que esperar.

Mis hijos, mi marido y yo salimos positivos, lloramos cuando supimos el resultado

Uno de los momentos más difíciles que ha pasado Bárbara Islas fue cuando se contagió de COVID-19 en diciembre pasado; la actriz estuvo 15 días batallando contra la enfermedad sola, se aisló y no pudo ver a sus padres en Navidad y Año Nuevo. Afortunadamente dejó la pesadilla atrás y ahora se recupera de las secuelas, pero eso sí, no ha bajado la guardia. “Creo que la gente debe tomar mucha más conciencia de esta enfermedad; sé que todos estamos cansados, hartos, incluso enojados, pero es estar vivos o muertos, y con la salud no se juega”, destacó.

“ESTAR LEJOS DE MI FAMILIA Y NO TENER A NADIE QUE ME AYUDARA FUE BASTANTE DURO” Eres sobreviviente del COVID-19, ¿cómo lo viviste?

Pues justo cuando la pandemia inició, en marzo de 2020, empecé a trabajar en Cuéntameloya! y, como saben, Odalys Ramírez, mi compañera, fue de las primeras contagiadas, entonces tenía mucho miedo, pero nadie resultó contagiado, y de alguna manera eso hizo que me confiara un poco y seguí trabajando; empecé a grabar la segunda temporada de Mi querida herencia y todo iba bien, obviamente seguía todas las medidas: la sana distancia, no salir a ninguna parte y todo, y cada vez veía más lejos un contagio. Sin embargo, cuando estaba en las grabaciones de la telenovela ( Fuego ardiente), con Carlos Moreno, en una de las pruebas que nos hacían cada semana de repente salí positiva.

¿Cómo lo tomaste? ?

Fue un golpe durísimo o porque se acercaban Navidad y Año Nuevo, por fin iba a ver a mi famil ia, que está en Puebla y no la había visto des sde marzo, y ya no fue posible; el 20 de dicie embre que salí positiva me dio calentura y em mpecé con los síntomas, tuve que pasar e sas fechas completamente sola en mi casa a.

¿Qué síntomas tuviste?

Tenía sueño todo el día, estaba superdispersa, no podía ver una película porque me ponía a pensar en otra cosa, tenía un dolor de cabeza fuertísimo y mi respiración cambió muchísimo, caminaba del cuarto a la cocina y ya estaba cansada. La verdad, fueron momentos bastante difíciles, me sentía muy mal y un día dejé de caminar.

¡Cómo crees! ¿Qué te pasó?

No tenía fuerzza en las piernas, estaba superpreocupada, pero gracias a Dios, a los dos días, volví a caminar. Sin embargo, el susto nadie te lo quita, y el hecho de estar lejos de mi familia y no tener a nadie que me ayudara fue duro. Aprendí la importancia de cuidarme, y no sólo por mí, sino por la gente que me rodea.

“YO nO hE bAJADO LA guARDIA, nO hE IDO A fIESTAS nI nADA” ¿Te quedaron secuelas?

Sí, muchas, tengo mala condición, me canso si voy de un lado al otro, respiro muy mal, me dejó mucho estrés, ansiedad, insomnio, y también me affectó la memoria, me ha costado mucho trabajo aprenderme los guiones o las noticias que tengo que dar en Cuéntameloya!, en fin…

¿Qué te dijo el doctor?

Hablé con un infectólogo y me dijo que todo ello eran secuelas del COVID-19, y lo peor es que me puede volver a dar; el otro día pensé que ya tenía otra vez la enfermedad.

¿por qué?

Porque me dolía mucho la panza, y lo primero que pensé fue: “¡Es COVID!”. Creo que la gente debe tomar mucha más conciencia de esta enfermedad; sé que todos estamos cansados, hartos, incluso enojados, pero es estar vivos o muertos, y con la salud no se juega.

¿Cómo te cuidas? ¿Qué tratamiento estás llevando?

Tomé terapia pulmonar y he cuidado mucho más mi alimentación, también hice un tratamiento de células madre, el cual ayuda a regenerar cualquier órgano que haya quedado afectado, y obviamente sigo chambeando mucho, pero sólo voy del trabajo a la casa y nada más.

Entonces, ¿has extremado precauciones?

Desde luego, yo no he bajado la guardia, no he ido a fiestas ni nada; después de que lo vives, entiendes que no está tan fácil, hay gente que un día te dice que se siente perfecta, al otro día la intuban, y al otro se muere, para mí es como una “enfermedad zombi”.