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Un viaje ambicioso

Ha viajado a 195 países y se convirtió en la primera mujer negra en documentar esa hazaña. Veamos con ella lo que aprendió en el camino.

Por Brooke Sabin y Nora Wallaya Fotos: cortesía de Jessica Nabongo

Todo comenzó en Bali. Durante unas vacaciones de dos semanas en 2017, Jessica Nabongo se sentía a la deriva después de un cambio de carrera como asistente de una oficina corporativa a empresaria. Luego leyó un artículo sobre una viajera llamada Cassie De Pecol, que acababa de establecer un récord mundial Guinness por visitar todos los países del planeta en el menor tiempo. Nabongo se dio cuenta de que había una comunidad de personas como ella, que anhelaban poner un pie en todas las naciones. Quería convertirse en la primera mujer negra en hacerlo.

En realidad, Nabongo iba bien encaminada, puesto que ya había estado en 59 países. Comenzó a viajar a los cuatro años, acompañando a sus padres ugandeses en viajes familiares desde su ciudad natal, Detroit, en Míchigan. Poco imaginaron sus

padres lo que motivaron al inculcarle el gusto por viajar a su pequeña hija.

El 6 de octubre de 2019, día del cumpleaños de su difunto padre, Nabongo completó su misión cuando aterrizó en las Seychelles, con lo que había visitado 195 países (de los cuales 193 son miembros de las Naciones Unidas, más dos que no lo son, la Santa Sede y los territorios palestinos). Pero no se trata solo del recuento de países. Sobre la marcha se convirtió en escritora, fotógrafa y apasionada defensora del turismo incluyente y ético. Comparte sus aventuras en el blog The Catch Me If You Can y en una cuenta de Instagram. Nabongo acaba de publicar en 2022 un libro con National

Geographic sobre sus experiencias alrededor del mundo, en el que destaca 100 de sus países favoritos. Aquí nos habla sobre encuentros sorpresa, cómo desterrar el miedo y consejos para viajar mejor.

¿Qué inspira tus viajes?

Curiosidad, es lo que siempre me ha inspirado. Tengo un fuerte deseo de ver las diferencias y similitudes en cuanto a cómo vive la gente en todas partes del mundo, incluso en casa, en Estados Unidos. Confío en los extraños y creo que puedes viajar solo a cualquier lugar.

¿Cuál ha sido la persona más interesante que has conocido?

Mi guía en Argelia, Zaki. Fue hacia el final de mi viaje, cuando había muchas protestas antigubernamentales. Se suponía que íbamos de regreso, pero terminamos sentados en un café mientras platicábamos. Nunca olvidaré lo que dijo: “Solo vivo por vivir. No puedes tener una ambición desenfrenada aquí, especialmente si eres el hijo mayor”. Me impresionó. Simplemente por el lugar donde había nacido, sus oportunidades estaban limitadas hasta el punto en que ni siquiera quería pensar en el éxito.

¿Tienes algún héroe viajero?

Bárbara Hillary. Fue la primera mujer negra en visitar los polos Norte y Sur, y lo hizo a los 75 y 79 años, ¿no es una locura? El otro es Cory Lee. Está en silla de ruedas y ha visitado 37 países. No puedo compararme con él porque no he enfrentado esos desafíos, pero me encanta el hecho de que estar en una silla de ruedas no le impidió explorar el mundo. También sigo a Traveling Black Widow en Instagram. Estuvo casada por 31 años y después de la muerte de su compañero siguió explorando el mundo. La amo.

Cuando hablamos de diversidad, la gente piensa sobre todo en la diversidad racial, pero también tiene que ver con las habilidades, la edad y el tipo de cuerpo. Hay tantos tipos de diversidad y todo el mundo debería ser visto. Me gusta ver cómo las personas viven sus vidas sin limitaciones.

Antes de tu oficio como viajera, estudiaste desarrollo internacional y trabajaste con las Naciones Unidas. ¿Eso te ayudó a prepararte?

Aprender sobre historia política y económica en la London School of Economics abrió mi mente por completo y me enseñó sobre el mundo, y la ONU fue sin duda una experiencia interesante. Mis estudios me permitieron comprender las dinámicas poscoloniales y cómo los diferentes países ejercen su poder.

Un ejemplo simple de cómo puede aplicarse esto a los viajes es la relación entre las antiguas colonias y las rutas aéreas. La forma más fácil de llegar a las antiguas colonias francesas, particularmente en África, es volando desde París. Las aerolíneas francesas tienen el monopolio debido a la diáspora.

¿Cuál es el lugar más extremo que has visitado?

Hablemos de Sudán del Sur. La embajada de Estados Unidos desaconseja encarecidamente a los ciudadanos estadounidenses que viajen allí y un diplomático me advirtió que era demasiado peligroso. Sudán del Sur es inseguro en términos de su gobierno y, por supuesto, han sucedido cosas terribles. Pero siempre digo que ningún país del mundo es completamente seguro y ninguno es completamente inseguro. Encuentras lo que buscas. Lo que busco es humanidad. Estoy buscando amor. Así que fui de todos modos.

Allí conviví con una mujer sudanesa, Nyankuir. No quería estar en un complejo protegido sin poder salir. Visité un campamento ganadero; el ganado es un aspecto fundamental de la cultura dinka. Pasé un tiempo hablando con los ancianos y los niños, y averigüé mi precio como novia: 30 cabezas de ganado, como máximo, porque mido un metro setenta y me consideran de talla pequeña.

También recuerdo mi visita al mercado. Había un anciano sentado justo en medio. Su rostro estaba muy arrugado y me encontré mirándolo fijamente. Pensé que estaba pidiendo limosna, pero resultó que sus hijos ya eran grandes y se habían marchado, y no le gustaba estar solo en casa. Así que se sentaba en el mercado todos los días para interactuar con la gente. Le pedí una foto y me dijo que esperara porque quería ponerse los lentes primero. Así que ahora tengo estos dos retratos: uno de cómo él quería ser visto y otro de cómo yo quería verlo.

LA BÚSQUEDA

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2023-03-01T08:00:00.0000000Z

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