LOS SABORES DE TALLIN

Leib

El centeno se ha cultivado en l os Estados bálticos desde hace más de mil años, gracias a su capacidad de florecer incluso en condiciones extremas. El leib es uno de los alimentos por excelencia de Estonia: se come en el desayuno, el almuerzo y la cena. El pan es denso, se le puede untar mantequilla, acompañar con arenques del Báltico, o remojar en sopa.

Rosolje

Al igual que el leib, las papas son el pilar de la cocina estonia. En el pasado, aldeas enteras se reunían para cosechar papas de septiembre y almacenaban su valioso tesoro en costales de yute para los meses de invierno. El rosolje es una ensalada con tonos fucsia que tiene trocitos de papa, betabel, manzana, huevos duros y, a veces, arenques encurtidos, todo bañado en un aderezo cremoso.

Verivorst

Es una tradicional salchicha a base de sangre de cerdo, cebada, cebolla, allspice y mejorana; la piel del intestino se rellena con estos ingredientes. Se sirve como entrada en Navidad, se disfruta con crema ácida, y mermelada de arándano rojo o encarnado. Con la sangre de cerdo –que se mezcla con harina, cebollas fritas, manteca y un sazonador– también se elaboran dumplings llamados verikäkk.

Arenques

Este pescado graso y plateado es componente clave de muchos platos tradicionales, y se puede servir con rebanadas de leib, en rosolje o abundantes estofados. Los arenques se pescan durante la primavera, por lo que se suelen salar, marinar o encurtir para consumirlos en los meses de invierno.