CENTRO HISTÓRICO

Construido en el sitio que ocupaba la antigua capital mexica, el Centro Histórico es donde las ruinas del México antiguo y las fachadas coloniales se encuentran. Es fácil admirar la zona por su arquitectura, pero hay más de lo que se ve, con cantinas, locales de alta cocina y museos por explorar. Empieza en El Cardenal, un restaurante que ha servido desayunos mexicanos clásicos desde 1969. Ya sea que pidas enchiladas bañadas en salsa verde, un omelet relleno de escamoles o un huauzontle, guarda espacio para su pan estrella: la concha rellena de nata.

Luego, maravíllate con el Palacio de Bellas Artes, una sala de conciertos y centro cultural decorado con murales de artistas mexicanos como Diego Rivera y David Alfaro Siqueiros. Admira el Palacio de Correos de México, una oficina postal barroca que abrió en 1907, antes de dirigirte a la arbolada Alameda Central, el parque público más antiguo de América en el que lugareños y visitantes se reúnen en los bancos bajo la sombra de jacarandas en flor para leer y escuchar músicos locales.

Come en Itacate del Mar, el restaurante en la terraza del hotel Círculo Mexicano. Capitaneado por la chef Gabriela Cámara, del reconocido Contramar, este lugar ofrece comida callejera de alta gama como esquites caldosos con camarones y mayonesa de habanero o tostadas de calamar cubiertas con hongos shitake. Después, dirígete a las terrazas del centro por unos cocteles y las vistas más prominentes del Centro Histórico, desde la Catedral Metropolitana, que data de 1573, hasta las ruinas del Templo Mayor, alguna vez el sitio ceremonial de Tenochtitlan, la capital del Imperio azteca. Termina con una parada en la sede original de Churrería El Moro, hoy una cadena con 13 locales donde se venden churros cubiertos con azúcar y canela y se sirven con un dip a elegir: chocolate, caramelo o leche condensada.