CHEKLIST DE UN SAFARI CINCO ESPECIES INCREÍBLES ADAPTADAS AL DESIERTO

Los áridos desiertos de Namibia están repletos de criaturas que han evolucionado para hacer frente a los climas extremos.

ELEFANTE

Un encuentro con los elefantes de las regiones de Kunene y Erongo es aún más humilde que una audiencia con sus primos de la sabana. Los elefantes del desierto cavan pozos en los lechos de los ríos secos con sus patas, su trompa y su agudo sentido del olfato. En tiempos difíciles, comen la vegetación más verde disponible; esto les permite sobrevivir sin agua hasta cuatro días.

ÓRICE

Con una cara como una máscara pintada y unos cuernos largos y elegantes, este llamativo antílope del desierto figura en el escudo de Namibia. Aunque no es en estricto nocturno, el órice (conocido como gemsbok) limita sus movimientos en el día para combatir el calor. Extendidos en los desiertos de Kalahari y el Namib, a veces se aventuran en ciudades como Oranjemund.

CERDO HORMIGUERO

El cerdo hormiguero es un insectívoro de aspecto único, con orejas de conejo y un hocico largo, que figura en la lista de deseos de muchos observadores de vida silvestre. Duermen en madrigueras durante el día y salen en la noche para darse un festín de termitas; comen hasta 50 000 cada noche. Están muy extendidos en el centro de Namibia, pero es raro verlos.

GECOS LADRADORES

Tras la puesta de sol en el desierto de Namibia, los gecos ladradores emiten un coro tan característico como el zumbido de las cigarras en el Mediterráneo. Son los machos los que hacen el ruido para delimitar sus territorios desde las bocas de sus madrigueras arenosas, con un sonido como el de los guijarros al chocar entre sí. Con paciencia, se pueden detectar con una linterna.

ESCARABAJO DE NIEBLA

Esta especie particular de toktokkies, que se encuentra en la costa de los Esqueletos, se empapa de niebla para sobrevivir. En el frescor de la mañana, se ponen de pie en las dunas para dejar que la condensación se deslice por su espalda hasta sus partes bucales. Aunque son del tamaño de una moneda, los guías más ávidos pueden hallarlos mientras practican sus poses de yoga.