Explora Monemvasía

Atada al continente por una calzada espectacular, la roca monolítica de Monemvasía, con su fortaleza de piedra ocre y mansiones venecianas en ruinas, tiene una historia marítima que ofrece una de las escapadas más pintorescas del sureste del Peloponeso.

Los bizantinos fueron los primeros en reconocer el valor militar estratégico de Monemvasía, un afloramiento que se yergue de forma estrepitosa desde el agua frente al continente. Luego de que esas primeras fortificaciones fueron talladas en la roca en el siglo vi, los conquistadores venecianos y otomanos agregaron un castillo y una ciudad empinada con forma de anfiteatro, lo que resultó en una mezcla distintiva de estilos arquitectónicos. Hoy la avenida principal está repleta de bistrós, tabernas y talleres de artesanos, pero la verdadera magia del lugar (y las mejores vistas) se esconden en la deshabitada parte alta de la ciudad, entre mansiones en ruinas adornadas con escudos históricos. Al subir por las estrechas calles adoquinadas, detente en el Museo Arqueológico y la Iglesia de Elkomenos Christos. Camina hasta el templo octogonal de Santa Sofía del siglo xi y sube a la cima de la fortaleza para disfrutar una puesta de sol fascinante.

DÓNDE COMER

Popular gracias a su comida reconfortante y su ambiente agradable, Matoula, la taberna más antigua de Monemvasía, puede estar abarrotada durante los meses pico del verano, pero vale la pena hacer fila para degustar sus platillos tradicionales en el jardín de la terraza. Disfruta de soutzoukakia (albóndigas guisadas) con hilopites (fideos) u hojas de col rellenas y pide una botella, o dos, del vino local Malvazia.

DÓNDE QUEDARSE

La casa de huéspedes Kelia, que antes era una residencia de monjes, ha sido restaurada según la tradición y se encuentra en un hermoso patio junto a la iglesia encalada de Panagia Chryssafitissa. Aquí nació el famoso poeta griego Yiannis Ritsos. Habitaciones desde 2 000 pesos, B&B (keliamonemvasia.com).