Mario Rigby

El turcocaiqueño-canadiense habla de su andar de dos años a través de África y su lucha como viajero "fuera de la norma".

¿QUÉ TE HIZO DEJAR TU CARRERA COMO INSTRUCTOR DE FITNESS PARA CONVERTIRTE EN UN AVENTURERO?

Solía correr en pistas y campos profesionales; competía para las Islas Turcas y Caicos. Viajé mucho para los eventos, pero una competencia en San Salvador me asombró: era la primera vez que veía a gente caminar con ametralladoras. Fue un poco aterrador, pero estaba intrigado. Entonces, al final del evento, me quedé allí. Conocí a un taxista que me mostró el país y me presentó a su familia, que realmente me cobijó. La experiencia me hizo pensar: “Vaya, hay tanto en el mundo”.

CUÉNTANOS SOBRE EL MOMENTO MÁS CONMOVEDOR DE TU ODISEA AFRICANA.

En Mozambique salí en televisión, y como hay pocos canales de noticias, todo el mundo lo vio. La gente se me acercaba y me decía: “¡Oye, eres Mario!”. Incluso un chico quiso cocinarme una comida, pero la estufa de su familia estaba descompuesta, así que como agradecimiento les compré una nueva. Era lo menos que podía hacer, pero realmente cambió sus vidas. Me recibieron como si fuera de su familia. ¿QUÉ FUE LO MÁS DESAFIANTE? La soledad. A lo largo de la costa de África Occidental y en el desierto de Sudán no había otras personas en kilómetros a la redonda. Eran zonas donde todo parecía igual; ahí es donde tienes que aprender a convertirte en tu mejor amigo. Están solo tú y la naturaleza; sobre todo en el desierto, con un golpe de calor, lo más fácil es sentarse y morir en lugar de seguir. ¿Y LO MÁS EXTREMO? Yo diría que Etiopía. Conocí grupos tribales desde los marsabit y dukana hasta el pueblo hamar, y las diferencias entre ellos eran enormes. También subí casi 2 000 metros sobre el nivel del mar en las montañas Simien, que corren a lo largo del Gran Valle del Rift, antes de sumergirme en uno de los puntos más bajos y cálidos del planeta. ¿CUÁL ES EL CAMBIO MÁS IMPORTANTE

QUE DEBEMOS REALIZAR COMO HUMANIDAD? Cerrar la brecha. Tanto los individuos como las sociedades necesitan aprender sobre otras culturas y celebrar sus diferencias. Cuanto más compartimos, más empáticos nos volvemos. Para mí, no importa lo que hagamos: si no nos llevamos bien, nos dirigimos al desastre.

¿CUÁL ES EL SITIO MÁS HERMOSO QUE VISITASTE?

Las puestas de sol en el lago Malaui son impresionantes. El sol africano es de un naranja brillante vivo y, como el agua está tan quieta, a menudo no se puede saber dónde termina el cielo y comienza el agua. Al atardecer parece que se derrite y gotea lentamente hacia el lago.

¿A QUIÉN DESEAS INSPIRAR?

Trabajo con comunidades jóvenes para inspirarlas a salir. La narrativa siempre ha sido que el explorador se ve de cierta manera, y no como yo. Espero que la gente me vea y piense: “Yo también puedo hacerlo”.

¿QUÉ LUGAR SIGUE?

Navego en kayak a través del lago Ontario. El objetivo es promover los viajes locales y sostenibles, y mostrar a las personas cómo pueden tener una aventura genial en su patio trasero. Recaudamos dinero para My Stand, una organización que ayuda a jóvenes que no tienen acceso a la naturaleza.