DÍA DOS AL AIRE LIBRE

MAÑANA

Levántate temprano para explorar el Parque Nacional de Pirin, Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, hogar de montañas, lagos y bosques de pinos centenarios. Recorrerlo depende de ti: en verano, elige entre una caminata guiada o un paseo a caballo hasta el lago Muratovo o el pico Vihren, el segundo más alto del país. En invierno hay más de 48 kilómetros de pistas azules, rojas y negras para esquiadores y practicantes de snowboard. Antes de comenzar el día, pasa por Le Petit Nicolas y compra un sándwich para llevar (el de salmón ahumado y queso crema es muy recomendable).

TARDE

Luego de un día en la montaña, alivia los músculos en uno de los modernos spas locales que aprovechan las aguas termales de la zona o visita el complejo hotelero Izgreva, en Banya, una alternativa rústica. Calentadas por manantiales minerales, sus tres piscinas al aire libre se mantienen entre 32 y 45°C; por solo siete leva (82 pesos), puedes tomar el sol en las aguas mientras disfrutas de la vista a las montañas Pirin. Hay un atractivo particular durante las estaciones más frías, cuando una zambullida en las piscinas humeantes de piedra requiere caminar de puntillas descalzo sobre la nieve.

NOCHE

Una vez relajado, disfruta de la vida nocturna de Bansko. Únete a las multitudes para disfrutar de cocteles al 2x1 y música en vivo en el bar Happy End, seguido de una sesión de DJ a altas horas de la noche –y, si lo deseas, de un karaoke– en el Bar 360, con espacios interiores y al aire libre. Si no eres fan de la fiesta o estás de visita en los meses de verano, opta por una clase de cocina en la casa de un lugareño (experiencias culinarias disponibles en Airbnb). Aprenderás a hacer especialidades como kapama

(capas de carne, chucrut y arroz cocido en una olla de barro) y rakia, el trago nacional de Bulgaria.