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Playa del Carmen

Un santuario para el alma en la espesura del Caribe mexicano combina rituales de sanación con nuevo lujo en un resort de clase mundial. Por Erick Pinedo

Como una burbuja de introspección en medio de la selva, ritos atávicos de sanación espiritual se mezclan con las comodidades contemporáneas de un lujoso centro de bienestar para crear una experiencia integral dedicada al cuerpo y el espíritu. Inmerso en la vegetación nativa del Caribe mexicano, Palmaïa The House of AïA se levanta en Playa del Carmen entre manglares, palmas ch'íit y árboles enormes hogar de monos e iguanas en un espacio de tranquilidad frente al mar turquesa y la arena blanca.

Tras acceder por el umbral de bienvenida flanqueado por dos pequeñas columnas de incienso y envuelto por el sonido de una campana tibetana, el mudra de loto –un gesto antiguo de tradición budista que representa la apertura del corazón– se despliega en las manos de un amable recepcionista para dar la bienvenida al recinto. Así, de un momento a otro, las nimiedades del mundo cotidiano quedan atrás para abstraerse en la sanación, el descanso y la renovación.

Rodeados por una piscina infinita a pocos pasos de la playa, cinco edificios con suites de lujo (algunas con acceso directo a la piscina, otras veganas –sin productos de o probados en animales– y todas con vistas frente al mar) cuentan con un equipamiento que lo hacen uno de los primeros resorts del orbe neutral en carbono, ya que emplea 50 % menos energía que un hotel promedio gracias al uso de paneles solares y otras fuentes renovables. Además, en atención a los principios de armonía y respeto a la naturaleza, Palmaïa ha eliminando el uso de botellas de plástico en toda su oferta.

Con un diseño para elevar el vínculo con el aquí y el ahora, en The House of AïA todos los días comienzan con los primeros rayos de

sol a ras del Caribe que entran por la ventana, un espectáculo que puede ser apreciado desde la comodidad de la cama o en la terraza privada de la habitación. Sin embargo, el clímax de la relajación se encuentra en la selva circundante, al interior de un templo rodeado de vegetación y ojos de agua donde se accede al rejuvenecimiento. Atlantis, un spa especializado en rituales prehispánicos como el temazcal y tratamientos físicos, busca revitalizar la energía con las manos expertas de sus sanadores en un entorno natural reservado para la intimidad.

Más de 15 disciplinas de crecimiento y exploración personal conforman el programa Arquitectos de la Vida: yoga, pranayama, taichí, mind control, meditación, mantras, chi kung. Actividades basadas en el conocimiento ancestral para la sanación del cuerpo, la mente y el espíritu guiadas por cinco maestros que transmiten su sabiduría y experiencia en el trabajo intrapersonal. ¿El objetivo? Conectar con Aïa. Regresar al origen.

Para ello, Palmaïa también fue planeada a nivel sonoro mediante Rituals of Sound, una

mezcla de sonidos tribales y deep fusion que envuelve los distintos ambientes del hotel y les brinda una atmósfera única. Tal es el caso del club de playa Eolo, donde artistas interpretan música en vivo bajo las estrellas y al calor de una fogata mientras los mixólogos ofrecen deliciosas pociones, con o sin alcohol. No olvides degustar un Búscate la Vida, coctel preparado con pepino, albahaca, jugo de limón, jarabe de agave, cardamomo, Chartreuse y mezcal. Simplemente mágico.

Los alimentos juegan un papel fundamental dentro de la experiencia de AïA. Con un diseño ecléctico, entre moderno y silvestre, sus cuatro restaurantes gourmet presentan un menú plant based (a base de plantas autóctonas cultivadas en el invernadero local), o bien con proteína animal, elaborado por el galardonado chef Eugenio Villafaña.

Así, según varíe el apetito y las necesidades del cuerpo, puedes dirigirte a Su Casa, abierto día y noche a pie de playa para ofrecer platillos locales de temporada; Mar de Olivo, un sitio para redescubrir la cocina mediterránea con el horizonte como telón; LEK, expresión culinaria que reinventa la alta gastronomía mexicana, en especial la de Oaxaca, o UME, una exuberante ventana de aromas y sabores asiáticos.

Pero no todo se centra en las satisfacciones de los adultos. Los niños también cuentan con un sitio creativo y para explorar en la estancia Awen, donde un programa de actividades inspirado en la pedagogía Waldorf (sistema educativo cuyo objetivo es construir seres humanos libres mediante su desarrollo espiritual, de acuerdo con cada grupo de edad) permite generar un ambiente positivo y divertido para los pequeños por medio de actividades como búsquedas del tesoro, sesiones de cuentacuentos, clases de cocina y mucho más. Todo a cargo de profesionales calificados en el cuidado infantil.

Salir de la burbuja y regresar a “la realidad” será difícil, aunque la playa, los ritos, la sanación y el mar se quedarán dentro de uno para resguardar la energía positiva que necesitamos de vuelta al mundo cotidiano, una energía que esta burbuja en la selva continuará preservando para cuando se requiera volver.

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2021-06-01T07:00:00.0000000Z

2021-06-01T07:00:00.0000000Z

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Editorial Televisa