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ESCUELA DE LUCHA

En todo el imperio, las escuelas conocidas como ludi entrenaban a prisioneros de guerra, criminales, voluntarios y esclavos para ser gladiadores. Un ludi descubierto en Carnuntum, ciudad romana y base militar en el este de Austria, revela cómo vivían y se

De la misma forma que el futbol americano moderno, se convertía en una empresa que requería mucho capital”.

Alquilar gladiadores implicaba un acuerdo del tipo “si lo rompes, lo pagas”. Si un luchador moría, ya fuera intencionalmente o no, el patrocinador del combate pagaba el precio completo al propietario del gladiador. “Así de valiosas eran estas personas porque estaban muy bien entrenadas. No querías malgastar eso –explica Welch, de la Universidad de Nueva York–. De cada 10 pares, habría una muerte, quizá dos”.

LA MUERTE NO ERA COMÚN, pero era un riesgo siempre presente, ya fuera en la arena o como resultado de infecciones posteriores. El público apreciaba y premiaba el gasto extra que representaba el gladiador muerto. Un escritor romano describe un espectáculo costoso organizado por un joven noble que había heredado una fortuna. Con la asombrosa cantidad de 400 000 sestercios se compró “el mejor acero, sin escape, con la carnicería realizada en el centro para que todo el anfiteatro pudiera ver”.

Es fácil descartar tales sentimientos como algo del pasado y a los romanos como diferentes de nosotros. Después de todo, fue una civilización que construyó uno de los mayores imperios que el mundo ha conocido con una fuerza militar implacable para someter a todos sus vecinos.

Pero eso sería perdonarnos con demasiada facilidad. En cuanto al gusto por los espectáculos violentos, estamos más cerca de los romanos de lo que nos gusta admitir. El deporte más popular en Estados Unidos es el futbol americano, que por lo general deja a los jugadores demasiado lesionados como para salir a pie del campo.

Mientras tanto, los atletas que practican deportes violentos –desde futbol hasta boxeo y artes marciales mixtas– son idolatrados como ejemplos de disciplina, dureza y valor. Sus combates atraen a millones de espectadores, a pesar del daño a largo plazo que causan a los atletas.

“La vida no es un lecho de rosas. La vida es dura. Necesitamos vociferar, llorar, gritar por algo –argumenta Ducros–. Necesitamos ver un poco de violencia para exteriorizar la violencia que sentimos por dentro. No podemos juzgar a los romanos por organizar eso”.

Andrew Curry vive en Berlín y escribió sobre los primeros europeos para la edición de agosto de 2019. Rémi Bénali radica cerca de Arlés, donde fotografió un barco romano para la edición de abril de 2014.

Gladiadores

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2021-06-01T07:00:00.0000000Z

2021-06-01T07:00:00.0000000Z

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Editorial Televisa