Como por arte de magia

Lo mismo en un circo, una fiesta o en un hotel de Las Vegas, los ilusionistas fascinan con sus sorprendentes actos.

Por Luis Felipe Brice

2023-03-01T08:00:00.0000000Z

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Editorial Televisa

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DE PALABRAS

Nada por aquí, nada por allá: palabras “como por arte de magia”. 1 Escapismo Definida como el arte del ilusionismo, que consiste en escapar de un peligro (encierro, encadenamiento, inmersión, llamas, etc.) del que pareciera imposible hacerlo, la palabra “escapismo” remite a la figura del austrohúngaro Harry Houdini, el escapista por excelencia, quien sorprendió al mundo con sus espectaculares actos. Tanto Houdini, como uno de sus más grandes sucesores, el estadounidense David Copperfield, hacen honor a la etimología del vocablo de origen latino escapar, que se conforma del prefijo ex-/ es, “hacia fuera” y cappa, nombre de un tipo de capucha usada en la antigua Roma para proteger la cabeza. Es decir que escapar, escape, escapismo, escapista son palabras que se refieren a “estar fuera de la protección”, tal como lo han hecho los afamados ilusionistas. 2 Prestidigitación Es una de las especialidades más populares del ilusionismo y consiste en juegos de manos realizados con naipes, monedas y demás objetos de uso cotidiano. En apariencia, el vocablo procede del francés prestidigitateur, conformado por las voces latinas praestare (“estar de pie delante”) y digitus (“dedos”), que remite precisamente a los trucos realizados con las manos frente a personas. Sin embargo, originalmente, prestidigitateur desciende del latín praestigium, “fascinación mágica”. Con una connotación negativa, esta denominación suele utilizarse para designar, en particular, a los tramposos en los juegos de azar y, en general, a los embaucadores. 3 Ilusionismo Más conocido por el nombre de magia, el ilusionismo es el arte escénico que engloba varios actos de carácter insólito que, con fines de entretenimiento, engañan los sentidos del espectador. De hecho, según el Diccionario de la Real Academia Española, el vocablo proviene del francés illusionnisme y este, a su vez, del latín illusio, que significa precisamente “engaño”. El uso erróneo de la palabra magia como sinónimo de ilusionismo se debe al carácter presuntamente inexplicable de ambas artes. Sin embargo, mientras la magia tiene una connotación eminentemente sobrenatural e incluso religiosa, el ilusionismo es mero esparcimiento. 5 Faquirismo En su origen considerado como la práctica religiosa de la pobreza material y la mortificación corporal en aras de la espiritualidad, el vocablo faquirismo proviene del árabe faqir, que significa precisamente “pobre”, “necesitado”, “indigente” o “mendigo”. En un principio, el término era aplicado exclusivamente a los ascetas musulmanes. Sin embargo, cuando los colonizadores europeos llegaron a India, alrededor del siglo XVI, encontraron conviviendo a la religión musulmana con la hinduista, identificando a los ascetas de ambas creencias como faquires. Dado que la mortificación física de estos individuos consistía en el dominio del cuerpo para, por ejemplo, ser insensibles al dolor e invulnerables a los efectos de acostarse sobre una cama de clavos, con el tiempo, sus prácticas fueron percibidas popularmente como actos de magia o ilusionismo. 6 Hipnotismo Además de emplearse con fines psicoterapéuticos, el hipnotismo se cuenta entre los más populares actos de ilusionismo. La palabra proviene del vocablo griego hypnos, que significa a la vez “sueño” y “dormir”. Acorde con esta etimología, en los espectáculos de ilusionismo, el hipnotizador induce al sueño a una o más personas. Su propósito es llevarlas a un estado subconsciente en el cual, supuestamente, dirán o harán lo que él les ordene, para asombro y diversión del público. De este ejercicio, con fines de mero entretenimiento, surge la connotación negativa del término hipnotizador como sinónimo de embaucador, aplicado lo mismo a líderes políticos, sociales y religiosos que a figuras de los medios de comunicación e influencers. 7 Ventriloquía Derivada del vocablo latino ventrilocuus, conformado por el sustantivo venter (“vientre”) y el verbo loqui (“hablar”), la palabra ventriloquía o ventriloquismo, literalmente, significa “hablar con el vientre o estómago”. Sin embargo, se trata de un acto de ilusionismo que consiste en proyectar la voz de tal manera que parezca que viene de una fuente distinta, por lo regular un muñeco manipulado por el ventrílocuo, con quien en apariencia dialoga. Si bien, hoy en día, la ventriloquia se ejerce primordialmente con fines de entretenimiento, en la Antigüedad fue una práctica considerada mágica que solía formar parte de ritos religiosos en distintas civilizaciones. Extrapolado a las ciencias sociales, el ventriloquismo es un sistema por el cual un intermediario representa la voz de un grupo humano ante determinadas instancias.

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