Cine-scopio
A lo largo de la historia de estos premios, muchas injusticias se han cometido al otorgar un galardón a algún candidato que no lo merecía.
Por Olivier Fuentes
2023-03-01T08:00:00.0000000Z
2023-03-01T08:00:00.0000000Z
Editorial Televisa

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SUMARIO
El Oscar les hizo el feo: grandes omisiones de la Academia. La Academia de Ciencias y Artes Cinematográficas de Hollywood tiene la supuesta función de premiar lo mejor que la industria de ese país realiza cada año (además de la mejor cinta extranjera). Así, se le otorga el Oscar a distintos rubros de la creación de una película, desde el guion, pasando por vestuario, diseño de producción y fotografía, entre muchos otros. Sin duda, los premios más destacados, al menos para la prensa dedicada a cubrir las estatuillas cada año, son los de Mejor Película, Director, Actor y Actriz, pero ¿en verdad se premia a “lo mejor” cada vez? Obras consideradas clásicas como El ciudadano Kane y ¡Qué bello es vivir!, sufrieron el desplante del Oscar en su momento. En la entrega de 1942, la cinta de Orson Welles tenía nueve nominaciones, incluida Mejor Película, Director y Actor. La academia decidió que era mejor ¡Qué verde era mi valle!, que si bien lo merecía, El ciudadano Kane ha trascendido la prueba del tiempo. Welles fue ninguneado y el único premio que se llevó a casa ese día fue el de Mejor Guion, compartido con Herman J. Mankiewicz. Por su parte, ¡Qué bello es vivir! (1946), película de cajón en época navideña, no se llevó ninguno de los cinco premios a los que estuvo nominada, incluyendo Mejor Película. ¡Qué bello… se ha convertido en un filme de culto, un clásico navideño y probablemente la primera película que hizo la pregunta de ciencia ficción: ¿qué hubiera pasado si yo o equis persona no hubiera nacido? Pero la gran ganadora de esa noche fue Los mejores años de nuestras vidas, que trata de… bueno, nadie se acuerda ya. Actores rechazados Pero basta de los clásicos. Veamos a algunos actores cuya interpretación los hizo favoritos para ganar la estatuilla, pero que al final se llevaron cuernos a sus casas… algunos varias veces como Peter O´toole. Fue nominado en ocho ocasiones diferentes para Mejor Actor, pero nunca obtuvo el premio; solamente un Oscar por trayectoria en 2003. Cuando lo recibió, O’toole se lamentó por no haber conseguido la estatuilla en una justa competencia. Y como colofón, fue nominado en 2007 por Venus y perdió. Peor es el caso de Al Pacino. Cualquiera imaginaría que por sus papeles icónicos ha ganado un sinnúmero de óscares. Sin embargo, Pacino lo recibió por el papel del coronel Frank Slade en Perfume de mujer en 1993. Antes de eso, el actor estuvo nominado en seis ocasiones más una el mismo año de Perfume… por El precio de la ambición (Glengarry Glen Ross). Después de conseguir el Oscar, Pacino fue otra vez propuesto por su actuación en El irlandés, y no ganó. La situación de Leonardo Dicaprio fue un poco mejor. Tiempo atrás fue objeto de chistes con el argumento de que la Academia lo odiaba, ya que nominación que tenía, nominación que perdía. Esto resultó un poco exagerado. El actor que saltara a la fama con Titanic en realidad fue nominado para Mejor Actor en cuatro ocasiones antes de ganar la estatuilla en 2016 por El renacido. Tres años más tarde fue nominado por Érase una vez en Hollywood… y perdió. Podemos seguir el tema por páginas y páginas: Robert Duvall, nominado siete veces, pero una sola estatuilla en casa. O Samuel L. Jackson, quien da cátedra de actuación en cada película, apenas tiene una nominación al Oscar por Tiempos violentos (1994). Ninguneadas Pocas actrices hay como Meryl Streep cuyo trabajo es reconocido con una nominación prácticamente cada año: en 21 ocasiones se le ha nominado, ganando tres veces. Como sus contrapartes masculinas, hay bastantes actrices que se quedaron en el “por poquito”. El caso más actual es el de la estadounidense Amy Adams, quien cuenta con seis nominaciones (cinco por Actriz de Reparto, y una por Protagonista) y cero estatuillas. Incluso uno de sus mejores papeles, La llegada (2016), ni nominación alcanzó. Pero quien tiene el récord de mayor número de nominaciones y cero premios es Glenn Close: la actriz ha sido nominada ocho veces (cuatro por Reparto y cuatro por Protagónica) y ni siquiera por The Wife (2017) se llevó el premio. ¿Hasta cuándo la Academia le seguirá haciendo la grosería? A Susan Sarandon le ha ido menos mal: cinco nominaciones y un Oscar por Dead Man Walking en 1996. Pero ni ella ni Michelle Pfeiffer (tres nominaciones contra cero) han vuelto a competir desde los años 90 a pesar de mantenerse activas. ¿Progre... qué? Las películas hechas a un lado suelen ilustrar el modo de pensar, complaciente con el statu quo que tiene la Academia. A películas disruptivas y propositivas en su momento, convertidas en referentes de generaciones enteras, les fue negado el premio. Un claro ejemplo fue Secreto en la montaña, de Ang Lee, nominada en 2006. Ya era un gran logro que acumulara varias nominaciones, incluyendo Mejor Película, siendo que trataba de dos vaqueros que sostienen una relación homosexual en secreto. Pero la Academia decidió premiar Alto impacto, de Paul Haggis, que si bien llevaba una temática de tipo racial, en ese momento pocos la habían visto. En cambio, Secreto en la montaña permanece en la memoria del público. Esta tendencia de premiar una película que no lo merece parece diluirse un poco desde que la Academia decidió nominar 10 cintas a Mejor Película cada año, en lugar de cinco. Sin embargo, no del todo. En el 2011, la obra de David Fincher Red social, una crónica oscura que narra el nacimiento de Facebook, era la favorita a ganar. Sin embargo, fue El discurso del rey, la película biográfica del rey Jorge VI, la que se llevó la estatuilla. Claro que se la merecía, pero este ejemplo muestra cómo la Academia siempre preferirá ese tipo de filmes: biográfico, de época, con un mensaje esperanzador y optimista y si se combate cierta enfermedad o impedimento, mejor. Para muestra la última premiación (2022): el galardón a Mejor película lo obtuvo CODA Señales del corazón, una cinta convencional, sin gran producción, pero “inclusiva”: contaba la historia de una familia de sordomudos cuya hija tiene el talento nato del canto. Por si fuera poco, es la versión estadounidense del filme francés La familia Bélier (2014). La Academia hizo así a un lado a trabajos que tenían más lenguaje cinematográfico y mayor contenido como Belfast, No miren arriba o El callejón de las almas perdidas. Probablemente nunca sepamos los tejemanejes que hacen que se le dé un Oscar a tal o cual candidato, pero una cosa es segura: las tendencias de los premios en cada ceremonia son un reflejo de cada época histórica que vivimos. ¿Ustedes qué opinan?
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