Protagonistas de la historia

El creador del “juego bonito” marcó 1,283 goles a lo largo de sus 21 años de carrera. Tras su reciente partida, recordamos su vida y obra.

Por Sarai J. Rangel

2023-03-01T08:00:00.0000000Z

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Editorial Televisa

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SUMARIO

Homenajeamos al inigualable rey del futbol: “Pelé”. Ni el mismo astro sabe a ciencia cierta cómo adquirió el famoso mote, “Pelé”. La anécdota cuenta que cuando no estaba ganando algunos reales para ayudar a su familia, “Dico”, como le decía su familia, jugaba al futbol descalzo y con balones de trapo, imaginando ser su ídolo, el portero Bilé, compañero de equipo de su papá (quien se retiró de las canchas luego de una lesión). El pequeño de unos cuatro años no pronunciaba bien el nombre; en lugar de decir Bilé decía “Pelé” y para molestarlo los otros niños le llamaban así. “No me gustaba”, llegó a declarar. Pero mientras derrotaba equipos de aficionados por todo su distrito, el apodo comenzó a ganar fama y llegó a oídos del cazatalentos y exjugador, Waldemar de Brito, quien convenció a su madre, Celeste, de dejarlo jugar profesionalmente. “Será el mejor futbolista del mundo”, le dijo. Con 15 años, Pelé hizo su debut profesional en el Santos, club que lo acogió durante casi toda su carrera, y menos de un año después fue convocado a la selección nacional para disputar la Copa Mundial de Suecia, 1958. Ahí anotó dos de los cinco goles en el juego final contra el anfitrión, convirtiéndose en el jugador más joven en ganar un mundial. A partir de ese año fue conocido en todo el mundo. Tesoro brasileño Es difícil mencionar todos los récords, logros, títulos y anécdotas conseguidas por este ídolo del futbol: instauró el llamado “gol de placa”, una anotación tan perfecta que quedó inmortalizada en una placa conmemorativa; fue designado “Tesoro Nacional” de Brasil para impedir que fuera fichado por los equipos europeos; participó en cuatro copas mundiales consecutivas ganando tres de ellas y venció en 10 títulos de liga; jugó más de mil partidos y en casi todos anotó al menos un gol; rompió récords de asistencia alrededor del mundo, incluso en Estados Unidos donde al final de su carrera jugó con el New York Cosmos y ayudó a popularizar este deporte. Incluso, cuenta la leyenda, su aparición detuvo una guerra civil (Ver recuadro “El poder del futbol”). Fue con él que comenzó la visión de Brasil como cuna de los mejores futbolistas. Ni siquiera en su retiro, la estrella desapareció de la esfera pública: la Organización de las Naciones Unidas lo nombró su embajador; participó en cientos de eventos benéficos, principalmente dirigidos a la infancia; fue investido Caballero de Honor del Imperio Británico; estuvo al frente del ministerio de deporte de su país natal e incluso tuvo una faceta como cantante y compositor que pudo explorar al final de sus días. Entre dos vidas Todas estas hazañas han elevado al jugador al Olimpo de la historia. Sin embargo, a diferencia de otros que como él han alcanzado el mayor de los éxitos, Pelé logró evadir casi por completo el lado oscuro de la fama. La razón –deja entrever en Pelé: la autobiografía (2006)– fue la dicotomía entre el Pelé futbolista (cuyo talento decía era un “don de Dios”) y Edson Arantes, el muchacho que una vez le prometió a su lesionado padre que lograría la carrera que él no pudo tener. De hecho, llegó a afirmar que no se casaría nunca, pues no sabría si lo amarían a él como persona o a Pelé. Al parecer, Edson ganó, y contrajo matrimonio en tres ocasiones: Rosemeri Cholbi (m. 1966- 1982) con quien tuvo tres hijos; Assiria Seixas (m. 1994- 2008) con quien tuvo un par de gemelos; y Marcia Aoki con quien se desposó en 2016. Tras luchar contra el cáncer de colon, Edson Arantes, Pelé, falleció a los 82 años, acompañado de su familia. El gobierno de Brasil declaró tres días de luto nacional. Fue de este modo como terminó la vida del inigualable Rey, y renació su mito.

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