La escritura de los dioses
2023-05-01T07:00:00.0000000Z
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Editorial Televisa

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Sumario
Mesopotamia, Centroamérica y China son los focos –separados e independientes–, en los que según las últimas teorías sobre el origen de la escritura, surgen las primeras manifestaciones escritas. La escritura estaba reservada a la élite, a las castas sacerdotales, siendo un privilegio conocer estos símbolos y poder leerlos. En las leyendas remarcan su carácter divino. Para los babilonios, su inventor fue el dios Nabû, el escriba de los dioses del panteón mesopotámico. En las tradiciones fenicias indican como inventor a Tautus o Taut y dentro del panteón egipcio este honor corresponde a un personaje de parecida semántica: al dios Toth. Para los griegos, el creador fue Hermes y en las leyendas chinas la paternidad se la adjudican al sabio Tsang Chien. Para los hindúes es Brahma quien otorga las primeras letras a los seres humanos, mientras que las runas nórdicas se atribuían al dios Odín. Casi todas estas culturas coinciden en considerarse descendientes de los poderosos dioses que dieron vida a los primeros pobladores y trajeron consigo las artes más primordiales, entre ellas, la escritura. Algo que ya insinuó el etnólogo Claude Lévi-strauss: “El lenguaje solo pudo aparecer de golpe... efectuándose un paso brusco de una fase que nada tenía sentido a otra en que todo lo tenía”. En la remota antigüedad, el lenguaje hablado prevalecía y solo mucho después se ideó la forma de dejar constancia escrita, normalmente por consideraciones comerciales, legales o religiosas. El problema es que muchos antiguos idiomas están sin descifrar. La famosa Piedra de Rosetta, que permitió avanzar enormemente en el conocimiento de la civilización egipcia, fue un golpe de suerte que no suele producirse y eso que los lingüistas han hecho lo posible por comprender todas las lenguas consideradas extintas. Sin embargo, existen aún unas cuantas que se resisten a ser descifradas y, lo que es peor, cada año se pierden lenguas en el mundo porque dejan de ser utilizadas. En 2010, la muerte de William Rozario, el único hablante de una variedad del criollo indo-portugués (Cochin), provocó que este lenguaje pasara a la historia. En el siglo XX se extinguieron un centenar de lenguas, y en el presente ya lo han hecho más de una docena. El fenómeno de la globalización podría acabar con el 90% de las lenguas habladas en unas décadas, sustituidas por otras mucho más practicadas, como el inglés, el chino o el español. Por eso es importante preservar los escritos de lenguas que quizá algún día dejarán de ser utilizadas. Pero que tengamos constancia escrita de ellas no quiere decir que las entendamos. De hecho, existen unas cuantas que conocemos por vestigios arqueológicos y que no hemos podido descifrar (todavía).
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