Postura desconcertante
2023-05-01T07:00:00.0000000Z
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Editorial Televisa

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Sumario
Ni mucho menos, el único problema que presenta la efigie son las manchas de sangre. Llama la atención la posición de los cabellos en dirección a los hombros, siguiendo el patrón, por otro lado, de las representaciones pictóricas medievales de Jesucristo. En un cuerpo acostado como el que, presuntamente, envolvió el sudario de Turín, el pelo debería caer forzosamente hacia atrás y debería haber quedado impreso en la imagen con una disposición muy diferente. Llamativa es también la posición de las piernas en relación con las plantas de los pies, que parecen estar en contacto con el suelo. En esa postura, las rodillas deberían estar necesariamente flexionadas y, sin embargo, aparecen perfectamente rectas, en una posición anatómica casi imposible. El análisis forense de la imagen también arroja dudas acerca de la disposición de otras partes del cuerpo, y de entre todas ellas es muy relevante la sospechosa ubicación de las manos cubriendo los genitales, un procedimiento extraño que quizá revela el pudor medieval del presunto autor de la falsificación, que trataría de evitar una estampa de Jesús poco decorosa. Muchos expertos en arte han identificado, por otro lado, rasgos góticos y bizantinos en la imagen del lienzo, pero el argumento definitivo acerca de la presunta falsedad del Sudario llegó en 1989, cuando la Santa Sede autorizó a tres centros de investigación independientes la realización de exámenes de radiocarbono sobre un trozo extraído de una de las esquinas de la pieza. La selección de las muestras fue precedida de un riguroso estudio llevado a cabo por expertos textiles de la Universidad Politécnica de Turín y del Centro Internacional de Estudios de Tejidos Antiguos de Lyon bajo la estricta supervisión de Michael Tite, profesor y jefe del laboratorio de investigación del Museo Británico.
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