El laberinto del Minotauro

2023-05-01T07:00:00.0000000Z

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Editorial Televisa

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Sumario

La isla de Creta ha sido siempre punto de encuentro entre Asia, África y Europa. Además, su carácter insular ha favorecido formas originales de vida y arte. Y fue aquí, bajo el reinado del rey Minos —principios del II milenio a. C.—, donde se dio la primera civilización europea, la minoica. Contaba la historia que Minos ofendió a Poseidón y este como castigo hizo que su mujer Pasifae se enamorara de un toro. De aquella unión, nació el Minotauro —cuerpo de hombre y cabeza de toro— que fue enclaustrado en un laberinto construido por Dédalo. El Minotauro solo comía carne humana —siete efebos y siete doncellas eran sacrificados como alimento para él— y Teseo, hijo del rey de Atenas, se ofreció como voluntario para matar al monstruo. Con la ayuda de Ariadna, amor de Teseo e hija de Minos, y de un ovillo de lana penetró en el laberinto, mató al Minotauro y logró salir del mismo. La leyenda no habría pasado a más de no ser por sir Arthur Evans, que allá por el 1900 se puso a excavar en Creta hallando e identificando el laberinto del Minotauro con el Palacio del rey Minos en Cnosos. Este era tan grande como los mesopotámicos, pero con planos cuadrangulares más avanzados, hasta el punto de parecer a ojos de los extraños un laberinto. Con dos o tres plantas de altura, estuvo provisto de escaleras y los apartamentos se hallaban dispuestos en torno a un patio central, con un orden establecido, en el que las habitaciones reales estaban orientadas para que en invierno les diera el sol y en verano recibieran la brisa marina. Además, el palacio tuvo una importante red de canalización de agua, desagüe y calefacción. El palacio nos ha dejado el fresco —en realidad es estuco en el que las siluetas animadas y realzadas destacan sobre un fondo azul — de la Tauromaquia. En él, deportistas de ambos sexos gozan de un deporte —el de saltar por encima del toro— muy popular en su época. Creta contó con varios reinos que unificó Minos en Cnosos en el momento cumbre de su cultura. Tras él, todo fue decadencia a velocidad de vértigo. No se ha sabido la razón exacta del declive y desaparición de la cultura minoica. Un terremoto que fue acompañado de un tsunami, la erupción de un volcán, fuego, una invasión —la de los aqueos que ya andaban por el Peloponeso— o todo junto; pues las desgracias nunca han llegado solas. Lo cierto fue que en poco tiempo desapareció la primera civilización de Europa.

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