Los secretos de Har Karkom

2023-05-01T07:00:00.0000000Z

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Editorial Televisa

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Sumario

En 1994, Emmanuel Anati, arqueólogo florentino que se conoce el desierto del Néguev como la palma de su mano, descubrió una serie de geoglifos en Har Karkom, la Montaña del Azafrán, en el suroeste de Israel. Anati es de los que cree que esa montaña podría corresponder al monte Sinaí de la Biblia, si bien las evidencias para sostener su teoría son bastante laxas. Lo cierto es que, sobrevolando el área, reconoció varias líneas, formas abstractas y figuras de cuadrúpedos de gran tamaño, alguna de más de treinta metros de largo. El primero es un rinoceronte. El segundo, un animal con trompa y colmillos. El tercero, una especie de facocero. Se han datado en el Paleolítico superior, entre otras cosas porque, a finales del Pleistoceno, esos animales se habían extinguido ya en esos parajes. El pedernal empleado avalaría esta teoría, aunque la ausencia de material orgánico antiguo hace que sean los animales los que nos dispensen la pista más fiable. Al fin y al cabo, el hombre del Paleolítico no se cansaba de pintarlos en sus cuevas para garantizarse una buena caza. A lo largo de 200 km², los investigadores han localizado 43 geoglifos, 25 de ellos en lo alto de la meseta de Har Karkom y el valle occidental. ¿Con qué finalidad se hicieron? ¿Sirvieron como espacios de ofrendas a un dios? ¿Tal vez como dominios sagrados e inviolables? ¿O fueron lugares para ejecutar algún tipo de danza mágica? El enigma de los geoglifos es irresoluble, ya que nos movemos siempre en el terreno de las conjeturas. Todo es posible, nada seguro. Y tal como indica Federico Mailland, de la Associazione Lombarda Archeologica, “tampoco podemos excluir que estos geoglifos pertenezcan a más de un periodo y hayan tenido más de una función”. La montaña de Har Karkom fue un extraordinario centro de espiritualidad, con altares, templos, monumentos y tumbas, y los geoglifos hallados en ella corroboran su misticismo. Lástima que la visita sea bastante complicada, ya que la Ruta de Gaza o Ruta 10, que corre paralela a la frontera con Egipto, y en la que se yergue Har Karkom, se cierra habitualmente por los ejercicios militares en la zona.

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