Un coloso imberbe en Australia

2023-05-01T07:00:00.0000000Z

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Editorial Televisa

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Sumario

Descubierto en 1998, este controvertido geoglifo en el sur de Australia sigue dando que hablar. La figura, de 4,2 km de altura y 28 de contorno, nos muestra a un hombre con una especie de lanza (un bumerán, o lanzadardos) en la mano. Al principio, la comunidad indígena Arabana, que vive en ese territorio, no lo vio con buenos ojos —demasiados vuelos turísticos, demasiadas intrusiones en la tranquilidad de su vida profanada—, pero, con el tiempo, se ha habituado a su presencia y, naturalmente, ha aprendido a sacarle beneficio. Otro pueblo nativo, los Diyari, puso el grito en el cielo por la intromisión, pero, sea como fuere, el gobierno de Australia del Sur ha dejado claro que no emprenderá ninguna acción legal contra su autor. Para algunos, un vándalo, para otros, un artista. Y es que el misterio del hombre de Marree procede de su origen. ¿Quién lo diseñó? Durante años, el nombre del artista Bardius Goldberg, fallecido en 2002, estuvo en boca de todos, pero no hay ninguna prueba, solo sospechas, de que él fuera el ejecutante. Tanto es así que, en 2018, un empresario ofreció cinco mil dólares de recompensa a quien le pusiera sobre la pista de su autoría. Algunas especulaciones la imputan a ciudadanos estadounidenses; otras, a miembros del ejército australiano. Que el trabajo es reciente está fuera de toda duda. Una fotografía aérea tomada en la zona el 27 de mayo de 1998 nos muestra un terreno desnudo; la siguiente, el 12 de junio del mismo año, acoge ya a su inquilino. Quien lo engendró se sirvió de tecnología GPS y, según un vecino, “marcó el contorno con estacas de bambú de vivero cada 10 km”. Hoy por hoy, todos, incluido el piloto de helicóptero que lo encontró, están bajo sospecha, ya que el hallazgo coincidió con el envío de varios faxes anónimos a medios de comunicación locales para dar a conocer la noticia. Y por no faltar, en este cóctel no falta ni un mensaje en una botella, hallada cerca de la figura y cuyo contenido parece homenajear a la tribu aborigen australiana de los pitjantjatjara. En el fondo, ¿qué más da? El hombre de Marree, o gigante de Stuart (por el explorador escocés John Mcdouall Stuart), sigue emocionándonos, porque su magia no está en el “quién”, sino en el “qué”: una reivindicación del legado de las tribus nativas de Australia.

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