El gigante de Tarapacá
2023-05-01T07:00:00.0000000Z
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Editorial Televisa

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Sumario
El cerro Unita, en la región chilena de Tarapacá, en el desierto de Atacama, hospeda a un gigante de 119 metros de largo, que fue avistado por primera vez en 1967 por el piloto Eduardo Iensen Franke, todo un apasionado de la arqueología. Durante cientos de años, la figura había pasado desapercibida, pese a que se trata del geoglifo antropomórfico más grande del mundo. Sus artífices lo concibieron con la intención de ser observado desde el cielo por los dioses, y, para darle forma, siguieron una técnica mixta, mediante el vaciado del terreno y la acumulación de piedras. ¿Qué peculiaridades advertimos en él? Conocido por algunos como el “hombre gato”, presenta una cabeza cuadrada de la que salen unos radios; en una de sus manos, sostiene un báculo o un puñal; en la otra, un cuenco; y en las piernas, muy largas, las rodillas se ven muy marcadas. No está solo en el mundo: un total de veintiuna figuras lo acompañan en el cerro, aunque ninguna de su tamaño; entre ellas, un lagarto, varias figuras geométricas y otras tantas de cuerpos rectangulares apaisados y carentes de extremidades. Y, desde luego, tampoco está solo en el desierto de Atacama, donde se han contabilizado ¡más de cinco mil geoglifos! De orígenes inciertos, se calcula que pudo ser elaborado entre los años 900 y 1450 de nuestra era, y, aunque no está claro qué o a quién representa, es probable que sea un chamán o yatiri, o quizá el dios andino Tunupa-tarapaca, que poseía el poder del rayo y fecundaba las tierras con la lluvia. En sus inmediaciones, unos investigadores chilenos hallaron en 2016 un centro agrícola y ceremonial que nos permite fijar el origen de la agricultura en el desierto de Atacama. Su salvaguarda es un reto para las autoridades, que, en 2020, lo designaron Bien de Interés Protegido, junto con el resto de geoglifos del cerro.
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