Una muela dio la clave

2023-05-01T07:00:00.0000000Z

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Editorial Televisa

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Sumario

Autoproclamada faraón, Hatshepsut fue la primera mujer que gobernó en Egipto, y lo hizo demostrando excelentes dotes: en su reinado, que comenzó en 1479 a. C. y terminó en 1457 a. C., consiguió prosperidad además de estabilidad. Pasaron decenas de siglos hasta que la momia de aquella reina que ansiaba ser recordada fue encontrada. Dio con ella Howard Carter, el descubridor de la tumba de Tutankamón. De haber sabido que casi 20 años antes de encontrar al niño faraón había desempolvado el cuerpo de la legendaria reina, la merecida popularidad del arqueólogo habría llegado antes. Pero la momia de Hatshepsut no se encontraba en su sarcófago, sino en el suelo de lo que Carter consideró una tumba menor, la KV60, por lo que le pasó inadvertida. Más de un siglo después de ser descubierta, un trozo de muela que apareció en un vaso canopo con las vísceras de la reina-faraón facilitó su identificación. A la momia encontrada en el suelo de la KV60 le faltaba precisamente esa muela y así lo demostraron los estudios. El hallazgo fue muy celebrado porque resolvía uno de los misterios más antiguos de Egipto, pero se mantenían abiertos otros dos grandes enigmas: los relacionados con dos legendarias reinas posteriores a Hatshepsut. Una de ellas es Nefertiti, la bella entre las bellas. Desde que en 1912 se descubrió su busto en Amarna, la llamada reina hereje ha fascinado al mundo. Su pista se pierde hacia 1336 a. C., cuando su nombre desaparece de los escritos y las grabaciones en piedra. Y aun así, la popularidad de la esposa de Akenatón no ha dejado de crecer en estos dos últimos siglos. Sin embargo, de su momia nada se sabe a ciencia cierta a día de hoy, aunque hay algunas pistas.

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