Venus negra de dolní vĕstonice

2023-05-01T07:00:00.0000000Z

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Editorial Televisa

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Sumario

Es, junto con otras estatuillas halladas en sus proximidades, la figura de terracota más antigua que se conoce en el mundo, anterior al uso de la arcilla cocida para hacer cerámica. Su fisiología sugiere que se trata de una mujer madura y multípara. Para el paleoantropólogo Erik Trinkaus, que ha investigado los restos humanos del yacimiento, el realismo de su obesidad resulta una paradoja, pues los fósiles hallados muestran que los individuos de la zona padecieron diversas dolencias que chocan con ello, consecuencia de caminar largas distancias, llevar cargas pesadas y sufrir ocasionalmente escasez de alimentos. El arqueólogo Bohuslav Klíma cree que el enclave pudo estar ocupado la mayor parte del año y durante largos periodos de tiempo. Así, de vez en cuando se organizarían viajes a lugares lejanos para recoger las materias primas necesarias para fabricar herramientas y encontrar nuevos terrenos de caza. Los sujetos menos capaces, o quizá los más privilegiados, se quedarían para mantener encendidos los fuegos que calentaban y protegían el asentamiento. Tal sedentarismo les haría engordar. La línea horizontal que rodea el abdomen de la venus, por debajo del ombligo, se ha interpretado como un cinturón. Tiene cuatro agujeros en la parte superior de la cabeza y estaba partida en dos cuando se encontró. También hay un resto de huella dactilar en su espalda. Su análisis indica que quien la sujetó antes de cocerse al fuego tenía entre siete y quince años. Quizá no era el artesano, pues aún no habría alcanzado la pericia necesaria.

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