Cronocultura gravetiense
2023-05-01T07:00:00.0000000Z
2023-05-01T07:00:00.0000000Z
Editorial Televisa

https://editorialtelevisa.pressreader.com/article/282033331489238
Sumario
Cinco mil años más tarde, se produce una proliferación de este tipo de figurillas, genéricamente denominadas venus. Aparecen con la cronocultura Gravetiense, entre 30,000 y 22,000 años antes de la actualidad. Esta comienza durante el evento Heinrich 3, también caracterizado por bajas temperaturas y condiciones glaciales; por entonces, ya no había neandertales. Componen la colección unas doscientas estatuillas y fragmentos tridimensionales repartidos desde Siberia hasta el oeste de Francia —no se ha encontrado ninguna en la península ibérica—. Las venus gravetienses se caracterizan por su vientre y sus pechos agrandados. Pero, a diferencia de la de Hohle Fels, estos tienen aspecto natural y caen sobre el abdomen por su peso. El torso se halla bien modelado y las manos se representan de forma escueta. Las cabezas están característicamente inclinadas hacia abajo y hacia delante, sin rasgos faciales, aunque hay excepciones. La pose del cuerpo las hace parecer ingrávidas, como suspendidas, y no como la venus de Hohle Fels, que trasmite sensación de apoyo y pesadez. Asimismo, las piernas, juntas, muestran unas determinadas proporciones. Algunas portan interesantes adornos y decoraciones; bandas para el cuerpo, brazaletes e incluso faldas. Pero, para muchos prehistoriadores, como Paul Mellars, de la Universidad de Cambridge (Reino Unido) y Nicholas Conard, de la Universidad de Tubinga (Alemania), el aspecto más determinante reside en su enorme carga sexual. Sugieren que fueron creadas para que la vista se fije en unos elementos que resaltan por encima del conjunto: la vulva, los pechos, el estómago y las nalgas. En las últimas décadas, algunas prehistoriadoras han cuestionado el componente erótico y han relacionado tales atributos con el postparto y la lactancia. La figuración genital resulta simétrica en su contrapartida masculina. Los yacimientos auriñacienses y gravetienses contienen representaciones fálicas igualmente explícitas, pero no reciben la misma atención de los medios. En su libro El sexo invisible, los antropólogos James M. Adovasio y Olga Soffer recalcan que resulta innegable que los escultores de las venus se tomaron muchas molestias para mostrar los rasgos sexuales de la mujer, hasta el punto de dejar el resto de la figura —cara, pies, brazos...— representado de forma abstracta o ausente por completo. No obstante, conviene hacer notar que no todas poseen una vulva, y algunas lucen una dualidad corporal. Asimismo, las hay con cuerpo y piernas alargadas; en ocasiones, hasta delgadas. Estas venus estilizadas se han encontrado en los yacimientos rusos de Gagarino, Avdeevo y Kostenki 1, y en el francés de Brassempouy. Todo ello revela la complejidad de su simbolismo como objetos expresivos.
es-mx