Cuestión de mala fama
2023-03-01T08:00:00.0000000Z
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Editorial Televisa

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Eso es lo que tienen los traidores: mala fama. Pero ¿qué es un traidor? ¿Alguien que “ataca por la espalda” o bien una persona que cambia de convicciones? ¿Acaso no es legítimo esto último y no supone el axioma por excelencia de la libertad y la soberanía del ser humano? Los traidores, por otra parte, también son “creados” y manipulados por quienes tienen el poder en ciertas circunstancias. Los traidores son necesarios como chivos expiatorios. Ese fue el caso de Alfred Dreyfus. Corría el año 1894, y el escenario geopolítico de Francia era de puro fracaso (el de la guerra Franco-prusiana y el del imperialismo francés, que “sólo se quedaba” con las “migajas coloniales” del todopoderoso Reino Unido). En el ambiente flotaba un profundo sentimiento de irredención y necesidad de venganza, y se le dio a la gente en bandeja de plata mediante la figura de un oficial judío, el capitán Alfred Dreyfus, al que se acusó de ser el autor de una carta en la que se ofrecían importantes documentos secretos a la embajada alemana. Una traición en toda regla... ¿Las pruebas? Únicamente la similitud de la letra. Dreyfus fue condenado por traición, degradado en una ceremonia pública humillante y condenado a prisión perpetua. En este número estudiamos los casos más paradigmáticos de todos los tiempos, aquellos que supusieron un antes y después (o casi) en la historia.
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