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Un icono de Nueva York se reinventa: The Tiffany Landmark abre sus puertas para ser un epicentro de la alta joyería, el arte, la arquitectura y la gastronomía. Estuvimos presentes en su reapertura y la experiencia fue inolvidable.

La fachada del monumental edificio ubicado en la calle 57 y la Quinta Avenida de NYC sigue tan imponente como siempre. El reloj y el poderoso Atlas permanecen. Pero en sus vitrinas exteriores hoy se pueden apreciar algunas de las piezas de joyería más exquisitas de la historia: el Tiffany Diamond –montado ahora como un collar rodeado de aves– y el Bird on a Rock– diseñado por Jean Schlumberger–. Ver estas obras en carne propia, en todo su esplendor y celebrando la reapertura de esta legendaria tienda –bautizada como The Tiffany Landmark– me hizo sentir privilegiada de presenciar uno de los hitos más importantes para esta casa de joyería. Una de sus embajadoras, la actriz

Gal Gadot, fue la encargada de cortar el listón para inaugurarla. Al entrar al gran piso principal, el aliento se me escapó de ver reunidas todas las colecciones más representativas de Tiffany & Co., rodeadas de obras de arte –Basquiat, Hirst, Schnabel, por sólo mencionar algunos de los artistas que se pueden encontar a lo largo y ancho de la tienda–. Los 10 pisos que componen este majestuoso lugar, reimaginado por el arquitecto Peter Marino y OMA Nueva York, conjugan a la perfección los valores de la firma. ¿Los imperdibles? La escalera de caracol inspirada en el diseño orgánico de Elsa Peretti y el Blue Box Café ™ por el chef Daniel Boulud. No sólo se trata de un lugar para comprar, sino de un espacio para experimentar, sentir y soñar. Un increíble line-up de personalidades se dieron cita en la fiesta para celebrar esta apertura: Anya Taylor-Joy, Florence Pugh, Hailey Bieber, Zöe Kravitz, Blake Lively –por mencionar algunas– así como los mexicanos Diego Boneta, Danna Paola y Andi y Juanpa Zurita. La joya de la corona en la noche de celebración fue la actuación en vivo de Katy Perry, quien cantó todos sus hits y alegró con su carismática personalidad. Tuve la fortuna de saludar de mano a la estrella de fútbol Ronaldo, quien también fue uno de los invitados especiales. Una noche mágica para conmemorar un espacio que se convierte en un emblema imperdible de la ciudad que nunca duerme.

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