Televisa Kiosco Digital

The jewels

Llega a México una exposición que pone los reflectores sobre el legado, la maestría y la inspiración de una de las casas de alta joyería y relojería más importantes de la historia.

Por María José Guzmán

Cuando una maison que ha marcado la pauta en diseño, artesanía y savoir-faire abre sus archivos para mostrarlos en una exhibición artística, no sólo está dando cátedra de su propia herencia sino de una magistral aportación a la cultura universal. Tal es el caso de Cartier, la casa francesa de alta joyería y relojería que presenta El diseño de Cartier. Un legado

vivo, en el Museo Jumex, de la Ciudad de México. Previamente, en 1999, la Colección Cartier había sido presentada en el Palacio de Bellas Artes. Hoy, este invaluable archivo de 160 piezas de la colección propia de la maison y de acervos privados vuelve a la capital del país para seguir escribiendo una historia que habla no sólo de lujo y opulencia, sino de arte, cultura, usos y costumbres. Desde su fundación, en 1847, a manos de Louis-Françoise Cartier, la casa fascinó tanto a las élites europeas y americanas, como a los jerarcas de Medio Oriente. Cada una de las joyas, relojes y objetos de esta colección lleva intrínseca una entrañable historia para contar: ¿Qué inspiró a Louis-Françoise Cartier y a sus hijos –Louis, Pierre y Jacques– para crear esa exquisita joya? ¿Quién hizo ese pedido especial para la elaboración de tan esplendoroso juego de collar y pulsera con diamantes y peridotos? ¿Cuántas horas se necesitaron para construir a mano esa pieza elaborada con las más exquisitas y raras gemas? Éstas e infinidad de interrogantes se derivan de cada una de las piezas de la Colección Cartier exhibidas en esta fundamental muestra artística. Fiel a los valores de la casa –recordemos el lema de Cartier’s Women Initiative: “When women thrive, humanity thrives”– , las mujeres toman un papel importante en esta exposición: la curaduría está a cargo de Ana Elena Mallet –especialista en diseño moderno y contemporáneo con 20 años de

Arriba desde la izquierda: Colgante (Cartier París, 1912), en platino, diamantes, zafiros, perlas y cristal; es una de las primeras obras de Cartier con cristal de roca. Pulsera (Cartier París, pedido especial, 1928), en platino, oro, diamantes, loza azul, lapislázuli, ónix y esmalte; perteneció a Linda Lee Thomas, esposa del compositor Cole Porter. Reloj con horas giratorias (Cartier París, 1920), en oro, metal, placa de “lacque burgauté”, esmalte y ebonita. Compacto de polvos con porta pinta-labios (Cartier París, 1917), en oro, platino, placas de laca burdeos, diamantes y esmeraldas; perteneció a la Sra. Louis Cartier.

trayectoria– y, por otro lado, el diseño museográfico tiene a la reconocida arquitecta Frida Escobedo y su estudio al mando. La exhibición ofrece un recorrido por la historia y la herencia de Cartier, sus aportaciones al diseño de joyas y relojes, el desarrollo y evolución de su propio vocabulario y códigos que se expresan hasta el día de hoy, así como los de los iconos que forman parte de su trascendental legado. La exposición tiene cinco pilares fundamentales: la creación de la maison, sus primeros años y las bases de la formación de un estilo propio; la curiosidad universal; Jeanne Toussaint, “La Pantera”, como musa y colaboradora de Cartier; medir el tiempo y portar la belleza; y María Félix y los iconos de la casa. Resulta interesante la sinergia que la firma tuvo con Harper’s Bazaar desde mediados del siglo pasado, no sólo como marca imprescindible y protagonista de sus ediciones –la portada ilustrada por Alexey Brodovitch, en 1947, con anillos de Cartier es un verdadero tesoro editorial– sino como parte del storytelling detrás de sus piezas: uno de los collares de la Colección Cartier (creado en 1953 y elaborado en oro con amatistas y turquesas) perteneció a Daisy Fellowes, una socialité heredera del emporio de máquinas de coser Singer. Esta mujer fue considerada un icono de estilo en la década de los treinta, cuarenta y cincuenta. De 1933 a

1935, Daisy, radicada en París, fue colaboradora de la edición americana de Harper’s Bazaar. Además de una importante clienta para la maison, ella también contribuyó a plasmar la historia de la marca en las páginas de esta importante publicación. Otra relación que es imperante descubrir en esta exposición es la relación que Cartier ha tenido con México a lo largo de su historia. Por un lado, y como se mencionó anteriormente, el reconocimiento de la gran diva María Félix, como amante de las joyas de la firma

y como un símbolo en sí misma de esta legendaria casa. Por otro lado, el descubrimiento de historias que tal vez no sean tan conocidas, como el caso de José Yves Limantour, Ministro de Hacienda de México de 1893 a 1911 –durante el Porfiriato–, un gran comprador y poseedor de una de las piezas más interesantes de la colección: el reloj misterioso de un sólo eje, hecho en oro y platino con citrino, diamantes y ónix. Un objeto magnífico (nuestro editor’s pick) que es el epítome de todo lo que Cartier fue, es y será: lujo, innovación, maestría, excelencia, atemporalidad y exquisitez. Cualidades que inspiran a las nuevas generaciones, quienes deben visitar esta exposición para seguir apreciando y escribiendo la historia de esta maison por muchos años más. La exhibición El diseño de Cartier. Un legado vivo abre sus puertas al público del 15 de marzo al 14 de mayo de

2023, en el Museo Jumex. n

Contenido

es-mx

2023-03-01T08:00:00.0000000Z

2023-03-01T08:00:00.0000000Z

https://editorialtelevisa.pressreader.com/article/281767043392032

Editorial Televisa