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Running with scissors

Casi TRES DÉCADAS después de haber fundado MIU MIU, MIUCCIA PRADA está en la CIMA de sus PODERES ARTÍSTICOS, incluso logrando que una DIMINUTA MINIFALDA se hiciera VIRAL.

Texto de RACHEL TASHJIAN Retratos de TYLER MITCHELL

M iuccia Prada no es una mujer que haya logrado el éxito sola. La compañía que evolucionó de un negocio de equipaje a un referente de la moda de lujo comenzó con su abuelo. Pero ella ciertamente es una amante de la moda. Es una mujer que toma las riendas y está a cargo, ya sea que esto implique ideas, proyectos o longitudes de faldas. Al posar para Tyler Mitchell para esta sesión de fotos, sacó un par de tijeras y recortó el dobladillo en ese momento. “Hay un gran placer en el acto de cortar”, confiesa. El placer de cortar es lo que ha impulsado a Miu Miu, la otra línea de moda de la Sra. Prada, para que sea un fenómeno en el último año. Cuando la Sra. Prada –como es conocida en la industria– envió a sus modelos a la pasarela el otoño pasado usando minifaldas recortadas –tan cortas que el forro de los bolsillos se asomaba– y suéteres deshilachados mostrando prácticamente todo el abdomen, la gente perdió la cabeza. TikTok se llenó de veinteañeros mostrando a sus seguidores cómo acortar sus faldas para crear ese mismo look en casa; el hashtag #miumiu tiene más de 695 millones de visitas en la plataforma. Durante los primeros tres meses de 2022, las búsquedas de la marca incrementaron en un 400% por el atuendo de la minifalda, de acuerdo a Lyst Index. Para febrero, casi cada revista había puesto a su covergirl en una versión de ese look; Nicole Kidman dijo en una entrevista que lo había arrebatado de la ropa de la estilista Katie Grand para una portada. En Instagram, alguien comenzó una cuenta dedicada a rastrear sus apariciones (@miumiuset). Los atuendos de la pasarela usualmente se apoderan del Internet porque son extremos. Se convierten en un meme y en el objetivo de muchos chistes. Pero en vez de eso, este look se convirtió en algo codiciado con una urgencia maniática. La Sra. Prada y yo estamos sentadas en su oficina en Milán, un espacio amplio de concreto sobre Via Bergamo, mientras ella bebe una taza de té. Detrás de nosotras, en el piso, está la entrada a su famosa resbaladilla, una obra de Carsten Höller que te lleva hacia abajo a través de un tobogán largo y plateado para llegar al jardín. “La idea de cortar es un acto de rebelión”, dice, tratando de explicar el furor. “No sé por qué esa falda se convirtió en un fenómeno. Probablemente porque era muy clásica, normal, usual. Porque era una falda tableada”. La colección se llamaba Basic Instincts. Algo interesante ha ocurrido en Miu Miu en los últimos años. En parte es porque algo interesante ocurrió en Prada: En abril de 2020, Raf Simons se convirtió en el director cocreativo. “Me estoy enfocando en Miu Miu”, dice la Sra. Prada. “Es un parque de juegos, porque es más pequeña, así que tiene más libertades”. No que no sea libre en Prada; mejor dicho, “Prada es una parte más seria de mí”. La Sra. Prada también empezó a trabajar con Lotta Volkova, la estilista rusa que vive en París. (Cuando le pregunto porque quería trabajar con Volkova, la Sra. Prada dice, “Porque es muy buena”).

En el 2021, las ventas aumentaron en un 20% en comparación al año anterior; y en la primera mitad del 2022, incrementaron otro 14%. Y no son sólo las bolsas y los zapatos,

“Si CREES en la MODA y eventualmente GENERAS TENDENCIAS, significa que lo que estás haciendo le hace SENTIDO a la gente. Estás CONECTANDO con ellos”.

como ocurre en la mayoría de las marcas de lujo: Al escribir este artículo visité dos veces la tienda Miu Miu en SoHo, Nueva York, y las minifaldas estaban completamente agotadas. La Sra. Prada inició Miu Miu en 1993. La marca frecuentemente es descrita como “la hermanita” de Prada, pero eso no es del todo cierto. No es una marca reflejo, ni está dirigida a una audiencia distinta o más joven (de hecho, muchos seguidores de Miu Miu han usado la marca durante años y ahora están en sus cincuentas y sesentas), y sus precios son iguales a los de Prada. “Para mí, son igual de importantes”, dice. Miu Miu, aclara, es “más encantadora”. Y tal vez ¿más atrevida? Sonríe mientras dice que sí. Los diseñadores frecuentemente parecen tratar alguna sección del cuerpo de la mujer como el protagonista de cada

temporada. “Una temporada es la pierna, la siguiente es el escote, después son los hombros. Así que dije, ok, algo que está realmente ‘fuera de moda’ ahora es un abdomen exagerado… exponerlo era una broma para mí acerca de la zona erógena”. Una de las razones por las que la minifalda causó tanto furor es porque es radical, incluso política. “Probablemente es uno de los mejores ejemplos, si no es que el más importante, de rebelión”, dice la Sra. Prada. “Más que las prendas relajadas de Coco Chanel, más que la eliminación del

bustier”. En los sesenta, la minifalda fue revolucionaria porque “decía, ‘Somos dueñas de nuestros cuerpos. Hacemos lo que queremos. No queremos sentirnos contraídas’. Así que la desnudez en ese entonces se volvió la idea de la libertad y protesta”. Las minifaldas de la Sra. Prada no estaban planeadas como una propuesta; ni siquiera está segura de que se pueda seguir protestando con la ropa. En vez de eso, puedes “inventar una nueva manera de ser hermosa o sexy. Sin seguir un cliché, sino inventar tu propia manera y decidir lo que quieres usar de acuerdo a tus ideales”.

Ese es el tipo de concepto que ha creado cierto culto alrededor de la Sra. Prada. “Hay algo muy travieso acerca de ella”, dice Hailey Benton Gates, una cineasta que en el 2019 dirigió uno de los filmes de la serie de cortometrajes llamada Miu Miu Women’s Tales. “Su humor es muy irónico, y le gustan las chicas malas”. La mujer leal a Miu Miu no es una clienta, es más una mujer encontrando un personaje en el universo de la Sra. Prada, astutamente portando cualquier prenda que la autora haya imaginado, ya sea una minifalda o un par de enormes botas de piel falsa al estilo abominable hombre de las nieves. Con la minifalda, por ejemplo, era evidente que era demasiado corta. Pero más importante que la longitud era el dobladillo desgarrado, como una mujer que en un arranque del momento tomó una inofensiva prenda y maniaticamente la arruinó –como una manera de apropiarse de su destino, tal vez, o ganando control de su inevitable desaparición–. No es una protesta pero es una expresión de agresión hipercontemporánea. “Algo que creo fuertemente es que debes intentar hacer algo relevante”, dice la Sra. Prada. “No hacer algo sólo por hacer algo extraño”. No le gusta lo que ella llama “moda inútil”. En parte, su decisión de hilar ideas a través de múltiples temporadas es por la sustentabilidad: “En vez de que cada temporada sea una locura distinta o una exageración, quiero darle una consistencia porque tiene un poder. Soy una de las pocas diseñadoras mujeres y quiero hacerlo más relevante”.

Para el otoño 2022, continuó algunas de las ideas de su colección de primavera. El otoño se enfocó en el “clasicismo”, como ella dice, para la primavera 2022 (más pliegues, más minifaldas) y más “estar en lo incorrecto”. La cuestiono al respecto. Se inclina hacia mí y en una voz más profunda dice: “Estar equivocada”. Así que faldas… para el invierno. ¡Já! Y también cortes sexys con bordados y botas enormes. En su show, también integró un número de modelos que se identifican como hombres, mostrándolos con nuevas iteraciones de la minifalda. “Era muy sutil”, dice, no con la intención de hacer un statement acerca de cómo deberían ser las prendas, sino cómo deberían usarla los clientes, ya que las personas con diferentes expresiones de género, sabemos que han estado comprando maniáticamente en Miu Miu (la colección para hombres fue cancelada en 2008).

Reflexionando acerca de por qué sus diseños resuenan con los hombres, dice que tal vez sea porque se identifican con su visión de la feminidad, que ella describe como “linda, generosa, amorosa y cuidadora”. Son importantes, dice, porque “de otra manera, nos hacemos personas difíciles. Hay tanto odio y agresión a nuestro alrededor que deberíamos adoptar el aspecto de ser generosos y amables”. Los diseñadores de moda hacen más en esta era de lo que han hecho antes, no sólo creando prendas sino también construyendo

universos de mundos de imaginación e influencia a través del marketing y posicionamiento de las marcas. Una de las cosas que rara vez hacen es crear tendencias. En vez de comenzar con pasarelas, las tendencias parecen explotar de manera quijotesca en las redes sociales; en TikTok, parecen surgir de la noche a la mañana –con hashtags tipo #cottagecore, #Barbiecore, y #yadayadacore– pero tienen la vida de una mosca, y casi nunca tienen el poder del tiempo de resonar más allá de sus profesionales inmediatos.

El Fast Fashion se ha hecho tan dominante, un universo en sí mismo, que la mayoría de las personas usan una versión de Shein del vestido de un diseñador y probablemente no tienen idea de que es una copia de un concepto de alguien más. Pero la Sra. Prada sigue creando tendencias. En febrero, la marca de moda rápida Fashion Nova hizo una réplica exacta de un set de Miu Miu. En TikTok un sinfín de veinteañeros mostraron sus versiones caseras de minifaldas recortadas, ofreciendo un homenaje directo a Miu Miu. Le muestro un video a la Sra. Prada de una chica presumiendo una falda “al estilo Miu Miu” de color khaki y un cropped top. Se ríe. “Fantástico”, (aunque no es fanática de TikTok: “Tengo poco tiempo libre”). ¿Por qué la Sra. Prada es capaz de crear prendas que penetran en cada nivel de nuestra cultura? “Porque no me interesa la moda”, dice. No estoy hablando del estilo, de lo que se vende, ni los productos, sino de la moda, con todos sus respectivos caprichos, contradicciones y posibilidades singulares. El momento en que una marca hace algo, todos los demás hacen lo mismo. Encuentras lo mismo con un distinto logo: el mismo zapato, la misma bolsa –idénticos pero con el logo de la marca–. Eso genera dinero, eso no crea tendencias. Nosotros en Prada, y mucho más en Miu Miu, creemos en la moda. La moda es mi trabajo. También crear tendencias es lo más interesante; de otra manera, sólo estás haciendo ropa. Pero si crees en la moda y eventualmente generas tendencias, significa que lo que estás haciendo le hace sentido a la gente. Significa que estás conectando con ellos. Nunca pienso en lo que la gente desea, incluso no veo tanto redes como TikTok”, dice riéndose. “Estoy interesada en la cultura joven en general porque trabajo con mucha gente joven aquí y en la Fondazione Prada, con artistas jóvenes. Siempre estoy rodeada de jóvenes. Y como soy muy curiosa, lo que hago eventualmente resuena con esas personas porque de alguna manera me siento conectada. Tienes que interesarte en el futuro. Y éste incluye a los jóvenes. Esa es la clave de todo”. Esa es la manera en que funciona la mente de la Sra. Prada.

Creo que jamás he conocido a alguien que disfrute hablar tanto de lo que hace. La Sra. Prada lee constantemente acerca de arte, política, y moda. Ama hacer preguntas, contradecir todo y construir ideas en voz alta. Para ella, pensar se convierte en un tipo de experiencia única, divina, hermosa y extravagante. Aunque la Sra. Prada se mueve fluidamente entre los mundos del arte y la moda, casi nunca los mezcla. “Una de las primeras cosas que me dijo fue que siempre quiere proteger a los artistas del mundo de la moda”, dice la artista marroquí Meriem Bennani, quien hizo un film para el desfile de otoño de la marca. Frecuentemente te encontrarás la idea de que la moda

es un tipo de arte y eso es algo que siempre me ha molestado. Siempre me ha parecido como una manera de crear credibilidad para una industria donde las personas piensan que tienen que justificar o defender. Pero, ¿en verdad el arte tiene más credibilidad que la moda? Sin importar si la Sra. Prada crea que sí, no pienso que crea que la moda necesita justificación.

De hecho, alcanza a ver todas las realidades de la moda –la velocidad, la frivolidad, el cambio sin sentido, los ciclos– y las investiga a través de los materiales, las siluetas, los arquetipos y los personajes. Toma muy en serio su sustancia, e incluso su falta de. La Sra. Prada no piensa como una artista; piensa como una diseñadora. “Cuando tienes ese tipo de visión del mundo, entiendes lo que haces como un medio”, explica Bennani. Y usa las herramientas a su alcance para decir algo acerca de nuestro mundo, nuestros sentimientos, nuestras mentes y cuerpos.

Eso es lo que hace que su trabajo sea tan poderoso. ¿Siente la Sra. Prada que está en un periodo de gran creatividad? “Para ser honesta, sí”. ¿Por qué? “Pasé un periodo donde perdí a todos mis amigos”. La editora Ingrid Sischy, quien pasó décadas hermosamente esclareciendo el trabajo de la Sra. Prada, y su gran amiga y colaboradora durante 40 años, Manuela Pavesi, ambas murieron en el 2015, por mencionar sólo dos. “Fue un periodo realmente difícil. Ahora me estoy recuperando. De hecho, me siento bien”. No es un sentimiento que derive de su actual fervor en Miu Miu. “Nunca disfruto, en realidad, el éxito”, dice. “Estoy feliz con mi vida. No sólo con mi trabajo. Estoy en paz conmigo misma”. Antes de dejar su oficina, miro el famoso tobogán de la Sra. Prada. ¿Cuándo fue la última vez que lo usó? “Tiene mucho tiempo”, responde. “Al principio era emocionante. Me aburro rápidamente. Por eso me gusta la moda”.

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2023-02-01T08:00:00.0000000Z

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