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KIERAN CULKIN: MOVIMIENTOS PODEROSOS

Eric Sullivan Fotos Billy Kidd

“NO PUEDE HABER MEJOR TRABAJO EN EL PLANETA PARA UN ACTOR”, dice Kieran Culkin. Nos encontramos a finales de febrero y está acurrucado en un banco de un bar de cócteles en Brooklyn. Se refiere, por supuesto, a su papel en Succession, la exitosa comedia negra de HBO que se convirtió en un gigante de los premios sobre la familia Roy, excesivamente rica y cómicamente sedienta de poder, propietaria de un gigante ficticio de los medios globales.

Durante seis años, Culkin ha interpretado a Roman, el segundo más joven de los cuatro hijos de Logan Roy, travieso, obsceno e interminablemente observable, y quizás, quizás, el hermano con más probabilidades de heredar las llaves del reino, con gran éxito. Ha recibido dos nominaciones al Emmy y tres al Globo de Oro; el año pasado, ganó un Critics Choice Award. Pero el mejor trabajo del planeta está llegando a su fin. El creador de Succession, Jesse Armstrong, reveló que su cuarta temporada es la última.

Culkin, que tiene 40 años de edad y creció en Manhattan, se deslizó en el bar después de acostar a sus hijos y –rápidamente– pidió un Martini. Es tan ingenioso como te imaginas; resulta fácil ver el Kieran en Roman. Pero esta noche, está de un humor pensativo. En 36 horas abordará un avión con destino a un lugar no revelado públicamente para filmar las últimas escenas de Succession. Su cabello está recién cortado y ligeramente engominado; su constitución, esbelta; su atuendo, casual de negocios.

Se mira a sí mismo, evaluándose. “No es así como me visto normalmente”, dice. El guardarropa de Culkin se asemeja más a una selección del perchero de playeras gráficas en su tienda vintage local; es más probable que use una t-shirt de Randy Savage “Macho Man” que una Tom Ford. Jazz Charton, su esposa durante 10 años, describe así su estilo personal: “Te vistes como si estuvieras entre edades o mundos”.

Para esta ocasión, sin embargo, se ha hecho adulto. “Nunca salgo”, dice Culkin (su hija tiene tres años y su hijo 20 meses), “así que decidí que quiero disfrazarme”. De hecho, se parece muchísimo a... Roman Roy. Eso, en parte, porque usa la ropa de Roman. Culkin señala sus pantalones color azul marino. “Robé esto del guardarropa”. ¿El abrigo? Un recuerdo de la primera temporada. “Lo vi en mi estante y pensé: ‘Ustedes no pueden reutilizar esto. Literalmente, hay agujeros de polilla en él. Me lo llevo’. Y ya”.

Filmar un programa sobre los extremadamente ricos significa que puedes hacer cosas extremadamente ricas. Succession ha llevado al elenco y al equipo a opulentas villas y espaciosas cabinas de helicópteros en, si no todo el mundo, al menos en Europa. Por elegante que suene, Culkin jura que no hubo tiempo para deleitarse con eso. “Filmamos en Croacia, por ejemplo, en un yate. Mi esposa estaba embarazada de ocho meses, sola en casa durante el verano. Yo le decía: ‘Lo siento mucho, cariño, en serio no es mi intención estar lejos. Estoy trabajando muy duro aquí’. Ella me contestaba: ‘Oh, ¿sí? ¿En tu puto yate en Croacia?’ Y yo le aclaraba: ‘¡Es un set!’. Lo sé, nada fácil de comprender”.

“¡En verdad trabajo 12 horas al día! Pero no puedes sentirte mal por mí. Incluso para mi esposa, que lo entiende todo, todavía parece que estoy en un yate en Croacia”, apunta. Las demandas del trabajo no eran un problema para Culkin antes de tener hijos, pero ahora “siento que, lo que se supone que debo hacer, como padre, es quedarme en casa y cualquier cosa que me aleje de eso está mal”, dice mientras pica una ostra Rockefeller.

PARA LA ÚLTIMA TEMPORADA, LA SERIE LO LLEVÓ, ENTRE OTROS LUGARES, A NORUEGA. Traer a su joven familia no era práctico con el exigente calendario de producción. En el transcurso de 11 días, Culkin cambió de hotel cinco veces y solo una vez durmió en la misma cama dos noches seguidas. Estaba rodeado del esplendor natural, pero se dio cuenta de que extrañaba a sus hijos. “Rápidamente, caí en una depresión”, confiesa. “Hay algo en visitar un lugar tan hermoso en el que nunca había estado, rodeado de los magníficos vados, que solo acentúan lo miserable que puedes ser”.

Culkin logró atrapar un raro momento de paz. Cierta mañana, el elenco y el resto del equipo se reunieron en la cima de una montaña para filmar. En el camino, estaba absorto en su guion, ajeno a las vistas cada vez más amplias. “Caminando por la montaña, pensaba: ‘Oh, vamos a hacer esta escena hoy. Oh, mierda, está bien. Oh, y tengo mucho que decir’. Y así”.

Pasaron medio día filmando una escena “bastante intensa”. Después de que el grupo se trasladara a un punto más bajo, donde estarían filmando todo el resto del día, Culkin se dio cuenta de que en realidad no había mirado más allá del set de filmación. Entonces, durante un descanso, volvió a subir por el mismo sendero. Cuando llegó a la cima, se sentó en una roca y, durante 10 o 15 minutos, respiró el fresco aire nórdico, permitiéndose disfrutar de la vista desde la cima. Sí, eso fue hermoso.

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2023-06-01T07:00:00.0000000Z

2023-06-01T07:00:00.0000000Z

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Editorial Televisa