ALESSANDRA AMBROSIO

La top model brasileña, una de las mujeres más bellas del mundo, visitó la capital mexicana y en Esquire conversamos con ella.

Con ella en la CDMX, por 15 minutos...

ALESSANDRA continúa impactando a donde quiera que vaya, como lo ha hecho por más de 15 años ininterrumpidos desde que inició su carrera (solo en Instagram cuenta —al día de hoy— con 11.5 millones de seguidores). Esta mujer de 1.78 metros de altura y sonrisa cautivadora, sabe llevar su carrera de forma envidiable, desde los primeros años de la década del 2000 cuando comenzó a desfilar y aparecer en campañas publicitarias para varias de las marcas más prestigiosas de moda y lujo alrededor del mundo.

Amante declarada de México y su gente, a la brasileña nacida en Rio Grande del Sur se le ilumina el rostro al preguntarle sobre sus lugares preferidos en nuestro país y lo que más le gusta hacer cuando viene de visita. “Una de mis actividades favoritas en México es experimentar su gastronomía. En cada visita consulto a los amigos e intento reservar en un restaurante diferente, para seguir conociendo la cultura y los lugares imperdibles. Me encanta el mar de Cancún y Tulum para disfrutar con la familia y amigos. Los mexicanos son increíbles y muy cálidos, me hacen sentir como si estuviera en Brasil”.

Además de nuestras maravillas culinarias, Alessandra habló de una de las colaboraciones más longevas y exitosas de su trayectoria: la relación profesional con Omega. Esta alianza entre la firma relojera y la modelo se remonta al año 2016, cuando los Juegos Olímpicos se celebraron en Río de Janeiro.

Para Ambrosio hay dos claves que ayudan a que Omega se mantenga en el lugar de privilegio que hoy ostenta, después de tantos años: por una parte, “la precisión que hay detrás de cada una de sus piezas, no en vano son los la firma Cronometradora Oficial de los Juegos Olímpicos, y por el otro, la elegancia que le imprimen a cada reloj”.

No solo los relojes fascinan a la guapa brasileña, sus ojos también brillan al acompañarla a ver la joyería y los accesorios, que observa fascinada mientras recorre la boutique de Omega en Artz Pedregal, al sur de la Ciudad de México ¡Bienvenida siempre, Alessandra!