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El reloj que surgió del frío

Tudor recupera uno de sus modelos míticos. El Ranger, creado en los años 60 con la experiencia de la marca en una expedición a Groenlandia, revive ahora en un formato que apasionará –especialmente– a los amantes de lo vintage.

POR ANDRÉS MORENO

CADA RELOJ CUENTA UNA HISTORIA Y LA DEL TUDOR RANGER ES UNA DE LAS MÁS BONITAS. Para conocer el origen de este modelo tenemos que retroceder al 8 de julio de 1952. Fue la fecha de salida elegida para la British North Greenland Expedition, la misión científica organizada por Reino Unido con el objetivo de estudiar las condiciones naturales del Polo Norte. Los 50 fueron pródigos en grandes aventuras científicas. En aquella década el hombre lograría alcanzar la cima del Everest, crear el batiscafo con el que llegar al punto más profundo del planeta y navegar por debajo del Polo Norte a bordo de un submarino nuclear.

Así, de Londres partieron una treintena de militares y civiles con destino a Groenlandia, donde muchos de ellos pasarían los siguientes dos años de su vida. La British North Greenland Expedition compartía el mismo deseo de desentrañar los secretos que aún aguardaban en nuestro planeta. Para conseguirlo era imprescindible contar con un valiente grupo de voluntarios y unas herramientas capaces de soportar las extremas condiciones en las cuales desarrollarían su trabajo.

26 de los 30 miembros de la expedición contaron en su equipo con un Tudor Oyster Prince. Lanzado aquel mismo año, el Oyster Prince fue el primer reloj automático y hermético fabricado por la firma. La experiencia acumulada por Tudor durante esos dos años de expedición les sirvió para crear más tarde el Ranger, todo un mito que vuelve ahora a la actualidad. Y nadie mejor que David Beckham, embajador de Tudor, para ser su imagen, justo 70 años después de que sus compatriotas salieran de Londres camino de Groenlandia.

PARA LOS MÁS DUROS

El término Ranger ha estado asociado a Tudor desde 1929. Aquel año Hans Wilsdorf, fundador de Tudor y Rolex, registraría este nombre como marca. No fue hasta la década de los 60 cuando la firma se decidió a usarlo en uno de sus relojes. En los siguientes años, Tudor Ranger sería sinónimo de reloj duro y el mejor compañero posible para cualquier tarea física, por dura que esta sea. Hace ocho años la firma decidió recuperar el nombre de Ranger y ahora vuelve a la actualidad con el propósito de dotarlo de una posición privilegiada en su catálogo. Es una apuesta ambiciosa, pero el Tudor Ranger cuenta con buenos argumentos para conquistar el interés de los aficionados.

Lo primero que llama la atención del nuevo Ranger es su similitud con las versiones de los años 60. La caja de acero es muy parecida, como también lo es la esfera, reducida a la mínima expresión con el fin de garantizar una lectura precisa en cualquier situación o entorno. El Tudor Ranger tiene un diámetro de 39 mm, medida que hace unos años podríamos considerar pequeña para un reloj masculino, pero que ha cambiado en los últimos tiempos gracias al revival de modelos vintage, donde Tudor ha tenido un enorme protagonismo de la mano de su exitoso

Black Bay. El Ranger nos demuestra que 39 mm son más que suficientes para conseguir un reloj bien equilibrado en cualquier muñeca masculina.

El Tudor Ranger parece simple, pero esconde una maquinaria de última generación. En los últimos años Tudor ha trabajado duro para incorporar a su catálogo cada vez más movimientos de fabricación propia. El MT5402 que lleva el Ranger lo es. Este calibre automático cuenta entre sus características con un escape de silicio exclusivo de la firma, lo que le hace inmune a los campos magnéticos (¡qué bien les hubiera venido un reloj de estas características a los expedicionarios de la British North Greenland Expedition!) y dispone de una reserva de marcha de 70 horas. Cuenta además con certificado oficial COSC de cronometría.

INGREDIENTES DE ÉXITO

Un reloj de estas características y con este nivel mecánico es fácil de encontrar en el mercado. Lo que ya es más difícil, por no decir imposible, es hacerlo con un precio inferior al del Tudor Ranger: 2.590 euros, y 290 más si lo preferimos con brazalete de acero. Con este precio, el Ranger se sitúa como el modelo con movimiento manufactura más accesible de Tudor. Por esta simple razón ya sabemos que será todo un éxito.

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2022-10-03T07:00:00.0000000Z

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Editorial Televisa