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YOUNG PUNKS

Los Sex Pistols vuelven con una serie que recuerda los mejores momentos de la banda y sus protagonistas nos enseñan de moda

44 años después de su gran implosión, THE SEX PISTOLS, su música, moda y actitud siguen vigentes. Este año, una serie cuenta la increíble historia de la banda: Pistol, de FX, estará disponible para México en Star+. El elenco nos presume los nuevos trajes del verano, demostrando que actualmente NO HAY NADA MÁS PUNK QUE VESTIRSE BIEN.

THE SEX PISTOLS NO INVENTARON EL PUNK ROCK, ese gran honor pertenece a las bandas americanas de CBGB, pero los Pistols merecen –y aceptan con orgullo– la culpa de haberlo traído a las masas. Cuando un adolescente aparece con el pelo peinado en picos, un collar de perro y una chamarra de cuero, la pregunta siempre es: “¿Quién eres, The Sex Pistols?”. Es un término genérico, como Xerox o Kleenex. La banda pavimentó el camino y lo hizo con un lanzallamas.

Las actitudes antisistémicas de los Pistols provienen de su crianza en la clase obrera. Steve Jones era un ladrón prolífico quien dice haberse robado el equipo de David Bowie para empezar su propia banda. Paul Cook estaba destinado a estar en el mercado eléctrico. A principios de los 70, los dos amigos de la infancia frecuentaban una tienda londinense de ropa llamada Let It Rock. Sus dueños, los diseñadores Vivienne Westwood y Malcolm McLaren, vieron la moda como un método de expresión individual y disrupción cultural, y ayudaron a posicionar a los Pistols. También encontraron a sus compañeros de banda, John Lydon –pronto se convertiría en Johnny Rotten– quien atrapó la mirada de McLaren porque usaba una playera de Pink Floyd con la frase “I HATE” escrita encima con plumón. Westwood descubrió a John Simon Ritchie –después se convertiría en Sid Vicious– en un desfile de clientes de la tienda. No sabía tocar el bajo pero se veía muy bien: pálido, perdido y con un collar de cuero con un candado ajustado alrededor de su cuello.

El auténtico genio McLaren, quien se convirtió en el mánager de los Pistols, usaba a la banda para burlarse de la industria de la música. Pasaron por tres disqueras en menos de un año. Poco después del estreno de su primer sencillo, “Anarchy in the U.K.” en 1976, aparecieron en el programa de televisión Today, de Thames. El anfitrión los provocó para decir un número de groserías –“You dirty fucker”, le dijo Jones– emisión que llegó a las salas de los hogares de Inglaterra. El encabezado más famoso al día siguiente decía “The Filth and The Fury!”. La policía cerró los pocos shows locales en vivo que los gobiernos no habían prohibido. “Le declararon la guerra a cualquiera que se pareciera a los Sex Pistols”, fue lo que escribió Jones en sus memorias, Lonely Boy: Tales from a Sex Pistol, obra en la que se basó Danny Boyle para dirigir la serie de FX, Pistol. Su llegada al suelo norteamericano arrasó con los encabezados. Cada adolescente y sus padres sabían qué era el punk. Los asesores escolares comenzaron a preguntarles a los estudiantes si deseaban cortarse el pecho con una navaja –técnica favorita de Sid– cuando lo único que querían hacer era escuchar su música.

Eso es lo que la gente suele olvidar acerca de los Pistols: las canciones eran grandiosas: “Anarchy”, “God Save the Queen” y “Pretty Vacant” son verdaderos himnos. Los opositores repiten obstinadamente que no sabían tocar sus instrumentos. La música era ruidosa, las letras brutales y su canto agresivo, pero lo mismo aplica para el primer álbum de Led Zeppelin. La instrumentación no era vanguardista; Jones y Cook eran fanáticos de The Faces y The Who. Hasta tenían solos de guitarra. 45 años más tarde, nada del álbum Never MindtheBollocks suena anticuado.

Los Pistols se desintegraron en 1978 antes de convertirse en parodia. El capitalismo absorbió su legado, suavizando sus aspectos emblemáticos y convirtiéndolo en géneros como el pop punk, emo, rock alternativo y grunge. Ahora puedes comprar en el súper el collar de perro que Sid Vicious usaba gracias a que los Pistols abrieron camino entre disturbios. Los miembros de la banda continuaron rebelándose contra el sistema. Cuando se les otorgó acceso al Salón de la Fama del Rock & Roll en 2006, rechazaron el premio con una nota que decía: “No vamos a ir. Obviamente no han puesto atención”.

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2022-05-06T07:00:00.0000000Z

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Editorial Televisa