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JOHN LENNON / PLASTIC ONO BAND 87 canciones inéditas en 11 horas. Lo queremos ya....

EL NUEVO DISCO DE JOHN LENNON es un logro impresionante, y no solo porque murió hace 40 años. JohnLennon/

PlasticOnoBand tiene 87 canciones inéditas y dura 11 horas. Es la versión en ocho discos del debut de solista del exBeatle (1970), distribuido en seis CD y dos Blu-ray. Incluye demos, ensayos, tomas descartadas, improvisaciones, conversaciones de estudio, “elementos aislados” y versiones autónomas del disco en sonido envolvente 5.1 y Dolby Atmos.

Es impresionante dado que el disco original dura 39 minutos y se distinguió por su sonido rudimentario. Las canciones “God”, “Isolation” y “My Mummy’s Dead” son propias de una persona que había terminado cuatro meses de psicoterapia en virtud de varios traumas. (Tiempo después, Ringo Starr atribuyó la recepción poco entusiasta del disco a la escasez de canciones “pegajosas”.)

Su reputación ha mejorado en las cinco décadas posteriores y ya se le ha consagrado en el canon oficial del rock esnob. Ahora vuelve en su 50º aniversario, en una caja conmemorativa acompañada de un cuadernillo de 132 páginas, un póster y dos postales de “War Is Over! (If You Want It) Love and Peace from John & Yoko”.

Por una parte, es una caja conmemorativa común y corriente. Su papel es conceder seriedad a la carrera de un artista o a una obra particular de un artista. Se trata de un “producto” con cinco centímetros de grosor diseñado para empequeñecer el resto de tu colección de música, en sentido literal y figurado. Es poco manejable (es una caja), por lo que es una adquisición inoportuna para cualquier estantería de discos, CD o libros. Después está el asunto de escucharla. No se sabe si: (a) dejar las cosas en la caja, porque implica sacar todo si quieres escuchar un disco, (b) sacar los discos de la caja y guardarlos con el resto de tu colección, y encontrar otro lugar para la caja, cuadernillo, postales, etcétera, o (c) guardar los archivos en tu laptop y almacenar el mamotreto en otro lado. Lo que nos lleva al punto evidente. Es 2021, también está en Spotify. ¿A qué debemos la existencia de una caja de colección en la era del streaming?

En los 80 y 90, la caja de colección era la compra de lujo por excelencia de los melómanos, una manera de mostrar tu gusto refinado y lealtad a una carrera distinguida. En casos, como Live1975–’85 de Bruce Springsteen y LedZeppelin de Led Zeppelin, la caja se volvía un best-seller. En otros, como

Biograph de Bob Dylan, servía para recontextualizar y resucitar la carrera de un artista, al condensar su catálogo en un

set aspiracional y comercializable. Un puerto de entrada para los novatos conscientes de que Dylan tenía la reputación de ser “el dinosaurio más viejo del mundo” —lo había planteado una revista— (tenía 44 cuando salió en 1985) y un artista icónico en el que valía la pena invertir.

Cuando en 1995 salió © Anthology de The Beatles —tres volúmenes de discos dobles de toda su carrera, un libro de pasta dura y una serie de televisión en seis partes que después se convirtió en un set de ocho VHS— su música era lo que escuchaban tus padres: aburrida y pasada de moda. “Biker Like An Icon”, en ese entonces el sencillo más reciente de Paul McCartney, ni siquiera había llegado al Top 75 del Reino Unido. Lejos estaba el MaccaConaissance, encabezar Glastonbury, los remixes de

Phoebe Bridgers, y discos en el número uno que venden más que

Taylor Swift y Eminem.

La industria de la música siempre está dispuesta a encontrar el modo de vender música vieja a los mismos fans, y en 2011 concibió la nueva era de las cajas conmemorativas. El día que Spotify obtuvo financiamiento de 100 millones de dólares para salir en Estados Unidos, crearon el concepto de “super-deluxe box set”. Así que la versión “Immersion” de TheDarkSideoftheMoon de Pink Floyd llegó con dos libros, un grabado, una reproducción de un boleto de concierto, cinco tarjetas de colección, nueve portavasos y un juego de canicas con su bolsita para guardarlas. U2 sacó dos cajas por el vigésimo aniversario de AchtungBaby: “superdeluxe” y “uber-deluxe”. Esta última era una caja con diseño de mosaico, un rompecabezas de imágenes, e incluía seis CD, cuatro DVD, cinco sencillos en viniles transparentes de siete pulgadas, 16 grabados, un libro de pasta dura y 84 páginas, una revista, cuatro escudos, un set de stickers y un par de los lentes oscuros icónicos de Bono, “The Fly”.

Tal vez son patadas de ahogado de las disqueras que buscan a los roqueros de mediana edad con ingresos, esos bichos raros cuyas vidas parecen incompletas sin una copia física de “Mother (toma 61)” de Lennon, la que “no tiene la campana al inicio y la mezcla de batería es en mono”. Pero no son solo ellos. A un año de Lemonade, de Beyonce, la hicieron caja conmemorativa. HowtoMakeLemonade salió en un vinil amarillo limón con un libro de pasta dura y 600 páginas con fotografías familiares, poemas de Warsan Shire y epílogo del académico y pastor Dr Michael Eric Dyson. Una tarea superior que una bolsa de canicas…y solo por 300 dólares. Si lo compraste, buena decisión, porque hoy la única copia de Amazon a la venta cuesta casi 3,500 dólares.

Mi favorita de todas es Biophilia de Björk, de 2011. La caja de edición limitada, de cedro laqueado, incluye 10 diapasones cromados, la parte frontal forrada en seda de 10 colores diferentes y estampados de la parte trasera. Cada diapasón correspondía a la nota fundamental de una canción del disco: E (o 329.HZ) para “Moon”; Sol bemol mayor (o 370.HZ) para “Mutual Core”, y así sucesivamente. Demencial y ¡genial!

Es un artículo prestigioso, una forma de ganar dinero fácil, un proyecto de arte con mucho presupuesto…por todo esto la caja sigue viva. Se trata de un anacronismo en la era del streaming y, hay que decirlo, muy satisfactorio.

Mi amigo Paul encarna muy bien el atractivo de la caja. Paul se denomina entusiasta, para su esposa, es acaparador. Esos libros inmensos de Taschen sobre Marvel Comics, Motown, Godzilla: The Shōwa-Era Films, 1954–1975. Hace poco Paul pidió tres cajas conmemorativas del sitio favorito de todos los nerds cinéfilos, The Criterion Collection, en Estados Unidos. Cuando llegaron, se dio cuenta de que no los podía poner [por la región], así que pidió un Blu-ray de Estados Unidos. Después pidió un adaptador. Por supuesto, a la fecha no los ha visto. Pero incluso si ya los hubiera visto el costo-beneficio por película no sería bueno.

Cuando le pregunté qué carajo estaba haciendo, respondió que le gusta apoyar a las empresas “boutique”, que le fascina el material adicional que tienen las cajas, y que por favor considerara que era cinéaste. Después se encogió de hombros y, en mi opinión, le dio al clavo: “Porque me gusta”.

Toma esto, Netflix. Como John Lennon seguramente canta en una toma eliminada: imagina no tener posesiones. No es fácil, y lo hemos intentado.

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2021-10-01T07:00:00.0000000Z

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Editorial Televisa