Televisa Kiosco Digital

Listening bars

Alta definición, melomanía y mucho de nostalgia

GUARDAR SILENCIO Y ESCUCHAR: los listeningbars nacieron en Japón en los años 50 y ahora son una tendencia que permea en todo el mundo. Les brindamos una selección de los mejores de su categoría en México, hecha con la ayuda del restaurantero y selector de música en vinil, Andrés Herrán.

Cada vez hay más listening bars en México. La ola, sin embargo, no es nueva. Surgió en el país nipón tras la Segunda Guerra Mundial, cuando los discos se vendían a un precio tan prohibitivo que la mejor manera de escucharlos —y para muchos, la única— era asistir a los bares que los tenían, pedir un trago y dedicarse al placer de escuchar.

Con el paso de los años, esta idea se extendió a las grandes ciudades del mundo. Hay en Londres, Los Ángeles, Nueva York, Berlín y, por supuesto, en la Ciudad de México. En The Guardian, el DJ y productor Colleen “Cosmo” Murphy atribuye el crecimiento de la tendencia en años recientes a una preocupación por el bienestar que se incrementa a nivel global. “Creo que es parte de un movimiento más grande, como el slow food o el mindfulness. Además, las generaciones más jóvenes no crecieron con la experiencia de escuchar música en alta fidelidad y ahora poca gente tiene acceso a ella, porque es caro. Poder hacerlo ahora en un espacio público es algo que no habían experimentado antes”, explica Murphy.

Para Andrés Herrán, el placer de escuchar música tiene que ver con la manera en que creció. “Mi primer concierto masivo fue Pink Floyd en 1994. Era un niñito, pero mis papás me llevaron”. También lo iniciaron en espacios ahora legendarios como Rockotitlán y a foros como La última carcajada, donde Cecilia Toussaint se presentaba con frecuencia. Entre la música en vivo y la colección de viniles de su padre, Andrés ejercitó un ecléctico y sofisticado gusto musical. Hoy lo comparte en espacios como Tokio Music Bar, donde tiene residencia como selector de música o en La Bête Noire, magnífico espacio en Ensenada creado por el chef Diego Hernández Baquedano, en el que marcó el récord de poner 12 horas de música contínua.

“No soy un DJ”, aclara Andrés. A él le gusta compartir música en vinil y lo hace por medio del uso de fadein y fadeout, no empatando los beats por minuto. Por eso prefiere definirse a sí mismo como un selector de música en vinil, lo que le da más libertad al momento de construir sus sets, para lo que invierte horas de trabajo seleccionando los mejores tracks para generar el mood deseado. ¿Quieres saber cómo identificar si está a cargo de las tornamesas? “Me divierte poner —a medio set— una canción de Flans, de Emmanuel, de Juanga o una rola de El General. Son un gag generacional y como mexicano no hay nadie que no se las sepa, son parte de nuestra cultura pop y a todos nos gustan. Además, nos ayuda a tomar todo menos en serio”.

LOS FAVORITOS DE ANDRÉS HERRÁN TOKIO MUSIC BAR

“Para alguien que pone música, ir a tocar en este High-Fi Analog Bar es como ser un niño en una tienda de dulces. Tienen un equipo de sonido impresionante, unas bocinas Tannoy Westminster de los años 70 que encontraron nuevecitas. Las tornamesas son Garrard, los amplificadores son McIntosh, los brazos de las tornamesas Stanton… Todo está supercuidado. Tienen una colección de viniles muy padre y una curaduría de cocteles muy buena que hicieron con William Hetzel, director de bebidas de Grupo Edo Kobayashi. Río Pánuco 132, colonia Cuauhtémoc

CHOZA

“Solo abre sábados y domingos. Todo el sistema de audio es Margules y en la comida tiene una onda tailandesa, mucha parrilla. Invitan a gente a poner discos. No tienen cocteles, pero sí un menú muy padre de vinos naturales”. Monterrey 194, colonia Roma

SETE

“Tras este espacio está el equipo de Sartoria. Es un winebar donde ponen viniles. En la parte de abajo tomas vino y en la parte de arriba está la biblioteca, donde invitan a la gente a poner discos o hacer la curaduría. Allí la coctelería está a cargo de Raffaele Chinea”. Dublín 7, colonia Juárez

LA BÊTE NOIRE

“Es un listeningbar con comida mediterránea. El programa de cocteles lo hace Alexandra Purcaru

–quien también hizo el de Selva Oaxaca– y todo el equipo de sonido es high-fi con puro vinil. Es un proyecto relativamente nuevo –nació a mediados de diciembre de 2020– y le va muy bien.

Ponen música gente de alto calibre como Pato Machete, Bostich de Nortec Collective… En fin, toda esa banda del norte que está increíble”. Miramar 666, Centro Comercial Santo Tomás, Ensenada, Baja California

ELLY’S

“En mi restaurante Elly’s no hay DJs, pero se escucha música en vinil todo el tiempo. Tenemos un sistema de audio Margules y está mi colección, unos 1,200 discos. Lo que hacemos es poner discos completos para darle la oportunidad a la gente de escucharlos y zafarnos de la tendencia de no terminar de escuchar ni un track cuando ya le estás cambiando al siguiente. También tenemos un buen programa de coctelería a cargo de Diego Padilla. Y no es porque sea mi lugar, pero dicen que tenemos uno de los martinis más fregones de la ciudad”. Hamburgo 130, colonia Juárez

MÁS LUGARES PARA ESCUCHAR MÚSICA DEPARTAMENTO

Aquí escuchas música, pero también bailas. El nuevo highlight es su azotea.

Álvaro Obregón 154, colonia Roma MUSAK

Hi-Fi Listening y Cocktail Bar. Hizo una pausa cuando empezó la cuarentena, pero por fortuna está de vuelta. Tonalá 171, colonia Roma

MEOW

De aparición reciente, es pequeño, perfecto para escuchar música y disfrutar un poco de sake. Logra la ubicación exacta escribiendo a @meow.mexi

CAFÉ DE NADIE

Café por las mañanas, bar por las tardes y las noches. Acústica impecable y una colección de más de 1,500 viniles, curada desde hace más de 10 años como eje sonoro. Chihuahua 135, colonia Roma

NOTAS CORTAS

es-mx

2021-09-13T07:00:00.0000000Z

2021-09-13T07:00:00.0000000Z

https://editorialtelevisa.pressreader.com/article/281913071223542

Editorial Televisa