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ERNEST HEMINGWAY

Y su masculinidad en un nuevo y revelador documental.

HACE MUCHOS AÑOS, cuando llevaba poco tiempo como trabajadora, recuerdo a un becario que se ocupaba del diseño de algunos proyectos y materiales dentro de mi área. Un día, el jefe mayor bajó a nuestro piso para saludar y ver avances. Cuando se acercó al becario y le pidió ver su trabajo, este le dio la espalda y le dijo: “No. No está listo”. Sorprendidos, le preguntamos al compañero por qué no le había enseñado lo que tenía, y simplemente contestó: “Ya sé que era el jefe, pero nadie nos presentó formalmente”. Él creía que, para conocer a alguien, era necesario que lo presentaran; de lo que no se dio cuenta es que ya había creado una primera y mala impresión que resultó duradera. Hoy, casi 20 años después, mis amigos de esa empresa y yo lo recordamos como al que tenían que presentar de modo oficial, más allá de su trabajo.

Dicen por ahí que “la primera impresión jamás se olvida” y, en realidad, transmitir una primera gran imagen debería suceder con una frecuencia bastante natural: sonríe, haz contacto visual, escucha más de lo que hablas, pregunta sobre algo de interés para la otra persona y listo.

Sin embargo, las primeras impresiones duran más de lo que creemos, y muchas veces no tienen vuelta atrás. Son fundamentales en una entrevista de trabajo, una primera cita, al conocer a los suegros y para cualquier tipo de encuentro personal o profesional. En 2009, un estudio publicado en el Boletín de Psicología Social y de Personalidad, mostró que las personas que esperan ser “aceptadas” actúan de manera más amigable y cordial (por supuesto, el “fakeittillyoumakeit” o “finge hasta que lo consigas”, ayuda).

Así que, claro: ya sabes qué hacer. Pero esto no garantiza que vayas a tener éxito. Existen algunas reglas básicas para causar una buena impresión: desde cuidar nuestra apariencia, tener buenos hábitos de higiene, seguir ciertas reglas de vestimenta, algunas señales verbales y no verbales que pueden parecer obvias para casi todos (casi, porque todos conocemos a aquel tipo de persona que no capta las indirectas). Pero también hay trucos sutiles, en especial en el lenguaje no verbal, para dar la mejor primera impresión posible.

Ciencia al rescate. Aquí algunos:

1. Sonríe y ríe. ¿En verdad, Sherlock?, pero hay gente que no se da cuenta si lo hace o no. Al sonreír, nos abrimos ante los demás e inspiramos confianza. También sirve reír, pero nunca de forma exagerada o falsa. Si el otro no ha dicho nada chistoso, es mejor quedar en la sonrisa que forzar una risa falsa.

2. Mantén contacto visual. Seguimos sin descubrir el hilo negro, pero si evades la mirada de la otra persona, se puede dar a entender que estás ocultando algo. Además, el contacto visual transmite confianza e interés en lo que el otro está diciendo.

3. No te alejes. Aunque cada quien lo define diferente, respetar el espacio personal es clave, pero distanciarse demasiado de la otra persona puede ser contraproducente. La cercanía física demuestra que te agrada (o que le agradas) al otro. Tómalo en cuenta y adopta una distancia que sientas cercano y cómodo.

4. Cambia el tema. Hablar de diferentes temas muestra afinidad y comodidad, así que procura hacerlo sobre temas que a ambos les gustan (un partido, una película, una experiencia con la familia, etc.). Si te aceptan el nuevo tema de conversación, es una buena señal.

5. ¿Imitas sus expresiones no verbales? Esto es algo que pasa mucho de manera subconsciente. Cuando dos personas están en una conversación agradable, te darás cuenta que muchas veces se sientan en una posición similar, cruzan la misma pierna, se acercan al mismo tiempo, hacen gestos parecidos, etc. Esto es señal de que se agradan y que son empáticos con los sentimientos del otro.

Estos trucos no solo sirven solo para dar una buena primera impresión, sino que nos pueden sacar de dudas al alejarnos de esa persona. ¿Cuántas veces no hemos salido de una entrevista de trabajo o de una junta sin tener la menor idea de cómo nos fue? Ahora que conoces estos trucos, puedes usarlos a tu favor para tratar de saberlo. ¿Sonrió la otra persona? ¿Mantuvo contacto visual? ¿Estaba parado o sentado cerca de ti? ¿Habló de diferentes temas en lugar de ir directo al grano? ¿Imitó tus gestos? Mientras más “sí” tengas como respuesta, mejor te fue. Así de simple.

Ahora, a poner estos nuevos conocimientos a prueba. ¡Inténtalo! No sabes si la siguiente persona que conozcas se convierta en una de tus conexiones más importantes. O, qué mejor, uno de tus amigos más cercanos. Honestamente, no te vas a arrepentir.

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2021-06-01T07:00:00.0000000Z

2021-06-01T07:00:00.0000000Z

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Editorial Televisa