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Calle y Poché

Esta fue una charla muy sincera y abierta, con sus opiniones y sentires totalmente puestos en la mesa, desde su experiencia y corazón, acerca de cómo vivieron el descubrirse gays y reconocerse con Orgullo. Te prometo que, a partir de ahora, amarás aún más

Por JESSICA LÓPEZ CERVANTES

Se sinceraron acerca del Orgullo

¿Su bisexualidad todavía les despierta algún temor?

Calle: Mira, en la actualidad ya no estoy en ese lugar, pero sí creo que es un proceso muy individual y personal en el que cada quien encuentra sus retos para lograr sentirse cómodo en su piel y en sus gustos.

Poché: Yo tampoco estoy ya ahí. Aunque, como tal, pienso que hay personas que no tienen miedo. No sé si era mi sexualidad, creo que era más cómo entender que, de pronto, durante toda mi vida no me permití cuestionarme si me gustaba otra cosa distinta de la que la sociedad me había dicho; fue más el shock de darme cuenta de que no todo es como te enseñan de chiquito: a mí me costó quitarme de mí misma ese peso. Era más una batalla conmigo misma. Había una voz mía diciéndome: “Tú eres esto”, encasillándome, pero considero estar en un momento donde ni siquiera siento ya la necesidad de ponerme un nombre. Si para la gente es más fácil llamarlo bisexualidad, no me genera ya miedo de ningún tipo ni lucha.

¿Cómo fue para cada una descubrirse con una preferencia sexual distinta de la socialmente aceptada?

Poché: Para mí fue un año muy largo; me costó mucho entender quién era yo, no ser lo que me habían dicho que era. Fue difícil estar cómoda con eso antes de salir a expresarlo.

Calle: Es un proceso donde todavía vivo, por decirlo así; siento que uno está descubriéndose constantemente, el ser humano es cambiante. No ha sido un proceso al que yo le haya hecho resistencia, sino que en mi mente siempre he estado abierta a escuchar por donde sea que quiera ir mi corazón, mi ser. Mi descubrimiento nunca me ha parecido algo difícil.

Pienso que en algún punto, o en muchos, han sentido rechazo, sea de su familia o seguidores. ¿Cómo lo han manejado?

Calle: En un inicio sí existió una reacción negativa de parte de mi familia, de mi mamá. Pero nunca lo he juzgado ni me sorprende su reacción porque, claro, son otras generaciones con creencias distintas y muy metidas en que su forma es la única. Siento que a ellos lo nuevo les asusta y puede ser incluso un sinónimo de: “A mis hijos van a hacerles daño y no quiero que sufran”. Sin embargo, considero que cuando logran quitarse sus gafas y ver las cosas como son, esos temores se desvanecen y entonces, desde el amor, pueden decir: “Ok, sí me costó, perdón por mi reacción, disculpa por esto que pudo causar daño en su momento, pero hoy estoy abierta”. Me parece muy, muy admirable cómo sí logran deconstruirse para lograr seguir adelante entre todos.

Poché: Nos hemos vuelto una sociedad que juzga todo y, precisamente, que nosotras hayamos tenido empatía por el otro lado hizo que fuera muy sano. Creo en no juzgar al que juzga, porque también hay un dolor, un miedo; y en lo que dice Calle: es muy lindo estar dispuesto a aprender, a mostrarle con paciencia a la persona que desconoce, porque aprender y desaprender es muy difícil.

“Hay que entender que las cosas toman tiempo, que uno puede soñar con un universo, pero se forma paso a paso. La clave es la empatía”.

—POCHÉ

“Las marchas nos dan sentido de comunidad: ‘Mira, yo me siento así también, y está bien’. Por eso son tan poderosas, porque dan esta sensación de tribu, de que aquí estamos”. —CALLE

Soy una mujer de 40 y algunas de mis amigas dicen que aún les cuesta ver a dos mujeres haciendo pareja. ¿Qué opinan de ello?

Poché: Es generacional, digo yo. Pienso que seguro hay muchas personas que tenían orientaciones sexuales distintas, pero no podían decirlo porque estaba tan mal visto y juzgado que tuvieron que guardárselo. Las nuevas generaciones se están mostrando y dejando ser, y ahí empieza a quitarse el tabú. Aunque también pienso que puede haber alguien de mi edad en algún lugar del mundo que no ha tenido contacto con esta libertad o con personas de la comunidad LGBTIQ+ que sin duda tenga la misma creencia falsa. Entonces, creo que es normal que pase y que cada vez será menos, a medida de que la gente sea, y creo que eso es lo lindo que ha pasado en nuestra generación: que se ha abierto mucho espacio para que la gente explore qué significa “ser como...”.

Poder ser quienes somos es algo que todas las personas necesitamos, pero… ¿es una cosa que depende totalmente de uno o sí debemos esperar que una sociedad nos valide?

Calle: Es algo que trabajo mucho en terapia: no poner esa validación en los demás, sino en cómo me siento yo; tener un criterio propio y no esperar a que al otro le parezca o no. Porque estamos en un mundo donde todo se juzga: cómo te vistes, piensas, te ves, eres... y buscar esa validación externa nos quiebra. Pero es un proceso muy interesante, porque vamos a estar toda la vida buscándola, queremos que nuestros papás estén orgullosos, nuestra pareja, nuestro círculo cercano... Y está bien, pero el principal peso de la aprobación es propio.

Poché: Hoy no siento que mi validación principal venga de la sociedad ni del qué dirán. Y es un trabajo constante en el que estoy, en terapia.

¿Por qué seguir haciendo Marchas del Orgullo?

Calle: Me parece que son algo demasiado lindo. Siento que muchos tuvieron que vivir escondiéndose, que el Pride es este espacio en donde uno precisamente siente lo contrario. O sea, es por mí que estoy saliendo a marchar, lo que soy está bien, me acepto. Además, son eventos con los que uno demuestra a otras personas gays que no están solas.

Sí, sí es contigo y Y si no es conmigo hablan, finalmente, de situaciones universales en el amor, nada exclusivas con una preferencia sexual. Pero ¿qué sentido creen que toman escritos por una pareja homosexual?

Poché: Se ha visto tan raro, por tanto tiempo, amar a alguien del mismo sexo, que justo queríamos demostrar que es lo más natural y universal. Y conocido, porque todos sabemos qué es sentir mariposas en el estómago: esa es la magia y uno de los motivos por los que creamos a nuestros personajes sin nombre entero, solo las iniciales: M y D. Para el lector pasa a segundo plano si son dos mujeres o dos hombres, o un hombre y una mujer: él se enamora de una historia de amor y de los personajes. Y lo pensamos así con la intención de que, de pronto, este libro llegue a manos de alguien a quien todavía le cueste entender el concepto del amor en todas sus formas y al terminar diga: “Ay, wow, eran dos mujeres”.

Adolescentes y niñas que están justo con sentimientos encontrados acerca de quiénes son, las ven y siguen; ¿qué mensaje les transmiten ustedes?

Poché: Yo les diría... es como si tuviéramos muchas emisoras al mismo tiempo, todas diciéndonos cosas distintas de nosotros, sobre cómo ser, cómo vivir. Por un momento apagaría todo ese ruido, porque en el silencio uno puede realmente escucharse. Ese sería mi consejo, pensando que cuando yo atravesaba esa confusión había demasiado ruido alrededor, y cuando pude al fin silenciarlo, dije: “Ah, esta idea errónea que tenía no era mía”.

Calle: Permítanse sentir sin juzgarse. Uno suele poner mucho juicio de valor a todo lo que siente; imagínate qué puede sentir alguien que está cuestionándose, poniéndose esos juicios de “no está bien, está mal lo que sea que siento”. Entonces lo achica más y lo único que eso causa es acumular la presión, y en cualquier momento eso va a explotar. Y volvernos más gentiles con nosotros mismos.

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2023-06-01T07:00:00.0000000Z

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Editorial Televisa