CUANDO TE SIENTAS DESMOTIVADA

“Cuando haces ejercicio no solo estás entrenando el cuerpo, también la cabeza. Todos pasamos por ese momento en que no nos queremos levantar de la cama y dudamos en cambiar la cobijita y almohadas por el ejercicio; yo también tengo subidas y bajadas, me levanto y digo: ‘Híjole, hoy no quiero’. Creo que es parte de escuchar tu cuerpo”.

Piensa que ejercitar va más allá del tema físico, trata de sentirte bien contigo misma. “Cuando te empieza a gustar eso que miras en el espejo y a sentirte bien, automáticamente lo reflejas en muchas otras cosas; por ejemplo, a mí me encanta hacer ejercicio en las mañanas porque me da mucha más energía y pone de buenas, tengo ánimo para todo el día... habrá gente que lo haga en la noche para sacar todo el estrés del día y dormir delicioso”.

La clave también es encontrar lo que de verdad te gusta hacer. “¿Te agrada el ejercicio en el exterior? Hazlo, prueba qué funciona para ti y qué te motiva”.

Pon en una balanza tus objetivos: ¿quieres hacer un cambio en tu vida? ¿Te sientes sin energía? ¿No te gusta cómo luces? ¿Es por salud? ¿Por autoestima? “Cuando vas viendo los resultados te sientes orgullosa de ti misma”.

Y recuerda: “Creer es poder. En ese último minuto de entrenamiento, cuando miras los pretextos para parar, es cuando más debes seguir porque tus motivos son más fuertes y eres capaz de lograr lo que te propongas”.