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Back to basics

Una de las respuestas ha sido, al menos en parte, tirar la toalla. Pero, según Bunting, aunque es “increíblemente saludable” eliminar el estigma de las enfermedades de la piel, no debe impedir que los afectados se enfrenten a ellas adecuadamente. “Las afecciones crónicas como el acné, la psoriasis o la rosácea justifican la atención de un dermatólogo estético. Este puede considerar medicación, también prescribirá un enfoque coherente para el cuidado de la piel, con productos basados en la evidencia y eliminando toda la confusión”, asegura la Dra. Bunting. Fuera de la consulta del dermatólogo, el tratamiento de la piel reactiva y con brotes es una cuestión de cuidados amigables, no de una guerra química. Es necesario reducir tu rutina a tres o cuatro productos; evitar los sulfatos, el alcohol y cualquier tipo de fragancia; buscar ceramidas que formen una barrera, niacinamida y ácidos grasos esenciales junto con ingredientes antiinflamatorios, como la manzanilla, ácido salicílico y avena. Incluso, si tu piel es felizmente normal, este tipo de simplicidad es probable que la mantenga así.

Cuando se trata de la caída del pelo, lo mismo aplica. Al igual que con el cuidado de la piel, existe una enorme y lucrativa industria “antiestrés”, que aleja a las personas de la ayuda profesional necesaria y, al mismo tiempo, de las estrategias básicas que ya conocen. “Muchos pacientes han gastado en vano mucho dinero en tratamientos comerciales para la caída del pelo”, asegura Wong. “Las soluciones deben adaptarse a su tipo de pérdida, por lo que necesitan acudir a un especialista de confianza (es decir, un tricólogo o dermatólogo) para diagnosticar su problema”. Los shampoos y exfoliantes para el cuero cabelludo son mantenimiento a largo plazo, pero no detendrán el adelgazamiento, o la caída. Y desde luego, es inútil pagar tanto por los etiquetados como “estimula el crecimiento” o “alivia el estrés”.

En cuanto a las causas hormonales de la caída, una médico como Roked, especializada en medicina integral holística y terapia hormonal bioidéntica, puede crear un plan prescriptivo. Pero también tiene algunos consejos sólidos sobre el estilo de vida para mantener las hormonas equilibradas: “Muchas grasas saludables, pocos carbohidratos y azúcares refinados, una buena cantidad de proteínas en cada comida y alimentos ricos en fibra y fermentados para la salud intestinal regularán de forma natural las hormonas, al igual que los suplementos de agnus castus (un remedio a base de hierbas) o vitaminas del grupo B”. El levantamiento de pesas – sugiere– equilibra los niveles hormonales al aumentar la masa muscular. Además, en cuanto al siempre presente espectro del estrés, la experta recuerda a sus pacientes el poder tranquilizador de los amigos: “En las ciudades, donde todo el mundo es transitorio y está demasiado ocupado porque somos animales sociales destinados a vivir en comunidades: está demostrado que eso alivia mucho el estrés”.

El diálogo entre nuestros cuerpos y cerebros no ha sido tan explorado; sin embargo, no es de extrañar que las personas que trabajan en la intersección entre ambos son ahora una necesidad creciente. Los psicodermatólogos y los nuevos salones comerciales que pronto verán aparecer (específicamente diseñados para curar el interior y embellecer el exterior) serán –predigo– tan omnipresentes como el bar de secado de pelo. Hasta entonces, la próxima vez que te preocupes por tu piel, pelo, o ambos, podrías hacer más de lo que imaginas si te das cuenta de que estás muy, muy lejos de estar sol@.

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2023-01-01T08:00:00.0000000Z

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