Fantasías sexuales

Ideas de lectoras Cosmo

Si parece que todo el mundo es un poco más “experimental” últimamente, es así. Nuestras mentes no están más sucias de lo que han estado siempre: la gente se ha excitado con fantasías de nicho durante años. Pero, según la psicóloga sexual Kate Balestrieri, estamos definitivamente más abiert@s al respecto. Las mujeres, en particular, se desprenden cada vez más de sus viejos guiones sexuales (léase: de la sociedad) y abrazan deseos más singulares; esto da lugar a lo que Balestrieri describe como “un sexo más erótico, más dimensional, más

sensual y más pervertido”. Obviamente, estas son excelentes noticias para tu vida sexual. Aunque, tener apertura en tus fantasías, sea que las lleves al dormitorio o que solo te guste pensar en ellas, también es bueno para la salud mental. Según la psicoterapeuta Rachel Wright, nuestro bienestar emocional tiende a desaparecer cuando reprimimos nuestros deseos. Entonces, estamos aquí para respaldar un abrazo libre de vergüenza por cualquier cosa que te guste. ¿Necesitas inspiración? Deja que estas lectoras de Cosmo te pongan en marcha con algunas propuestas especialmente picantes.

“Una de mis fantasías favoritas es chupársela en secreto a mi pareja mientras está en una junta laboral en Zoom (con las cámaras encendidas, por supuesto). Me prende la idea de que se esfuerce para mantener una cara seria y controlarse mientras está en una gran presentación y yo estoy entre sus rodillas a punto de hacer que eyacule delante de todos sus compañeros de trabajo. Me excita tanto el poder y el secretismo”.

—Lila*, 32

“Mi pareja y yo no tenemos hijos. Pero, a veces, durante el sexo, fantaseo con que somos unos padres pervertidos. Por ejemplo, estamos en la fiesta de cumpleaños de un amigo de nuestro hijo y tenemos sexo en el baño de los anfitriones”.

—Camila*, 27

“Cada vez me interesa más el CNC (Consensual Non Consent). Visito sitios donde la gente publica sus fantasías, pero tengo miedo de dar el salto y probarlo de verdad. Sin embargo, la idea de que alguien me desee tan desesperadamente para tomarme como a un animal, me pone caliente”.

—Trish*, 25 años

“¡Escupir! Estoy totalmente dentro del juego de degradación. Algo sobre que me escupan me derrite”.

—Lilith Rose*, 31 años

“No tengo tatuajes (en realidad, ni siquiera creo que los quiera), pero por alguna razón, me excita mucho la idea de que alguien (una desconocida sexy) me tatúe. En mi fantasía, entro en un salón de tatuajes y la artista es una mujer muy atractiva que se siente inmediatamente fascinada por mí. Dejo que me tatúe lo que quiera, le doy el control total sobre mi cuerpo y, básicamente, me marca. Entregarme a una desconocida de una forma tan visible y permanente me parece supererótico”.

—Sara*, 32 años

“No hay absolutamente nada más sexy que un hombre con un collar debajo de la camisa; puntos extra si la pieza tiene algún significado espiritual o sentimental. Es tan íntimo y erótico para mí desvestirlo y tener acceso a esta cosa oculta y personal, algo que solo puedo ver yo porque él lo desea. Por no hablar de que sentirlo en mi cara y pecho al ritmo de sus empujones cuando está encima es increíblemente excitante”.

—Steph*, 23 años

“Esto va a sonar rarísimo, pero me excita mucho un hombre con una nariz grande. Particularmente, si tiene forma de aguja o parece que se ha roto antes”.

—Abby Jo*, 25

“Desde hace años, un ligue me ha estado diciendo que desea experimentar con el juego de la orina: específicamente, quiere eyacular en mi cara y luego orinarla. Obviamente, yo estaba un poco escéptica, pero finalmente lo probamos; fue, honestamente, mucho más caliente de lo que esperaba. Lo volvería a hacer. Y otra vez también”.

—Stella*, 25

“Solía fantasear con la hija de mi exnovio (él era mucho mayor y tenía hijos adultos); a veces, incluso mientras tenía sexo con él. No suelo tener ni imaginar relaciones sexuales con mujeres, tampoco había nada remotamente coqueto entre nosotras, pero lo arriesgado del tema, esa especie de dinámica tabú de ser su hija, era realmente caliente para mí en un sucio... sucio secreto”.

—Jenna*, 24 años