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¿Recolectoras o cazadoras?

#ChicaCosmo, otra vez se nos acaba el año ¿Lograste tus metas? ¿Bajaste esos kilos extras? ¿Obtuviste el ascenso? ¿Le pusiste fin a las relaciones abusivas? Para K fue un año de crecimiento y aprendizajes.

Por KIMBERLY ARMENGOL JENSEN

Una de las lecciones que este 2022 le dejó a K fue en materia laboral. A través de los años, K se sentía afortunada, como con una estrella de la “suerte”, en su desarrollo profesional. La mayoría de las metas que se ha propuesto ya aparecen con una palomita en su bucket list. No fue hasta hace unos meses que se dio un duro golpe de realidad: los hombres siempre tienen ventaja en el ámbito profesional. Y no es que no conociera aquellas duras estadísticas que demuestran la discriminación que sufrimos, sino que estamos tan inmersas en ella que las hemos naturalizado.

INEQUIDAD

Para darnos un baño de realidad, aquí van algunas cifras que nublan los sueños y capacidades de muchas de nosotras: en México, ganamos entre 13% y 27% menos que los hombres y ni decir de aspirar a puestos directivos, ya que siete de cada 10 son ocupados por hombres. Pero la discriminación no termina ahí, pareciera que el ser madre es una falta o amenaza, cuando las mujeres con hijos ganan 33% menos que las mujeres sin hijos. Sí, el patriarcado nos sigue haciendo menos solo por el hecho de tener vagina.

Siempre me tragué el cuento de que por meritocracia y esfuerzo constante, como una carrera en la que nunca dejas de correr, obtendría todos los sueños profesionales. La realidad es que está influido por bastantes otras variables: a quién conoces, tu físico, tener o no hijos, estar casada, divorciada y un sinfín de cuestiones que nada tienen que ver con mi capacidad intelectual y ¡sí!, lo normalicé como millones de nosotras. Tenemos que esforzarnos más y demostrar doblemente que somos igual de capaces que ellos.

El tema de que las mujeres somos las encargadas de los cuidados (sea de los hijos, padres o esposo) nos pone en una clara desventaja frente a los varones que no tienen que cumplir con estos roles que –tal parece– vienen de fábrica para “niños y niñas”. Para nadie es un secreto, mucho menos para los hombres, que nosotras trabajamos más, no solo por el hecho de tener un empleo o ir a la escuela, también tenemos una escoba en una mano y una mamila en otra. ¿Por qué? Porque siempre nos han hecho creer que el hogar y la crianza son tareas nuestras y el hombre por el solo hecho de serlo, tiene derecho a elegir si “ayuda” o no. ¡Terrible! ¿De qué derecho divino gozan? Desconocía que el género era una llave de privilegios, pero hoy más que nunca debemos cambiar ese modelo nefasto y caduco.

Estos modelos enfermizos nos han sido heredados, pero también nosotras los replicamos cuando dudamos de nuestras capacidades y de nuestras congéneres; cuando pensamos que el ascenso de una colega se dio por un favor sexual, un coqueteo o un contacto cercano. No soy de esas mujeres que creen que nuestra peor enemiga es otra mujer, por el contrario, creo firmemente que debemos tejer juntas una red de apoyo fuerte, sin los prejuicios y cargas que los hombres nos colocaron. ¿Qué

hacemos? Seguir en la lucha, exigiendo y abriendo espacios para más mujeres. Todas aquellas que vienen detrás de nosotras lo necesitan, así que... ¡a darle ya por un mundo más equitativo!

COSMO POWER

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2022-12-01T08:00:00.0000000Z

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Editorial Televisa