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Renuncia silenciosa

¿También caíste en ella?

Por JESSICA SERVÍN CASTILLO

Aunque la acción de hacer “solo lo que me toca” ha tenido sus fans desde siempre en el mundo laboral, el término “renuncia silenciosa” (o quiet quitting en inglés), se dio cuando Zaiad Kahn, un usuario de TikTok con más de 10 mil seguidores, subió un video explicando su definición: “Renunciar en silencio, no es que renuncies a tu trabajo por completo, sino solo a la idea de ir más allá… Todavía estás cumpliendo con tus deberes, pero ya no estás comprometiéndote con la cultura de que el trabajo tiene que ser tu vida”. Y entonces, muchos comenzaron a cuestionarse sobre ello.

Para la profesora de carrera de la Facultad de Psicología de la UNAM, la doctora Juana Patlán, este fenómeno es, más bien, una renuncia psicológica mediante la cual la persona se esfuerza en afrontar el estrés, el cansancio y la sobrecarga de trabajo, pero sin renunciar a su empleo. “Se puede dar por distintos factores, por ejemplo, un trabajo que tiene una distancia muy larga entre la casa y la oficina, por lo que se llega cansado al trabajo; o por el bajo salario o bajas condiciones laborales”, es decir, una insatisfacción que deriva en una especie de desconexión emocional.

Y es que, la Generación Z, que presenta tal situación con mayor preponderancia, está buscando satisfactores que el trabajo no les da; mientras que la Generación Millennial o X sí los obtenían ahí. “Nos dedicábamos a estar en el trabajo y quedarnos, estos chicos ya no sienten tal compromiso, porque, además, salieron al mundo a trabajar en medio de la pandemia, cuando las condiciones laborales cambiaron por completo; en muchos casos, incluso tienen cero prestaciones”, indica Mariana Martínez Guillen, directora de Tu Mente Sana, especialista de la salud mental.

Pero la renuncia silenciosa es aún más crítica. Erika Villavicencio-Ayub, investigadora de Recursos Humanos y Salud Ocupacional en la Facultad de Psicología de la UNAM, me cuenta: “Durante este tiempo, incluyendo los años de pandemia, hemos analizado a varias empresas y nos llama la atención que ocho de cada 10 personas no están satisfechas con su trabajo actual; de esos 8, el 50% renunciaría a su trabajo, si pudiera. Las empresas están frente a un fenómeno que no saben controlar y están viviendo sus consecuencias”.

INSATISFACCIÓN = CONSECUENCIAS

Aunque ciertamente una causa de la renuncia silenciosa fue el Covid-19, el cual alimentó el estrés, el agotamiento y la falta de compromiso entre los trabajadores, también nos enseñó que el trabajo remoto puede hacerse de diferentes formas y, en muchos casos, también nos permite disfrutar de nuestras pasiones o tomarnos un descanso. Mabel Ortega, asesora de ventas en una compañía de alimentos, me comenta: “Luego de probar el home office, ya no quieres ir hacia atrás, no deseo regresar a la oficina, checar una tarjeta o salir tarde porque mi jefe no se apuró y debo esperar a que firme las órdenes de compras, ¡tengo que pasear a mi perro!”. Como Mabel, muchos piensan igual. De ahí que inicien esta renuncia silenciosa abanderada por la insatisfacción de regresar a lo mismo, o a condiciones peores causadas por el bajón en la economía que ha afectado a las empresas y, por supuesto, al empleo. Asunto que, de inmediato, tiene sus implicaciones, desde incrementar su ansiedad hasta la desilusión. “Es una actitud con la que (la persona) enfrentará todo lo que le suceda en su trabajo, pero también, tendrá afectaciones en su relación

¿Sabías que México ocupa el primer lugar a nivel mundial en estrés laboral? 75% La Organización Mundial de la Salud (OMS) indica que

“La comunicación es básica entre el colaborador y el jefe. Siempre debes decir cómo te sientes”. —Juana Patlán, profesora de psicología en la UNAM.

con los demás. La renuncia silenciosa reduce tu vinculación y compromiso, te pierdes de mucho, de ahí que las organizaciones tengan un reto: hacer espacios atractivos que motiven (a su gente) para que se siga fomentando el intercambio, la innovación, los vínculos, y logre estos equipos altamente efectivos”, asegura Erika Villavicencio-Ayub.

Otra consecuencia importante a nivel personal es la falta de carrera laboral. “Encontramos que los jóvenes no tienen una verdadera vocación; de ahí que en los empleos duren poco y vayan de uno a otro”, opina la doctora Juana Patlán, quien suma la falta de tolerancia a la frustración y la carencia de redes sociales de apoyo (amigos en el trabajo) como característicos de este fenómeno.

Y en cuanto a las consecuencias a nivel empresa, la más importante es la productividad, la cual se ve alterada, sobre todo si no se tiene un buen esquema de evaluación del desempeño para saber si en verdad un colaborador cumplió o no con su trabajo. Además, se empiezan a presentar índices de rotación importantes y, con ello, se altera el resto de los compromisos con los colaboradores; incluso el ambiente de trabajo se torna complejo porque lo invade la incertidumbre e inestabilidad.

¿CÓMO LOGRAS UNA VIDA LABORAL SANA?

Pues no hay que descubrir el hilo negro. Más allá de la pandemia, el factor por el que se da este fenómeno es el desempleo, ya que, a falta de encontrar “el trabajo de mis sueños” y ante la necesidad de solvencia económica, se acepta lo que se cree es más afín o donde se paga mejor; quizá, por ello, es tan importante que tanto las compañías como el candidato, estén muy bien informados. “Se tienen que buscar factores para estar motivados en el trabajo, qué puesto es, qué perspectivas a futuro se tiene, qué se espera de mí, además de establecer claramente las actividades que haré y la carga de trabajo que esto implicará. Las empresas deben tener programas para una carrera laboral a largo plazo y difundirlo entre sus colaboradores”, opina Juana Patlán.

Además, como trabajador hay que conocer las actividades que desarrollaré en el puesto, tener claridad del rol y aprender a gestionar mi tiempo. Respetar los horarios y sí, desconectarte del trabajo: “Se le llama compromiso activo. Si veo que el agotamiento emocional, mental y laboral me sobrepasan, tengo que desconectarme de una manera funcional, encontrando tareas que me hagan sentir nuevamente satisfecho, pero ya no con lo laboral, sino conmigo mismo; hacer ejercicio, salir con mis amigos, disfrutar tiempo en pareja”, indica Mariana Martínez Guillen.

Por su parte, las empresas deben balancear las cargas de trabajo, ser equitativos, tanto en el pago como en la distribución de las actividades y tener reforzadores emocionales que reten a los empleados en sus tareas: “Es importante entender a estas nuevas generaciones y su cosmovisión”, puntualiza Mariana.

Finalmente, el jefe directo o el líder del equipo debe tener una comunicación abierta con sus colaboradores y evaluarlos: “Decirles en qué están bien, dónde hay una brecha para ayudarlos a superarla y lograr los resultados. Los colaboradores tienen que saber cuál es el beneficio de dar ese extra y que eso esté alineado con sus metas. Siempre debes preguntarte ¿qué te motiva y por qué estás en ese puesto de trabajo, cómo contribuyes al resultado de todo el equipo, al área u organización”, concluye Erika Villavicencio-Ayub.

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2022-12-01T08:00:00.0000000Z

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