Ley Olimpia

Olimpia Coral nos compartió su historia

“Si no vemos lo virtual como real, entonces lo digital será el espacio más poderoso para los agresores”.

Llevas seis años de relación con tu novio. Un día, el video sexual que grabaste con él llega a toda tu comunidad, desconocidos y hasta a los medios de comunicación; todos comienzan a compartir el material. Te ponen apodos despectivos. Eres juzgada y señalada por un video cuya difusión viola tu intimidad y dignidad.

Con solo 18 años de edad, pasas meses encerrada en casa, humillada; el suicidio parece la única solución, lo intentas, tres veces… Afortunadamente, el nombre y rostro de Olimpia Coral Melo hoy no son reconocidos a nivel internacional por esta historia, sino por la lucha que comenzó después de ella, al punto de que ahora es la única mexicana nombrada como una de las 100 personas más influyentes por la revista Time; ese es su verdadero rostro.

LA FUERZA DE OLIMPIA

Cuando ella se dio cuenta de que ni la ley, ni las autoridades, ni ningún otro medio o persona podían hacer algo por su caso, decidió crear un mecanismo legal que reconociera como un delito lo que le sucedió. Resulta inevitable preguntarle cómo consiguió tal empoderamiento y fortaleza después de pasar por una situación que normalmente termina arruinando el futuro de varias mujeres. Con cariño, reconoce que el proceso que le costó casi una década, partió del apoyo y amor de su familia, específicamente de su mamá. “Lo primero que me dijo fue: ‘Mi amor, ¿tú quisiste que este video se subiera? ¿Querías vivir esto? ¿No? Entonces no es tu culpa. Esto no te hace una delincuente; lucha por el derecho a tu intimidad’. Y ya”. Más adelante, encontró a otras mujeres que no estaban en sus mismas circunstancias; eran rechazas por sus familiares, quienes, incluso, colocaban fotos de ellas en el altar de Día de Muertos.

Antes de la Ley Olimpia, este rechazo y la desesperación eran la única vía para las víctimas de parejas o personas cercanas que hacían circular sus materiales sexuales sin su consentimiento. “Cuando me pasó a mí, busqué en internet preguntas para las que aún no existían respuestas. Al encontrar la palabra ‘porno venganza’, lo primero que sentí fue un apretón en el pecho. ¿Cómo? ¿Yo soy pornográfica? ¿Por qué alguien querría vengarse de mí? ¿De qué se vengaba? ¿De amar? ¿Confiar? ¿Vivir mi sexualidad libremente, o de no tener acceso a educación sexual ni digital?”. Aquel era un concepto no solo erróneo y denigrante, sino un detractor para la lucha contra la violencia de género. Con mucha seguridad, ahora Olimpia puede decir frente a los legisladores del país y un quorum internacional que “no, esto no es venganza, sino violencia”, y que para combatir esta, primero hay que llamarla por su nombre.

JUSTICIA HECHA POR MUJERES

Ley Olimpia no solo es el conjunto de reformas legislativas que actualmente reconocen la violencia digital y sancionan a quienes violen la intimidad sexual de las personas a través de medios digitales, es también la herramienta con la que su creadora hizo justicia para sí misma y limpió su nombre. “La gente no termina de entender que para una víctima de violencia digital, su agresión es como una especie de tatuaje, nunca se borrará. Aprendes a vivir con él, entiendes que tú no eres ‘ese tatuaje’ y sigues con tu vida, pero siempre alguien te lo recordará para humillarte y hacerte creer que tu cuerpo desnudo es un crimen del cual debes esconderte”. Hoy, el nombre de Olimpia no está relacionado con un video sexual, sino con una ley en pro de las mujeres. Eso es parte de la justicia; el llegar a un encuentro internacional y que se le presente como la creadora de la Ley Olimpia y no como la estigmatizada en su pueblo hace 10 años.

UNA LUCHA EN LAS FRONTERAS

Este año, Olimpia fue elegida como una de las 100 personalidades más influyentes del mundo, según la revista Time. Todo para llegar ahí, ha sido un esfuerzo constante; incluso conseguir salir del país para viajar a la ciudad de Nueva York y vivir tal encuentro. “La gente cree que te dan todo: viáticos, comidas, seguridad. No ven que la portada de la revista en que salí tiene el rostro de Billie Elish y el príncipe Harry. Nosotras tuvimos que hacer un esfuerzo grande para estar ahí, pero fue por la causa”.

Y aunque hubo momentos en los que esa desigualdad se evidenciaba, la activista encontró otros que dieron nuevos sentidos a su lucha. Vestida con el amor de sus amistades que iniciaron campañas en redes sociales para que ella pudiera conseguir su pasaporte y los

¿Qué te gustaría lograr con esta lucha?

No nos vamos a detener hasta que las generaciones más jóvenes nos digan: “¿Es cierto que en tus tiempos abusaban de las mujeres y cuando denunciaban les preguntaban cómo iban vestidas? ¿Que las acosaban en la calle y les preguntaban si iban solas? ¿Que difundían videos sexuales con ellas sin su consentimiento y, aún así, las culpaban?”. Pretendo que un día nuestra generación volteé y responda: “Sí, es cierto, pero eso ya no pasa”.

RECAP LEY OLIMPIA

Después de cinco años de lucha, Olimpia logró una serie de reformas en el Código Penal de Puebla para tipicar la violencia digital (acoso, amenazas, vulneración de datos e informacion privada, así como difusión de fotos, videos y audios sin consentimiento); aquello ocurrió en 2018 y fue el origen de la Ley Olimpia, concretada un año después y ahora aprobada en 29 entidades mexicanas. Actualmente, el proyecto de la Ley Olimpia se presentó el 11 de julio en Argentina, Chile y Ecuador.

medios necesarios para viajar, y enfundada en el despampanante vestido verde que su hermana le ayudó a elegir para la gala, Olimpia dio cara en un encuentro al que asistieron personalidades como el presidente ucraniano Zelenski, o Zendaya, para poner la lucha de las mujeres en una agenda internacional.

SU EXIGENCIA A BILL GATES Y EL MUNDO

El sentido que Olimpia dio a esta mención por parte de la revista Time no fue “una mexicana llega a espacios exclusivos”, fue la ocasión para conversar, con personajes como el mismísimo Bill Gates, acerca de su experiencia como víctima de violencia digital. “Me acuerdo que con todos los nervios que te rodean por estar frente a Bill Gates, le dije que ojalá aspiráramos a una internet feminista; que la cultura porno ya ha afectado muchísimo la red”. No pude evitar interrumpir a Olimpia para hacerle la pregunta que probablemente a ti también te salta a propósito de esta anécdota: “¿¡Y qué te dijo!?”. Aguantando un poco la risa, me comentó la respuesta de uno de los hombres más brillantes del mundo: “No entiendo”. Ella no dijo más: “Lo miré y solo pensé ‘pues un día lo tendrás que entender’”. Hace tan solo unos años, la gente me decía que había sido mi culpa. Pero un día me juré que el mundo dejaría de ver nuestros cuerpos en internet como objetos sexuales. Hoy ya llegamos a la legislación, a los medios y a las personas; pero también vamos a llegar a las empresas que toman las decisiones que rigen el mundo”.