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Respuestas al soliloquio

Y como el mismo Hamlet, la cuestión de esta historia seguramente te ha atormentado desde que terminaste la licenciatura. Bueno, pues para que dejes de martirizarte si tus razones son las correctas para empezar a estudiar una maestría, aquí te dejamos algunas respuestas que, seguramente, despejarán tu mente para tomar la mejor decisión. Muchos son los beneficios de estudiar una maestría y, aunque para ello deberás tener mucha disciplina y resistencia, con ella fortalecerás tus habilidades analíticas, de gestión del tiempo y hasta sociales, lo cual te ayudará en tu desarrollo personal y, sí, definitivamente también en el laboral.

Pero vayamos por partes, cuando hablamos de un posgrado, nos referimos a cualquier tipo de formación que se realiza después del grado de licenciatura y que se puede cursar, únicamente, después de obtener un título universitario. “Después de la licenciatura, se puede estudiar una especialidad o una maestría, y después lo que sigue es un doctorado”, explica el maestro Cristian Guzmán Molina, coordinador de promoción y admisiones de La Salle.

Cuándo es el momento

Ahora bien, para estudiarla, los expertos explican que, aunque no existe un momento “perfecto” para hacerlo, sí debes considerar tener una cierta experiencia profesional. “Lo que se busca es que, más allá del conocimiento, se tenga una vinculación con los demás compañeros de la maestría y los docentes. Es muy valioso cuando los alumnos traen cierto conocimiento y práctica en el campo laboral, se enriquece mucho más la experiencia”, afirma el maestro Cristian Guzmán.

Mientras que, Juan Carlos Martínez, Consultor en Sintec, explica que el mejor momento dependerá de qué tan rápido se tenga la oportunidad de empezar a trabajar en lo nuestro. “Un profesionista en México tiene la oportunidad de ejercer en un periodo corto, después de estudiar la licenciatura. Entonces, luego de tres o cuatro años de trabajo, la persona ya puede tener una perspectiva objetiva para saber en qué aspecto técnico se quiere especializar o en qué temas desea profundizar para mejorar el desarrollo de su trabajo”.

Aunque tampoco está mal que se desee estudiar una maestría al finalizar la licenciatura, por ejemplo, en el caso de dedicarse al área académica o de investigación, sí es ideal que se realice de inmediato. Y es que, incluso se puede dar el caso, que ya hayas empezado a trabajar desde el último semestre de tu licenciatura y te estés especializando en alguna área, o que tengas que hacerte cargo de un equipo pequeño de trabajo, una tarea que se hace mucho en las áreas administrativas o económicas, entonces, sí, es el momento de aplicar a una maestría.

“Cuando en tu trayectoria profesional estás teniendo este desarrollo y necesitas un impulso para crecer, una maestría es la solución. Estudiar un posgrado te ayuda a ser más competitivo, a diferenciarte de quien está a tu lado. Te da aptitudes diferentes, te ayuda a medir tus conocimientos y capacidades y, lo más importante, amplia tu red de contactos, el llamado networking”, afirma el maestro Juan Carlos Argumedo, director de promoción y mercadotecnia de Posgrados y educación Continúa de la Universidad Anáhuac.

Hacerlo, o no hacerlo

Pero, en realidad, es relevante o no estudiarla, es decir, ¿tener este grado académico te ayuda a obtener un mejor puesto dentro de una compañía o a tener un ingreso mejor? En palabras de Alejandro Llovet, consejero en Virtual Educa, la importancia de estudiar una maestría es la empleabilidad, “a qué te vas a dedicar, si hay mercado laboral para el ámbito de estudio en que vayas a realizar ese grado. Pensar que el estudiar una maestría significa que te pagarán muy bien, no siempre se cumple. Destacar profesionalmente se nota más o tiene más recompensas cuando lo que haces te gusta”.

Alberto Del Castillo, experto en atracción de talento en Adecco, explica que tener una maestría no significa exactamente que encontrarás un mejor trabajo o un empleo mejor remunerado. “Depende del momento. Hoy hemos utilizado estos niveles educativos para buscar una vía rápida para tener un título o creer que, si termino la licenciatura y tengo una maestría, incrementará el valor de mi capital intelectual. Para lograr esto, debe respaldar la experiencia. Es decir, debes comprobar en dónde (en que trabajos anteriores o proyectos) usaste este estudio de posgrado para perfeccionar tu profesión, debes presentar datos que te permitan agregar este valor a tu currículum (CV) y, entonces sí, obtener un mejor trabajo”.

Y en este sentido, no es que un grado no sume puntos o ventajas a tu CV, sin duda lo hace, pero en un tema más enfocado a tu personalidad, o sea, habla bien de ti, es un reflejo de que inviertes en ti mism@, que tienes un enfoque y claridad sobre lo que quieres, habla a favor de tu persona y eso es un plus que las compañías valoran.

“Siempre sumará más tenerla que no tenerla. No siempre es una razón de peso para elegir a un candidato. Es decir, si tengo una maestría no significa que pueda ser un aspirante nato a tener un mejor empleo, eso depende de muchos factores. No es como quien estudia una licenciatura y quien no”, opina Juan Carlos Martínez, Consultor en Sintec. En conclusión, una maestría es una plusvalía, no es el fin, pero sí la base para obtener un trabajo mejor remunerado.

Entonces, quiénes sí deben estudiarla

O por qué sí es un extra en tu carrera profesional. La verdad es que quien lo desee y pueda es bienvenido, porque seguir preparándose en la generación de conocimientos, habilidades y tecnologías es algo que como profesionistas siempre se debe buscar. La capacitación aporta mejores resultados, te da herramientas para tener ese crecimiento del que tanto se habla y cumplir ese anhelo de “quiero crecer profesionalmente”, ¿te suena familiar?

Pero, cabe señalar, que el estudio de una maestría a veces no reúne todas esas expectativas que buscamos, o no es para nuestra área profesional donde quizás es mejor estudiar alguna especialidad o diplomado. “Posiciones gerenciales o de dirección, son un deseable en los candidatos. Generalmente se privilegia que cuente con un estudio de posgrado, ahí en verdad marca una diferencia contra quienes no la tienen, como la maestría en Administración de Empresas”, afirma Alberto Del Castillo, experto en atracción de talento en Adecco.

Según estadísticas del Diagnóstico Nacional del Posgrado, en México (2015) dentro de los programas de Posgrado, los de maestría son los más ofertados con un 72%, y tomando como clasificación las áreas temáticas del Sistema Nacional de Investigadores, el mayor porcentaje de estudiantes se encuentra en el área de Biología y Química (50.9%), seguido de Biotecnología y Ciencias Agropecuarias (18.3%), Físico-Matemáticas y Ciencias de la Tierra (9.3%); el resto de estudiantes se encuentran distribuidos en Ciencias Médicas y de la Salud, Humanidades y Ciencias de la Conducta, Ciencias Sociales e Ingenierías.

“Las áreas administrativas y económicas son donde se da mayor demanda de personas con maestría, pero también está muy en aumento el elemento creativo con lo digital. La mejor forma de elegirla es, sobre todo, que te guste y que esté ligada a tu campo de trabajo, pero también es importante revisar las áreas de mayor demanda y las tendencias”, asegura Alejandro Llovet, Consejero en Virtual Educa.

“Me dio muchos beneficios estudiar una maestría. Justo, cuando estudiaba, estaba teniendo una promoción en mi trabajo, tenía cinco años en la compañía. Adquirí habilidades estratégicas para hacer lo que hago ahora”.

—Juan —Juan Carlos Carlos Argumedo. Argumedo.

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2022-08-01T07:00:00.0000000Z

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